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El Ultimo Encuentro Con Io de la Galileo
21 de Enero de 2002.
 Un fallo técnico, probablemente debido al ambiente de alta radiación presente en la región, evitó que la sonda Galileo se mantuviera operativa durante el último y más cercano de sus encuentros con el satélite joviano Io. Aunque los técnicos ya han recuperado el control de la nave, su misión se acerca a su fin, que culminará con una caída sobre la atmósfera de Júpiter dentro de algunos meses.
Los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory habían preparado un magnífico final para las actividades de la sonda Galileo en las cercanías de los satélites galileanos. Su última visita a Io debía servir para redirigir su trayectoria hacia el Júpiter, donde se estrellará (septiembre de 2003) para evitar que una definitiva pérdida de control provoque un impacto indeseado sobre Europa, la luna que podría poseer un océano de agua líquida bajo su corteza helada, y quizá vida. La Galileo no fue esterilizada antes del lanzamiento y un suceso así podría contaminar el satélite, enmascarando futuras investigaciones. El combustible que permite mantener la antena apuntada hacia la Tierra se encuentra casi agotado, de modo que nadie quería correr el riesgo de perder el contacto con el vehículo antes de que su trayectoria hubiese sido modificada de forma definitiva.
Pero el paso sobre Io sería también el más arriesgado de la serie (a unos 100 km, un récord), una espléndida oportunidad para conseguir más información sobre este cuerpo volcánico.
El sobrevuelo se produjo el 17 de enero. Debía ser la culminación a una misión muy exitosa, cuya duración ha triplicado las expectativas iniciales, permitiendo obtener más datos de los esperados, sobre todo después de la no apertura de la antena de alta ganancia, que evitó las transmisiones de información a alta velocidad. Pero la Galileo y sus subsistemas han soportado también durante este tiempo más de 3 veces y media la cantidad de radiación para la cual fueron diseñados.
Fue precisamente esta radiación, de intensidad creciente a medida que se acercaba a Io, la que seguramente dejó fuera de combate a los sistemas de la Galileo. Detectando esta situación, el ordenador de a bordo ordenó la entrada en modo seguro del vehículo, a la espera de órdenes procedentes de la Tierra. Así, aunque el sobrevuelo se produjo, consiguiéndose el objetivo principal (la modificación de la trayectoria gracias a la asistencia gravitatoria), no pudo obtenerse ningún dato científico del encuentro.
Según los cálculos, la sonda pasó a 102 km de Io, curvando su ruta para un impacto con Júpiter en la fecha prevista. No obstante, en noviembre de 2002 aún tendrá tiempo de pasar cerca de la luna Amaltea, la cual encontrará en su camino.
La sonda ya se encuentra plenamente restablecida de su paralización temporal, gracias a los comandos enviados desde la Tierra. Paulatinamente, la Galileo se aleja de Júpiter y de la zona de alta radiación, de modo que los científicos confían en continuar usando el vehículo para captar información hasta el final de sus días.
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