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Espacial
Informe ISS/STS-115
25
de Septiembre de 2006.
Con
el Atlantis en tierra y la expedición número 13 de la estación espacial
internacional a punto de volver a casa, el complejo afronta el último
trimestre del año con buenas esperanzas de que todo haya vuelto
efectivamente a la normalidad, tras el accidente del Columbia.
Pero en ocasiones se producen acontecimientos inesperados que tienen
poco de normales. Mientras los tripulantes del Atlantis seguían con su
plácido retorno a la Tierra, a bordo de la estación espacial
internacional se producía un incidente potencialmente peligroso que sin
embargo no tuvo consecuencias. El generador de oxígeno ruso Elektron,
instalado en el módulo Zvezda, se sobrecalentó durante unos instantes,
provocando el derretimiento de una junta de goma y una pequeña humareda,
acompañada de un fuerte olor y una escasa cantidad de sustancia
irritante que pasó a la atmósfera del complejo.
La Elektron había permanecido desactivada durante nueve días,
coincidiendo con la presencia de la tripulación del Atlantis, como
estaba previsto. Con ellos fuera de la estación, los controladores rusos
solicitaron la reactivación de la unidad, cosa que intentó hacer Pavel
Vinogradov hacia las 07:00 UTC del 18 de septiembre. Pero el sistema
sólo funcionó durante un rato y luego se apagó automáticamente.
Vinogradov intentó en varias ocasiones la activación, sin éxito. Hacia
las 11:00 UTC, el cosmonauta efectuó un último intento. Sin conexión con
tierra debido a una falta de cobertura de las estaciones de seguimiento,
Vinogradov comprobó que la Elektron se estaba recalentando, y que
emanaba algo de humo y mal olor de ella. A las 11:16 UTC, recuperado el
contacto con tierra, los controladores pidieron a los miembros de la
expedición número 13 que conectaran manualmente la alarma
contra-incendios, de manera que entrara en funcionamiento el software de
emergencia, el cual se ocuparía de detener los ventiladores que remueven
el aire entre los módulos.
Afortunadamente, los sensores no indicaron contaminantes peligrosos para
los astronautas, aunque se les pidió que llevasen durante un tiempo
máscaras, gafas y guantes especiales, dado que el hidróxido de potasio,
la sustancia química que podría haberse desprendido de la Elektron, es
irritante para la piel y las mucosas. En efecto, Vinogradov describió
una fuga de un líquido claro procedente de una junta dañada, procediendo
después a su limpieza. Una hora después, eliminada la fuente de peligro,
se reactivó el sistema de ventilación.
El incidente, según las autoridades del programa, no debía afectar a la
inminente salida prevista de la nave de carga Progress, ni al
acoplamiento de la Soyuz TMA-9, que traería a los sustitutos de
Vinogradov y Williams, así como a la turista espacial Anousheh Ansari.
Su llegada estaba programada para las 05:24 UTC del 20 de septiembre.
Mientras tanto, el Atlantis se preparaba para el aterrizaje, previsto
para las 09:59 UTC del mismo 20 de septiembre. Los astronautas pasaron
el lunes 18 inspeccionando las losetas térmicas con la participación del
brazo robótico y una pértiga capaz de estudiar la superficie del escudo
con un láser. Las próximas tareas serían almacenar todo el material no
necesario para el aterrizaje, y una prueba de los motores para comprobar
que estaban en buenas condiciones para efectuar el frenado que los
llevase hacia la atmósfera.
