El compositor canadiense Pascal Languirand cuenta con el doble mérito de haber sido en la década de 1970 un pionero de la Música Cósmica en Canadá, y de haber revolucionado la escena mundial de la música electrónica de baile en la de 1980 con su famoso tema de aire futurista "Living on Video" que le lanzó al estrellato como Trans-X, y de la que se vendieron más de dos millones de copias.


Además, ha explorado con gran talento áreas arriesgadas de la vanguardia musical electrónica, con discos como el impactante "Ishtar", en el que su imaginación forjó una música que va desde lo futurista al clasicismo épico, y en el que en un tema, "Passage", logró hacer la mejor evocación sonora de lo fantasmal que he oído, presentando en todo su esplendor la belleza hipnótica de lo tenebroso.


El lado humano de Pascal no es en absoluto el que podría temerse de un músico que tiene un disco de platino y que ha llegado a las listas de los diez principales. Las veces que me he reunido con él, me he sentido como con un amigo con quien se charla del arte y de la vida, en vez de como un periodista entrevistando a una celebridad para escribir un artículo.


Es una persona accesible, nada vanidosa, y que se preocupa por los demás.


Sobre esto último, recuerdo un ejemplo anecdótico durante una cena en una pizzería, tras un festival musical, en la que nos sentamos a la mesa Pascal Languirand, Michel Huygen, mi esposa, yo y dos amigos comunes más.


Uno de estos, un periodista al que Languirand sólo conocía de forma superficial, pidió únicamente un café, ya que, según nos dijo, más tarde tenía una cena familiar, aunque reconoció que le estaba entrando el apetito y que todo lo que ofrecían en el restaurante tenía muy buena pinta.


Ante sus reticencias a pedir algún tentempié con el que pasar la hora larga que estaría charlando con nosotros en la mesa mientras todos menos él cenábamos, el bueno de Pascal que estaba sentado a su lado, cortó y le sirvió un trozo de su propia pizza en cuanto se la trajeron, ante la sorpresa del involuntario comensal, y de este modo tan directo y espontáneo logró que comiera algo durante la velada.





Autor del texto y de la primera foto comenzando desde arriba: Jorge Munnshe
La segunda foto empezando desde arriba muestra a Pascal Languirand y Jorge Munnshe