FENÓMENOS METEOROLÓGICOS MISTERIOSOS

FENÓMENOS METEOROLÓGICOS MISTERIOSOS

Desde los primeros tiempos de la aeronáutica, cuando el globo era la única aeronave disponible, y sobre todo desde finales del siglo XIX, circularon testimonios de aeronautas que, sorprendidos en pleno vuelo por una tempestad cercana, habían observado por encima de las nubes fugaces destellos luminosos de forma esferoide, a veces similares a hongos gigantescos, que en ocasiones parecían ejecutar una inquietante danza. Estos y otros relatos acabaron por configurar lo que se consideró una de las diversas leyendas aeronáuticas, no concediéndosele credibilidad en círculos científicos.

Sin embargo, a principios de la década de 1990, la historia dio un vuelco inesperado al lograrse fotografiar y filmar manifestaciones de tan singulares fogonazos, bautizados coloquialmente como "duendes". Nuevas observaciones arrojaron resultados bien claros. Incluso la revisión de filmaciones hechas años atrás durante tormentas mostró a estos escurridizos duendes bailoteando de forma macabra por encima de las nubes, y desde mediados de la década de 1990 la meteorología terrestre ya cuenta de modo oficial con un nuevo fenómeno.

Otro ejemplo de fenómeno meteorológico escurridizo es el de los descomunales estallidos de ondas de radio que se vienen detectando en la alta atmósfera desde que se tuvo noticia de tal fenómeno por vez primera en 1993. El fenómeno fue descubierto por un satélite militar estadounidense de alerta contra misiles nucleares. Estas radioexplosiones, que guardan relación también con las tempestades, son pulsos súbitos de duración ínfima, apenas unas millonésimas de segundo, pero liberan una fuerza colosal, nada menos que diez mil veces superior a las emisiones normales que suelen causar los relámpagos.

Texto y primera foto: Jorge Munnshe
Segunda foto: Después de más de un siglo de haber inaugurado la era de la aviación a motor, el espacio aéreo todavía encierra bastantes misterios. Foto: Airbus.
Tercera foto: Uno de los espectaculares fogonazos conocidos como "duendes". Foto: University of Alaska Fairbanks.