El martes día 19, las tripulaciones del Atlantis, de la Soyuz TMA-9 y de
la estación espacial, protagonizaron una comunicación a tres bandas. Un
total de 12 astronautas pudieron charlar unos minutos hacia las 07:00
UTC. Durante el día, los analistas en tierra, que revisan constantemente
el video procedente del espacio, descubrieron un fragmento sin
identificar avanzando en paralelo al transbordador. Suponiendo que se
trataba de alguna pieza desprendida del Atlantis, quizá debido a las
vibraciones de los ensayos con el sistema de propulsión auxiliar y con
el sistema hidráulico, durante los preparativos para el aterrizaje, la
dirección del programa decidió que era necesario revisar otra vez el
escudo térmico del vehículo, para asegurar que no se trataba de una
pieza vital. Eso, y el mal tiempo esperado en Florida, recomendaron
retrasar el regreso 24 horas.
Tras despertar de su sueño el miércoles 20 de septiembre, los
astronautas del Atlantis activaron el brazo robótico y empezaron con él
la exploración centímetro a centímetro de los bordes de las alas, el
morro y la parte inferior de la nave. Mientras dormían, se habían usado
las cámaras de la bodega para explorar su interior. La tarea, que
duraría varias horas, no puso de manifiesto nada en especial, aunque las
imágenes serían inspeccionadas en detalle en tierra. Tras su estudio, se
dio permiso a los astronautas para efectuar una nueva revisión, esta vez
con el sistema OBSS unido al brazo robótico, para observar zonas a las
que no llegaba este último en solitario. Por ahora, el aterrizaje
quedaba programado para las 10:22 UTC del 21 de septiembre, con un
frenado orbital a las 09:14 UTC.
En la estación espacial, la nave de carga Progress-21P dejó su puerto de
atraque a las 00:30 UTC del martes 19 de septiembre. Cargada con basura
y artículos inservibles, fue enviada a su destrucción sobre el océano
Pacífico a las 04:00 UTC.
El próximo acontecimiento sería la llegada de la cápsula Soyuz TMA-9. La
nave, que traía a los sustitutos de Pavel Vinogradov y Jeff Williams,
Michael López-Alegría y Mikhail Tyurin, así como a la turista Anousheh
Ansari, se acopló automáticamente al complejo orbital a las 05:21 UTC
del 20 de septiembre. Tras las acostumbradas comprobaciones de
estanqueidad, se abrieron las escotillas entre ambos vehículos a las
10:34 UTC, momento en que ambas tripulaciones pudieron verse
directamente por primera vez. El evento, seguido en tierra a través de
la televisión, estuvo acompañado de breves parlamentos de los
protagonistas, y de saludos procedentes del centro ruso de seguimiento.
Durante los siguientes minutos, Williams empezó a conversar con
López-Alegría en el módulo Destiny, sobre todo lo necesario para el
traspaso de responsabilidades, mientras Vinogradov hacía lo mismo con
Tyurin en el Zvezda. También se efectuaría un intercambio de asientos
entre las Soyuz TMA-8 y 9, ya que Ansari volvería en la primera el 28 de
septiembre, junto a los miembros de la expedición número 13, mientras
que Reiter haría lo propio en la TMA-9 en caso de emergencia.
Sobre el problema con el generador de oxígeno Elektron, los astronautas
habían dedicado algún tiempo a él antes de la llegada de sus nuevos
compañeros, pero el trabajo definitivo se dejó para más adelante, hasta
que se terminase la transferencia de responsabilidades entre las dos
expediciones. Mientras tanto, el oxígeno de la atmósfera lo
proporcionarían los tanques almacenados y los generadores de combustible
sólido.
Mientras, la revisión exterior del escudo térmico del transbordador
Atlantis con el sistema OBSS tampoco puso de manifiesto ningún daño
evidente, después de tres horas de observación detallada. La inspección
y análisis del video enviado a la Tierra permitió advertir que un
espaciador de losetas térmicas que se había visto días atrás
protuberando desde su posición original había desparecido. No se actuó
sobre esta pieza porque se encontraba en una zona segura. Su ausencia
podría explicar el objeto observado flotando cerca del orbitador el
martes, pero los analistas no podían estar seguros. En todo caso, la
dirección del programa, en vista del estado del escudo térmico, dio luz
verde al regreso del Atlantis durante la madrugada de Florida, el 21 de
septiembre.
