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LA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
ES MÁS FÁCIL DE ADAPTAR CON LA NATURAL EN PSIQUES ELEMENTALES Desde el principio se advirtió que era muchísimo más fácil trabajar con inteligencia artificial sobre seres inferiores que sobre superiores. La psique de los seres elementales es, según se desciende por su árbol evolutivo, cada vez más semejante al comportamiento de un ordenador, por lo que nos es más fácil introducir en ella elementos ajenos sin descontrolarla o perturbarla. Por contra, cuanto más se asciende por la escala evolutiva, mayores diferencias se registran entre ambos modelos de inteligencia, hasta culminar en la parodia de la absoluta divergencia entre un ordenador y un ser humano. Las primeras implantaciones de microprocesadores se realizaron, sin embargo, en reptiles, y las de ficheros de datos y subprogramas de aplicación, en mamíferos. Los problemas técnicos de miniaturización impidieron su inserción en seres más primarios. Los implantes de inteligencia artificial a mamíferos les provocaban depresiones, actitudes agresivas, y a veces demencia irreversible.  La popularmente
conocida a causa de la prensa sensacionalista como
Superaraña Inteligente, era un concepto desarrollado en un laboratorio
norteamericano que se basaba en la siguiente idea: ante la dificultad
de instalar microchips en los cerebros de los seres elementales,
debido, como hemos dicho, a la miniaturización, se procedería a la
inversa. El cerebro sería trasplantado a una cápsula de Kuprol,
conectándosele con procesadores de tamaño estándar, y alojando todo
ello en una estructura robótica, capaz de locomoción, por supuesto
controlada por el cerebro vivo usando las mismas terminaciones
nerviosas. El cuerpo mecánico, aunque de mayor tamaño, debería pues
conservar una morfología similar a la del cuerpo biológico del ser. El
primer candidato fue un espécimen de araña. Lo de "Superaraña
Inteligente" se deriva de ello. Inteligente, por el pericerebro
informático conectado al biológico como una corteza superior. Super,
por el tamaño semejante al de un perro que tenía el cuerpo robótico, lo
que desde luego por sí solo le bastaría al arácnido para prevalecer
sobre todos sus rivales y cazar presas tales como gatos y perros, que,
de todos modos, no podría luego comerse. |
