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Tecnología
Espacial
No Habrá Vela Solar
27
de Junio de 2005.
 Aunque
aún no se ha producido una explicación oficial y precisa de lo ocurrido,
todo parece indicar que la misión Cosmos-1, la primera misión operativa
de una vela solar, se perdió durante su lanzamiento el pasado 21 de
junio.
El problema se produjo en su cohete portador Volna, un misil modificado
lanzado desde un submarino, el cual no funcionó adecuadamente durante la
fase de propulsión.
Como estaba previsto, el despegue se efectuó puntualmente desde el
submarino Borisoglebsk, estacionado en el mar de Barents, a las 19:46
UTC. A partir de aquí, los acontecimientos se desarrollaron de forma
confusa. Los representantes de la Planetary Society, quienes, junto a la
empresa Cosmos Studios, han patrocinado la misión, siguieron el vuelo
desde una instalación portátil. Sin embargo, transcurridos unos 25
minutos del despegue, no habían recibido aún noticias de la detección de
la nave (Solnechny Parus). Varias horas después, el análisis de la
telemetría seguía siendo confuso, y el Space Command americano tampoco
había localizado el vehículo de 103 kg de peso en órbita.
Sobre las 23:00 UTC, la Planetary Society emitía un comunicado oficial
que indicaba que no podía confirmarse la inserción orbital de la nave.
Las primeras noticias de agencia sugerían que el lanzamiento había
fallado por un problema en el cohete, unos 83 segundos después del
despegue. Posteriores informes sugirieron que la primera etapa del
vector no se había separado de la segunda, y que el vuelo había
finalizado unos 160 segundos después de la partida.
Pero la Planetary Society se resistía aún a confirmar el fallo total de
la misión, alegando la detección de telemetría intermitente en un
momento en que el vehículo debería hallarse a gran altitud. En algún
instante se pensó que, a pesar del fallo en el cohete, la Cosmos-1
podría haber alcanzado algún tipo de órbita precaria. Nada de ello ha
podido ser confirmado.
Días después, Louis Friedman anunciaba por fin que todo parecía indicar
que la misión había sido un fracaso, no por el satélite, que no había
tenido la oportunidad de actuar, sino por el lanzador, cuya selección
demostró haber sido errónea. El misterio de las señales recibidas aún
deja abierta la posibilidad de que la Cosmos-1 alcanzara algún tipo de
órbita muy baja, lo bastante como para reentrar casi de inmediato y
destruirse en la atmósfera. Mientras esto se aclara, la Planetary
Society aún no sabe qué hará ahora. Existe la posibilidad de construir
una Cosmos-2, pero no se ha tomado ninguna decisión al respecto.
La Cosmos-1, construida por la empresa Lavochkin, transportaba una vela
solar de 30 metros de diámetro hecha con 8 segmentos de tela de mylar
aluminizada. Un motor de apogeo debía haberla llevado a una órbita
circular a unos 850 km de altitud, lejos de la influencia de la
atmósfera, donde pudiera probarse el empuje de la radiación solar (3
milinewtons).
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