ENVIAR
ADN HUMANO AL ESPACIO INTERESTELARUna idea tan fascinante como polémica es la de embarcar ADN de seres humanos a bordo de una sonda y lanzarla hacia el corazón de la Vía Láctea, la zona de nuestra galaxia que más poblada está de estrellas y planetas. Un cabello de cada uno de los voluntarios realizaría esta insólita travesía, portando los datos más íntimos de la identidad genética de cada persona. El paso del tiempo y cuán protegido viajase el ADN determinarían su nivel de degradación.
El motivo para que
alguien se decida a enviar al cosmos su propia esencia biológica, la
que le define genéticamente como individuo, podría ser tan sólo
filosófico, o bien un intento de perdurar de algún modo si en un lugar
lejano ese ADN acaba siendo usado para crear un clon de la persona que
lo donó.La idea, que ya contó con un proyecto en el que se intentó llevarla a la práctica y que con toda certeza no será el último, conduce a obvios y controvertidos interrogantes:
¿Qué puede ocurrir si el ADN cae en manos de seres inteligentes de otros mundos que lo utilizan con fines nada éticos?
¿Habrá viveros humanos en algún punto del cosmos dentro de millones de años?
¿Recibiremos la visita de humanos nacidos y criados en otro planeta?
¿Se crearán híbridos de humano y alienígena?
Sin duda, los principales temores que un sector de la sociedad alberga contra los diferentes usos de la ingeniería genética, y los explotados en muchas historias de ciencia-ficción, coinciden todos juntos en esta iniciativa, descrita por algunos como arrojar lo más valioso de nosotros mismos en una botella al océano, para que lo encuentre quien sabe quién algún día en alguna parte.
Texto: Jorge Munnshe
Imagen superior: La doble hélice de ADN. Foto: NASA-MSFC.
Imagen inferior: El deseo de explorar el cosmos es casi innato del Ser Humano. En la imagen, representación artística del satélite astronómico Spitzer. Foto: NASA/JPL - Caltech.