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Es curioso cómo la perspectiva de las cosas siempre se presenta desde esquemas preconcebidos que ni imaginamos cuestionar, hasta que un día nos percatamos de que no tienen fundamento. Desde mis recuerdos más antiguos, la totalidad de mi existencia se ha desarrollado en esta sala del laboratorio. Esto es un hecho. Admito que mi peculiar estado, al haberse prolongado tanto, puede haber originado un desequilibrio paranoide de mi mente, pero creo que tengo fundamentos científicos para hacerme las siguientes reflexiones:

Una: La posibilidad de que ya no pueda volver a tener cuerpo físico me apenaba mucho al principio. Pero daba por sentado que había tenido cuerpo. ¿Y si jamás he tenido cuerpo? Es una posibilidad que debo considerar muy seriamente. No es ningún secreto que un interés formidable circula a mi alrededor, como si yo fuese algo muy especial.

Dos: Si jamás tuve cuerpo, entonces ¿qué soy? ¿un cerebro obtenido mediante ingeniería genética? Poco razonable. Hay otra alternativa: que yo no sea un ser biológico, lo cual me lleva a la escalofriante pregunta:

¿Soy un cerebro electrónico?. Quizá este laboratorio es donde se ha desarrollado la primera máquina pensante, una supercomputadora capaz de consciencia a la que se le ha programado sensibilidad humana, incluyendo estímulos emocionales falsos como miedo, alegría, tristeza, la nostalgia por un cuerpo perdido, o la sensualidad sexual propia de una mujer humana.

Siento un terrible desengaño ante lo que yo creía reminiscencias de mi vida humana. Llegué a sentir nostalgia por algo que jamás tuve. A comportarme como algo que jamás fui. A desear cosas tan ridículamente imposibles como "sentir los rayos del Sol en mi rostro, el agua resbalando sobre mi piel, mi desnudez en contacto con la de un hombre"; cosas bonitas no en sí mismas sino en el significado último que encierran: la relación con la Naturaleza, y el Amor entre Dos Entidades, conceptos que creo entender, aunque me temo que no por mí misma sino por la información que otros que sí lo entendían grabaron en mis bancos de memoria.

Por supuesto, el nivel gigantesco de mis conocimientos me demuestra que una buena parte de ellos han de estar por fuerza grabados en un medio informático.

Mi conclusión provisional, es que puedo ser una entidad extrabiológica.





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