LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Viajar por el tiempo es un tema recurrente de la ciencia-ficción, y objeto de análisis teóricos por la física. Existen diversas hipótesis de cómo se podría viajar a través del tiempo. Todas ellas se basan en premisas de la física que están sujetas a debate. E incluso, aunque la física permitiera tales viajes, quizá sea imposible construir la tecnología para llevarlos a cabo.

Viajar al futuro resulta mucho más fácil que viajar al pasado. Puesto que de manera natural todos estamos viajando hacia el futuro (el tiempo transcurre "hacia adelante" y no "hacia atrás" por decirlo así), basta con modificar la "velocidad", mientras que para alcanzar el pasado habría que "detener el motor y dar marcha atrás", una operación más compleja.

La fuerza de la gravedad y el grado de proximidad a la velocidad de la luz experimentados por un cuerpo alteran el paso del tiempo en él con respecto a su entorno, siendo posible que experimente ciertos "saltos al futuro" con respecto a un entorno afectado de manera distinta por esos parámetros. Otros fenómenos podrían también influir en la marcha del tiempo.

Invertir el sentido de la flecha del tiempo, es decir, viajar hacia el pasado, resulta mucho más problemático. En teoría, si un objeto fuese capaz de superar la velocidad de la luz, retrocedería hacia el pasado, llegando a su destino antes de haber partido hacia él. Se especula también con la existencia de los taquiones, partículas que, de forma natural, estarían viajando hacia el pasado en vez de hacia el futuro como hace el resto de nuestro universo conocido.

Hay posibilidades de que en el universo existan hoy máquinas del tiempo naturales. En las inmediaciones de los agujeros negros puede haber túneles que comuniquen regiones con diferencias temporales importantes. También es posible que los bucles de tiempo que se cree se formaron en los instantes inmediatos a la creación del universo, hayan perdurado hasta el presente.

La existencia natural de algunos de estos conductos en el espacio-tiempo fue pronosticada por Einstein en su Teoría de la Relatividad. Serían pasadizos secretos del cosmos, algo así como los atajos subterráneos que cruzan por debajo de altas murallas que de otro modo deberían ser rodeadas durante kilómetros.

Viajar al pasado (o regresar del futuro) presenta serios interrogantes sobre las leyes de causalidad que rigen el destino. ¿Qué sucede si al llegar al pasado decidimos intervenir en él? ¿Podríamos modificar el curso de la Historia? ¿Es posible cambiar el futuro si lo conocemos por haber estado en él? ¿Cómo afectaría todo ello al universo? ¿Cómo nos afectaría a nosotros mismos?

Algunas teorías se decantan por la imposibilidad de modificar el pasado. Ya sea porque entren en acción leyes físicas que impidan que los nuevos actos tengan efecto sobre el pasado, o bien porque esos nuevos actos en realidad ya ocurrieron y son los que precisamente forjaron el pasado tal como lo conocemos.

Otro sector científico considera al tiempo no como un fenómeno secuencial de una sola vía, sino abierto a múltiples bifurcaciones. El retorno al pasado sería de hecho posicionarse en un punto de partida desde el cual avanzar hacia otras direcciones o futuros alternativos.

Texto e ilustraciones: Jorge Munnshe
Imagen superior: Recreación artística de un salto a través del tiempo. Ilustración de Jorge Munnshe.
Imagen inferior: Recreación artística de una ventana hacia el pasado. Ilustración de Jorge Munnshe.







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