ESTACIONES
DE SEGUIMIENTO
DE VUELOS ESPACIALES
Una labor vital para los vuelos espaciales, aunque a
menudo ignorada
por la opinión pública, es la de las estaciones de seguimiento en la
Tierra, que mantienen el contacto con las naves espaciales.
Distribuidas por puntos estratégicos del planeta, son como el cordón
umbilical entre la nave y nuestro mundo, y su importancia es
especialmente grande en el caso de las misiones tripuladas, ya que la
vida de los astronautas puede depender de ellas.
Las estaciones de seguimiento son lugares privilegiados desde los que
es posible asistir en directo a las vicisitudes de un viaje espacial,
como ilustra la ya icónica frase "Houston, tenemos un problema" con la
que los tripulantes del Apolo-13 anunciaron el desastre que casi acaba
en tragedia.
A lo largo de la Era Espacial, muchas primicias y anécdotas se han
vivido entre el personal de las estaciones de seguimiento.
Uno de los
mejores ejemplos de esta clase de especialistas, es el científico
español Luis Ruiz de Gopegui, en su día director de la estación de
seguimiento de Fresnedillas, de la red de la NASA, en España, quien
vivió desde su puesto los momentos más candentes del programa Apolo,
incluyendo la llegada del Hombre a la Luna y la odisea del Apolo-13, y
que también fue durante diez años director de los programas de la NASA
en España.
Tuve la oportunidad de conocerle en persona,
entrevistarle
para una revista, maravillarme ante tantos capítulos clave de la
historia de la astronáutica vividos por él en directo y desde dentro,
como parte del equipo que los hizo posibles, y conocer divertidas
anécdotas.
Entre éstas, quizá la más jugosa sea la de una extraña petición en
1975, desde el Centro de Control en Houston, de eliminar una cinta
correspondiente a la misión Apolo-Soyuz de 1975, el acoplamiento en el
espacio de una nave estadounidense y otra rusa. Gopegui y sus colegas,
intrigados ante lo que parecía un intento de ocultar información,
visionaron la cinta, esperando detectar algo extraño que pudiera ser
calificado de OVNI, o denotar cualquier otra cosa espectacular que
debiera mantenerse en secreto. Sin embargo, después de revisar la
cinta, no estaba claro qué podía ser tan anómalo y misterioso como para
que se ordenase destruir la cinta.
Finalmente, lo averiguaron, pero fue
un tanto decepcionante ya que no se trataba de nada espectacular: Uno
de los astronautas estadounidenses perdió los nervios porque sus
colegas rusos tenían dificultades en mantener estable su nave durante
la fase final de acercamiento entre ambas, y exclamó algo así como
"¡Este hijo de perra no sabe estarse quieto!". El comentario era más
coloquial que agresivo, pero en Houston se temió que provocase un
conflicto diplomático serio si se divulgaba. No olvidemos que en
aquella época aún persistía el clima de Guerra Fría entre ambas
superpotencias.
Texto: Jorge Munnshe
En la imagen superior, antena de la estación de seguimiento que la
Agencia
Espacial Europea tiene en Villafranca del Castillo, Madrid. (Foto:
ESA-S.Corvaja)
En la imagen inferior, Luis Ruiz de Gopegui (izquierda) charlando con
Wernher Von Braun, uno de los padres de la astronáutica, y principal
artífice de la llegada del Hombre a la Luna. Foto: Cortesía de Luis
Ruiz de Gopegui .
Página
principal
Vocación
y trayectoria profesional
Obras publicadas
Premios ganados
Reseñas de obras mías, entrevistas que me han
hecho y citas de mis
textos
Los temas sobre los que escribo que más me
interesan
Webs amigas
Contacto