CAPÍTULO 1


En las dos horas que llevo incorporado a mi turno de trabajo, no hemos tenido que ocuparnos de ningún incidente de importancia. Tan sólo un alborotador en la planta 243 y dos falsas alarmas de robo en la 96 y la 119. En cambio, el equipo de mantenimiento urbano del edificio ha tenido que hacer numerosas salidas a diversas plantas para ocuparse de variadas averías.

Desde las cero horas hasta las dos de la madrugada se han declarado las siguientes anomalías técnicas: detención de la cascada artificial del parque de atracciones del vestíbulo, corte del suministro eléctrico en quince viviendas de la planta 187, repetidas oscilaciones en luces de pasillos de esa y otras plantas, una falsa alarma de incendio en la planta 23, y, por último, un conato de incendio en la 28, al parecer iniciado por un cortocircuito.

Durante los dos años que llevo en el turno de noche no había presenciado jamás una sucesión tan rápida de desperfectos. Sé que por mi profesión de policía es inevitable que tenga una cierta actitud paranoica, pero pese a ello creo que las averías bien pueden responder a un sabotaje.

He ordenado a los agentes bajo mi mando que intensifiquen su labor de vigilancia en las instalaciones técnicas principales del edificio, tanto a través de la observación con videocámaras, como mediante inspección directa. Quizá podamos sorprender a algún sospechoso. No es tarea fácil a pesar de los completos medios tecnológicos que nuestra comisaría posee. El Edificio "Horizonte" es como una pequeña ciudad, gozando del status legal de núcleo urbano independiente.

Ubicado en el centro de la masificada Tokio, es uno de los cincuenta edificios de estas características que existen en el mundo. Mide 1020 metros de altura, más 82 adicionales si contamos la antena más larga. De sus 250 plantas, las 50 primeras albergan oficinas y centros comerciales, las 40 siguientes constituyen un completo complejo hotelero y recreativo, y las 160 últimas son básicamente una zona residencial con 7650 viviendas. Un bosque típico de montaña remata la ciudad vertical.

Panorámica de la ciudad desde las alturas

Como núcleo urbano que es, resulta factible pasar mucho tiempo sin precisar salir de Horizonte. Todo lo necesario para una vida completa está aquí. Si además uno tiene su empleo y su familia en el mismo edificio, como es mi caso, las salidas pasan a ser una cuestión turística. Hace año y medio que no piso "la calle", el mundo de "abajo". En los ocho años que desempeño mi trabajo en Horizonte, no habré ido fuera más de diez veces.





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