Las últimas horas de la misión STS-115 se desarrollaron de forma
tranquila. Tras maniobrar orientándose en el espacio, el Atlantis
accionó sus motores para frenar su marcha a las 09:14 UTC, lo cual
inició su reentrada, observada perfectamente por los astronautas de la
estación espacial. Horas antes, se habían cerrado las compuertas de la
bodega del transbordador y luego los astronautas ocuparon sus asientos
para el descenso. Con una buena meteorología en la pista de aterrizaje
del Kennedy Space Center, el Atlantis redujo paulatinamente su velocidad
hasta encararla y posarse sin dificultades sobre ella. La hora, las
10:21 UTC, implicó, eso sí, un aterrizaje nocturno. Se completaba así un
viaje de 187 órbitas, 11 días, 19 horas y 6 minutos. Se trata del
aterrizaje número 63 de un transbordador en Florida. Desde ese momento,
el Atlantis sería preparado para su próxima misión, llamada STS-117 y
prevista para febrero de 2007.
En órbita, los miembros de la expedición número 14 continuaban
aclimatándose a su nuevo hogar, recibiendo las explicaciones de sus
compañeros a los que iban a relevar, y cooperando en diversas tareas
conjuntas. La turista espacial, Anousheh Ansari, también parecía haberse
acomodado bien en la estación. Era posible leer sus impresiones en el
blog de X-Prize. Con ella viajaron 10 kg de “equipaje”, que incluían
algunos artículos interesantes, como una bandera de la organización y
algunos que viajaron en el vuelo suborbital de la ya histórica nave
SpaceShipOne.
La NASA se mostró satisfecha con el estado del transbordador Atlantis
tras su regreso procedente de la estación espacial internacional, aunque
aún estaba pendiente un examen más profundo de su exterior. La nave, que
aterrizó en la pista 33 de la Shuttle Landing Facility, fue trasladada
hasta su hangar, donde será preparada para su siguiente misión. El
aterrizaje nocturno número 21 de un transbordador y el número 15 del
Atlantis había culminado con el descenso de sus seis astronautas y una
recepción a pie de escalerilla del administrador de la NASA. Tras una
rápida revisión, una reunión inicial con sus familias y una conferencia
de prensa, la tripulación debía dirigirse el viernes hacia Houston para
continuar el post-vuelo. Se esperaba una ceremonia de bienvenida en el
Hangar 990 de Ellington Field.
Ya se encuentran muy avanzados los preparativos para el próximo vuelo
hacia la ISS. A mediados de diciembre, se llevará a cabo la misión
STS-116, protagonizada por el Discovery, que llevará el segmento P5 y
además permitirá la activación de los nuevos paneles solares instalados
por los astronautas del Atlantis.
Los miembros de la expedición número 13, Jeff Williams y Pavel
Vinogradov, y la turista espacial Anousheh Ansari, pasan sus últimos
días a bordo del complejo orbital internacional. Los primeros han
disfrutado de 6 meses de estancia, mientras que la visitante acumulará 8
días que sin duda no olvidará en toda su vida.
Su retorno a la Tierra está previsto para el 28 de septiembre, en la
cápsula Soyuz TMA-8. En la estación quedarán el alemán Thomas Reiter,
que continúa a bordo como puente entre las dos tripulaciones de larga
duración, y los recién llegados Mike López-Alegría, en calidad de
comandante, y Mikhail Tyurin, ingeniero de vuelo.
Los últimos días estuvieron dedicados a continuar la transferencia de
responsabilidades entre unos y otros, y a realizar algunos experimentos
conjuntos. Vinogradov y Tyurin tenían previsto continuar trabajando en
la reparación del generador Elektron, del que debía reemplazarse la
unidad de líquidos, el componente que se recalentó recientemente.
