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Cada día que pasa me
siento más desengañada. Yo no sería capaz de
seguir viviendo sin cuerpo rodeada de personas de carne y hueso,
envidiando su plenitud biológica, su capacidad de amar y ser amadas, su
calor vital, y anhelando ser como ellas. Si lo que temo se confirma,
tengo el firme deseo de abandonar todo contacto con seres humanos.
Ahora ya me he acostumbrado a mis sentidos electrónicos y casi los
echaría en falta; así que trataría de ser escogida como cerebro de una
sonda espacial, y ser lanzada hacia cualquier destino. El Cosmos me
fascina y sería feliz desempeñando el rol de astronauta-cyborg.