SIMULACROS
EN TIERRA DE PERMANENCIAS EN EL ESPACIOLas largas permanencias en el espacio no sólo acarrean efectos fisiológicos como la tendencia a perder masa ósea y muscular, sino también psicológicos, por el prolongado aislamiento en el reducido entorno artificial de la nave, sin contacto posible con el medio natural de la Tierra. La convivencia con los demás miembros de la tripulación también es un aspecto clave, y por eso se escoge para cada tripulación a personas que congenien.
A fin de poner a prueba los aspectos médicos y
psicológicos de una
larga misión espacial, se realizan en la Tierra simulacros llamativos.
En algunos de ellos, los "astronautas" son aislados en una cámara
cerrada durante semanas, y deben enfrentarse a las sensaciones
claustrofóbicas, de privacidad reducida y de falta de contacto con el
medio natural. En otros simulacros, dirigidos sobre todo a analizar los
efectos que sobre el organismo tiene la ingravidez, ésta se simula con
notable eficacia manteniendo tendidos en todo momento a los voluntarios
en unas camas especiales ligeramente inclinadas de modo tal que la
cabeza del ocupante queda unos seis grados por debajo del nivel de sus
pies. Este tema de los "astronautas de salón" como yo les llamo, o el experimentar los efectos de un viaje espacial sin moverse de la Tierra, me interesa desde hace mucho tiempo, pero sobre todo desde que conocí en persona a la científica Catherine Casgrain de la Agencia Espacial Canadiense. Ella participó en dos importantes simulacros de viaje espacial: El programa CAPSULS de la citada agencia, y el EXEMSI'92 de la Agencia Espacial Europea.
Texto: Jorge Munnshe
Foto superior: Panorámica exterior de cámara de aislamiento para permanencias de hasta más de un año de tripulaciones en simulacros de viajes a Marte. Foto: Agencia Espacial Europea (ESA)
Foto inferior: Jorge Munnshe durante una visita a unas instalaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) con motivo de la elaboración de un artículo.