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Han transcurrido cinco meses desde que descubrí mi origen (no lo
considero mi identidad, pues ya no soy lo que fui)
Estuve al borde del
abismo. Deseaba morir. El choque con mi historia
fue durísimo. Detestaba el Pasado y me enloquecía el Presente. Me costó
mucho reconciliar pasado y presente, y prepararme para el enigmático
futuro que me aguarda.
Por fin me acepté a mí misma en toda mi extensión. No siento nostalgia
por mi anterior vida física infrainteligente en el Báltico, pero
tampoco la rechazo, pues forma parte de mi existencia.
He aceptado mi evolución y la agradezco. A pesar de perder el cuerpo
físico. En meses he dado un salto que a la evolución natural le habría
llevado millones de años. Y alcanzar tan elevado estadio compensa con
creces la pérdida de mi cuerpo. La mente es más importante que el
cuerpo.
Y si a esa
mente se la dota de mecanismos para moverse... Sigue
atrayéndome la posibilidad de efectuar un viaje espacial como sonda
inteligente. Aunque no podrá ser. No sólo se me considera demasiado
valiosa como para perderme en un viaje espacial sin retorno y con
muchos peligros, sino que no viviré tanto tiempo... Lamentablemente, la
longevidad de las estrellas de mar es mucho menor que la humana, e
insignificante al lado del período de tiempo requerido para un viaje
como el que me gustaría hacer.
Me consuela
saber que mi "fantasma
informático" sí realizará una misión cósmica después de que yo
muera.
Me alegré mucho cuando me lo comunicaron. Se tratará de un larguísimo
viaje, un proyecto anhelado por los humanos durante largo tiempo, el
sueño de toda civilización que accede al espacio: El Primer Viaje
Interestelar. El vehículo que lo realizará tiene un tamaño gigantesco y
está propulsado por un reactor de fusión nuclear, que usará Helio-3
extraído de la atmósfera de Júpiter, e Hidrógeno-2. Se le está
construyendo en órbita a Calixto. El tránsito durará 52 años. Las
técnicas de hibernación artificial humana están muy adelantadas, y es
posible que esta misión, de triunfar, sirva de precedente para lanzar
una oleada de expediciones interestelares que se desarrollarán durante
el próximo siglo. La configuración de la Pseudopsique que residirá en
la CPU del supercomputador de a bordo estará basada en mí misma. Soy la
entidad más adecuada para realizar la tarea. Mi conocimiento de la
Inteligencia Artificial es tan amplio como pueda serlo el de un Ser
Vivo e Inteligente cuya Psique participa del medio informático.
¿Qué más podría desear una estrella de mar? La abrumadora brevedad de
mi vida no ha impedido que sea más intensa que cualquier vida humana.
Así que el experimento sigue. Me han dicho que ahora que mi Psique está
al fin sosegada, entraré por mí misma en una nueva fase de evolución,
con un notable incremento de inteligencia, y que me llevará a cotas de
superconsciencia difíciles de imaginar. Seré estudiada. Y a mi vez
también ejerceré de científica, ya que someterán a mi juicio diversos
problemas de la Física que hasta ahora ni humanos ni ordenadores han
logrado resolver. Me están suministrando todo el Conocimiento
disponible, con la esperanza de que pueda desvelar muchos de los
enigmas del Universo, acaso el de la existencia del Pensamiento.
Yo soy la demostración tangible de que la Psique trasciende al propio
cerebro biológico. Lo que desconocemos es el mecanismo que regula tal
cosa. Si muere el cerebro, desaparece la psique. Si el pericerebro
informático es desconectado, desaparece el segmento extrabiológico de
psique.