Los astronautas han efectuado varias conferencias de prensa, y han
tenido la oportunidad de hablar con sus colegas de la misión NEEMO 11,
encerrados en el laboratorio submarino Aquarius, donde estudian técnicas
útiles para futuros viajes a Marte y la Luna.
El 27 de septiembre se celebrará una ceremonia oficial de transferencia
de mando, y el 28, la ceremonia de despedida y el cierre de escotillas
entre la Soyuz TMA-8 y la estación.
Federico García del Real Viudes nos trae ahora una breve reseña
biográfica de los tres cosmonautas que volaron a la estación a bordo de
la Soyuz TMA-9:
-Anousheh Ansari: Nació en Teherán (Irán) el 12 de septiembre de 1966,
por lo que acaba de cumplir 40 años. En 1984, con 18 años, emigró a
Estados Unidos donde, tras aprender inglés, consiguió licenciarse en
Ingeniería Electrónica y Computación. Comenzó a trabajar en la compañía
de telecomunicaciones MCI, donde conoció a su marido Hamid Ansari, (con
el que se casó en 1991). En 1993, junto a su marido y a su cuñado Amir
Ansari, fundó la compañía Telecom Technologies Inc. (TTI), que vendieron
en el año 2000 por 500 millones de dólares, con los cuales fundaron
Prodea Systems, la empresa de inversiones de la que es actualmente
consejera general. Prodea patrocinó en el año 2004 el premio Ansari
X-Prize, otorgado a la primera nave espacial privada, la SpaceShipOne,
del diseñador aeroespacial Burt Rutan. EL SS1 consiguió dos vuelos
suborbitales por encima de los 100 kilómetros. Ansari se ha convertido
en la persona 446 en orbitar la tierra y la mujer número 44 en hacerlo.
-Mikhail Vladislavovich Tyurin: Cosmonauta ruso desde 1994, realiza su
segundo vuelo al espacio. Nació el 2 de marzo de 1960 (46 años), cerca
de Moscú. Está casado con Tatiana Anatoleyvna Tyurin y tiene una hija,
Alexandra, nacida en 1982. Es ingeniero mecánico y trabajó para la
empresa Energia. Voló en el Discovery (STS-105) el 10 de agosto de 2001
y permaneció en la Estación Espacial durante 129 días formando parte de
la tercera tripulación de larga duración, junto a Frank Culberston y
Vladimir Dezhurov. Realizó entonces 3 salidas extravehiculares (EVAs),
acumulando un total de 13,6 horas. Fue la persona 406 en volar al
espacio.
-Michael Eladio López-Alegría: Norteamericano nacido en Madrid (España)
el 30 de mayo de 1958, tiene por tanto 48 años. Está casado con la suiza
Daria Robinson, con la que tiene un hijo, Nicolás. Es Piloto de Pruebas
y Comandante de la Armada de los Estados Unidos. Posee más de 5.000
horas de vuelo en 30 aviones diferentes. Astronauta desde 1992, ha
volado en tres ocasiones anteriores al espacio. La primera, durante
15,91 días a bordo del Columbia (STS-73, 20 de noviembre de 1995).
Posteriormente fue Director de Operaciones de la NASA en el Centro de
Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin en la Ciudad de la Estrellas,
en Moscú. Su segundo vuelo espacial se inició el 11 de octubre de 2000,
a bordo del Discovery (STS-92), en la misión 3A hacia la Estación
Espacial Internacional. Durante este viaje realizó dos EVAs, con una
duración total de 14 horas y 4 minutos. Su tercer vuelo lo realizó a
bordo del Endeavour (STS-113, 7 de diciembre de 2002), la misión 11A de
montaje de la ISS, durante la cual instalaron el segmento P1 de la viga
transversal. López-Alegría volvió a realizar 3 EVAs durante esta misión.
Acumula 42,59 días en órbita, más de 34 horas de actividad
extravehicular y es el astronauta número 334.
Más información en:
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