GIGANTESCAS
FORMAS DE VIDA BAJO NUESTROS PIES
Los seres vivos de mayor
tamaño del planeta, figuran, paradójicamente,
entre los más escurridizos. La civilización humana las ha tenido bajo
sus pies durante siglos, sin sospechar de su existencia.
Estas
moles
subterráneas han logrado pasar desapercibidas hasta finales del siglo
XX.
Dignos actores para encarnar a alguna de las monstruosas criaturas
del famoso escritor de terror H.P. Lovecraft, estos inquietantes
moradores del subsuelo han sido descubiertos en varios puntos del mundo.
Se
trata de hongos que se alimentan de árboles, y que en condiciones
normales son de tamaño modesto. Sin embargo, en algunos casos
especiales, un individuo puede crecer hasta adquirir proporciones
dantescas.
Este desarrollo se traduce en la progresiva extensión de sus
filamentos, que van formando poco a poco una robusta red.
Cuanto mayor
es el organismo, mayores son sus necesidades alimentarias, pero al
mismo tiempo también aumentan sus posibilidades de alimentarse.
Uno
de los hallazgos más sonados de hongo gigante se registró en 1992
cerca de Crystal Falls, Michigan. Mediante análisis genéticos de
muestras tomadas en un bosque próximo, se descubrió que todas ellas
pertenecían a un único hongo, que ocupaba una extensión de
aproximadamente 15 hectáreas bajo el suelo del lugar.
Pero desde entonces, ese gigante ha quedado del todo eclipsado por el
hallazgo bajo otros bosques de hongos aún mayores: Un ejemplar de
Armillaria ostoyae de 600 hectáreas y ubicado en el Monte Adams, estado
de Washington, al que se le calculó una edad de entre quinientos y mil
años. Y un ejemplar de 900 hectáreas localizado en una zona boscosa
próxima a Prairie City, en el estado de Oregón, al que se le ha
calculado una edad de alrededor de 2400 años.
Texto y fotos:
Jorge Munnshe
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