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Lanzamiento
España, de Nuevo en Orbita
20
de Diciembre de 2004.
 El
lanzamiento de la misión V165 del cohete Ariane-5 marca una doble
presencia española en el espacio. El Helios-2A, una satélite militar en
el que participa España, y el Nanosat-01, un revolucionario y diminuto
vehículo con interesantes objetivos tecnológicos, formaban parte de la
carga múltiple de este vuelo.
El lanzamiento, en dirección a una órbita heliosincrónica, se llevó a
cabo de día, lo cual es poco habitual en la historia de los viajes del
sistema Ariane. Un Ariane-5G+ (520, V165) despegaba a las 16:26 UTC del
18 de diciembre desde la rampa ELA-3 de Kourou, en la Guayana Francesa,
llevando a bordo la carga principal Helios-2A y cinco microsatélites.
En esta ocasión, debido a la órbita de destino, la ventana de
lanzamiento era casi instantánea, obligando a una partida en el momento
exacto previsto, sin posibilidad de retrasos. El cohete no experimentó
ninguna anomalía durante la cuenta atrás, y por tanto encendió sus
motores de forma puntual.
Completada la fase de impulsión, la etapa superior del vehículo “costeó”
durante varios minutos hasta alcanzar la posición adecuada para liberar,
progresivamente, a sus pasajeros. El primero de ellos, en una órbita
circular de 666 km de altitud, fue el Helios-2A. Se trata de un satélite
de reconocimiento militar capaz de obtener imágenes de sus objetivos en
la gama visible y en la infrarroja. Es el tercer integrante de la serie
Helios, el primero de una nueva generación más potente. El 2A, que pesó
4.200 kg al despegue, ha sido construido por la empresa EADS Astrium
sobre una plataforma Spot Mk3. Participan en el programa Francia,
Bélgica y España, estos dos últimos como socios minoritarios.
El Helios fue liberado aproximadamente una hora después del despegue. A
continuación, fueron separados consecutivamente los seis pequeños
satélites que le habían acompañado, y que habían permanecido unidos a la
estructura ASAP.
El primero en alcanzar una órbita independiente fue el Nanosat, un
microsatélite construido por el INTA español. Con un peso de tan sólo 20
kg, mide menos de medio metro de lado. Su nombre no es causalidad: los
nanosatélites son el resultado de aplicar al espacio la tendencia a la
miniaturización de la tecnología, que permite conseguir altas
prestaciones con un tamaño y peso reducidos. El Nanosat, de aspecto
hexagonal, lleva a bordo cuatro experimentos con los que el INTA
pretende demostrar el uso de varias tecnologías nuevas. Su labor
habitual será comunicar estaciones científicas en lugares remotos (como
la base española en la Antártida) con el INTA. Recogerá los datos cuando
pase sobre ella, y los enviará cuando sobrevuele España, en menos de 12
horas. Además, transporta dos nanosensores, uno solar y otro magnético,
y probará un sistema de comunicación óptica con luz infrarroja entre los
diversos equipos electrónicos instalados en su interior.
Después del Nanosat, fueron liberados, por parejas, los cuatro
microsatélites franceses Essaim. Son demostradores tecnológicos para
misiones de inteligencia electrónica, de unos 120 kg de peso, todos
ellos construidos por EADS Astrium para la DGA. Evolucionarán formando
una constelación o “enjambre”.
Por último, se colocó en órbita el satélite Parasol, propiedad del CNES
francés para estudios del clima terrestre. Realizará mediciones de la
formación de nubes y aerosoles. Con 125 kg al despegue, ha sido
construido por el propio CNES sobre una plataforma Myriade, como los
Essaim.
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