EDUARD
ARTEMIEV Y ARTEMIY ARTEMIEV

El compositor ruso Eduard Artemiev (Edward Artemyev)
cuenta con el
mérito de haber sido pionero en casi todas las corrientes musicales de
vanguardia nacidas a partir de la década de 1960, incluyendo la Música
Cósmica, además de contribuir a la renovación del Rock y de la música
orquestal.
Por la importancia de su labor se le ha comparado con Stravinsky,
Mussorgsky y Shostakovich. Pionero de la música electrónica, comenzó a
explorar el nuevo universo sonoro brindado por el medio electrónico
cuando apenas existían unos pocos sintetizadores en el mundo. Trabajó
por ejemplo con un prototipo del legendario sintetizador ruso ANS,
desarrollado por el ingeniero Eugene Murzin.
Entre las muchas obras de Eduard Artemiev figuran: "In Outer Space"
(pieza electrónica de 1961, el año del primer viaje espacial de un ser
humano, el ruso Yuri Gagarin), "Peregrini" (donde en 1975 el sintesista
demostró su gran imaginación al crear una música cósmica impresionante,
con poderosos ritmos de secuenciador, atmósferas tempestuosas y
melodías de fuerte intensidad emocional), "Songs of Liberty" (cantata
para coro y orquesta sinfónica), la opera Rock electrónica "The Warmth
of the Earth", la Cantata para las Olimpiadas de Moscú en 1980 (para
orquesta sinfónica, coros, conjunto Rock y sintetizador; atrevimiento
muy poco ortodoxo para aquella época y país), la ópera "Crimen y
Castigo" (de 2007, basada en la célebre novela de Fiodor Dostoievski),
y un centenar y medio de bandas sonoras para cine y TV, en Rusia pero
también en Hollywood, incluyendo las de los films "Siberiada" (dirigido
por Andrei Konchalovsky), "Solaris" (de Andrei Tarkovsky), "Stalker"
("La Zona") (de Andrei Tarkovsky) y "At Home Among Strangers" (de
Nikita Mikhalkov).

Pese a su brillante trayectoria y a los
muchos premios y distinciones
nacionales e internacionales recibidos a lo largo de su carrera, tuve
claro desde mi primer contacto con él, tras años de seguir con
fascinación su música, que Eduard Artemiev cuenta con una gran modestia
entre sus virtudes como persona. Ni siquiera su etapa en Hollywood le
volvió más inaccesible. Recuerdo que en la época en que entramos en
contacto, la de los meses inmediatos a la disolución de la URSS, y
antes de su periplo en Hollywood, se sorprendía de que hubiera gente en
España que conociera su música. No era consciente de la gran proyección
internacional que tenía, ni de que algunas de las películas para las
que compuso la banda sonora fueron emitidas por televisión en España.
Detalles como que, con motivo de una entrevista que le hice, me
regalase varias cintas en las que me grabó algunas producciones suyas
difíciles de conseguir fuera de Rusia, y que conservo como un tesoro,
no sólo facilitaron mi labor de escribir sobre su música sino que
también me demostraron su carácter amistoso y abierto.
Con el paso de los años, también pasé a relacionarme con
su hijo,
Artemiy Artemiev, compositor centrado igualmente en la música
electrónica de vanguardia, y que cuenta asimismo con diversas bandas
sonoras en su haber. Artemiy se puso en contacto conmigo a instancias
de su padre, y desde entonces he tenido también el privilegio de poder
seguir de cerca su carrera musical.
Es siempre interesante conocer cómo la actividad artística de un padre
o madre puede despertar una vocación similar en algún hijo o hija. Al
respecto, Artemiy me ha contado anécdotas fascinantes. La que más me
gusta es la de que cuando Artemiy era muy pequeño y su padre le
permitía estar dibujando o jugando en silencio en su estudio musical
mientras él trabajaba en su música, Artemiy escuchaba en directo cómo
su padre elaboraba paso a paso algunas de sus obras electrónicas. Y, en
su ingenuidad infantil, creyó durante algún tiempo que su padre era
mago y que esos sonidos extraterrenales que surgían dentro de la
habitación controlados por las manos de su padre eran generados de
manera mágica por éste.
Texto: Jorge Munnshe
En la primera imagen empezando por arriba y por la izquierda, Edward
Artemiev.
En la imagen inferior, Artemiy
Artemiev.
Foto: Cortesía de Electroshock
Records.