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Neurología
Los Insectos Quizá Son Tan Inteligentes Como los
Animales de Gran Tamaño
18 de Diciembre de 2009.
Según
las asombrosas conclusiones de un equipo de científicos, los insectos
podrían ser tan inteligentes como los animales de tamaño muy superior al
de ellos, a pesar de tener un cerebro tan diminuto como una cabeza de
alfiler.
Los animales con cerebros más grandes no son necesariamente más
inteligentes. Así lo creen Lars Chittka de la Universidad Queen Mary de
Londres y Jeremy Niven de la Universidad de Cambridge.
La investigación científica muestra reiteradamente cómo los insectos son
capaces de algunos comportamientos inteligentes que los científicos
pensaron previamente que eran exclusivos de los animales más grandes.
Las abejas, por ejemplo, pueden contar, clasificar objetos similares
tales como los rostros de humanos o de perros, entender el concepto de
"igual" y "diferente", y distinguir entre formas que son simétricas y
asimétricas.
"Sabemos que el tamaño del cuerpo es la forma más sencilla de predecir
el tamaño del cerebro de un animal", explica Chittka. "Sin embargo, al
contrario de la creencia popular, no podemos decir que el tamaño del
cerebro predice su capacidad de comportamiento inteligente".
La diferencia de las dimensiones del cerebro entre animales es notable:
El cerebro de una ballena puede pesar hasta 9 kg (con más de 200.000
millones de células nerviosas) y el cerebro humano varía entre 1,25
kilogramos y 1,45 (con una cantidad de células nerviosas estimada en
85.000 millones). El cerebro de una abeja pesa sólo 1 milígramo y
contiene menos de un millón de células nerviosas.
A pesar de que algunos incrementos en el tamaño del cerebro sí
repercuten en la capacidad de comportamiento inteligente del animal,
muchas diferencias en el tamaño sólo existen en una región específica
del cerebro. Esto se ve con frecuencia en animales con sentidos
altamente desarrollados (como la vista o el oído) o con una habilidad
para hacer movimientos muy precisos. El incremento del tamaño permite al
cerebro trabajar con mayor nivel de detalle, con mejor resolución, y con
sensibilidad o precisión superiores, en otras palabras, no aporta
capacidades nuevas sino que tan sólo aumenta el alcance de las
existentes.
La investigación sugiere que los animales más grandes podrían necesitar
cerebros más grandes simplemente porque hay más maquinaria para
controlar. Por ejemplo, necesitan mover músculos más grandes y por
consiguiente necesitan más nervios y de mayor tamaño para realizar los
movimientos.
Tal como señala Chittka, a menudo en los cerebros más grandes no
encontramos más complejidad, sólo una repetición hasta la saciedad de
los mismos circuitos neuronales. Esto puede aumentar el grado de detalle
de imágenes o de sonidos recordados, pero no incrementa el nivel de
inteligencia. Para utilizar un ordenador como analogía, los cerebros más
grandes podrían en muchos casos tener discos duros con mayor capacidad
de almacenamiento, pero no necesariamente mejores procesadores.
Esto significa que pensar de manera "avanzada" puede probablemente ser
realizado con una cantidad pequeña de neuronas. Varias modelaciones por
ordenador muestran que incluso la consciencia puede ser generada con
circuitos neuronales muy pequeños, los cuales podrían en teoría caber
fácilmente dentro del cerebro de un insecto.
De hecho, los modelos sugieren que la capacidad matemática de contar
podría lograrse con solo unos cientos de células nerviosas, y que unas
miles podrían ser suficientes para generar la consciencia.
Se espera que esta área de investigación conduzca al desarrollo de una
mejor capacidad de procesamiento en ordenadores, que les permita, entre
otras cosas, reconocer emociones y expresiones faciales humanas con
mayor eficiencia que la que hoy poseen.
Información adicional en:
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