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Estación Espacial
Informe ISS/STS-121

17 de Julio de 2006.

Foto: NASACon sólo el aterrizaje pendiente, ya puede considerarse la misión del Discovery como un resonante éxito, no sólo por que se hayan cumplido los objetivos logísticos previstos, sino también porque su buen estado da luz verde al apretado calendario de lanzamientos que han de permitir finalizar la construcción de la estación espacial internacional.

El segundo paseo espacial previsto para la misión se llevó a cabo el 10 de julio. Estaría dedicado principalmente a la reparación del Mobile Transporter y a la instalación de un pequeño módulo de bombeo de reserva para el sistema de refrigeración de la estación. Duró 6 horas y 47 minutos y estuvo de nuevo protagonizado por Piers Sellers y Mike Fossum, quienes efectuaron un trabajo perfecto.

A las 12:14 UTC, los dos astronautas activaron la batería de sus trajes, y poco después abrían la escotilla y salían al exterior desde el módulo esclusa Quest. Su primer objetivo fue desplazarse hasta penetrar en la bodega del Discovery, donde elevaron el módulo de bombeo (Pump Module) fuera de su plataforma de almacenamiento para que pudiera ser cogido por el brazo robótico de la estación, el Canadarm-2. Lisa Nowak y Stephanie Wilson manipularon éste para llevar al módulo hasta su destino, junto al Quest. Mientras tanto, Sellers y Fossum se dirigieron a la estructura S0, para iniciar su tarea de reparación del vehículo de transporte que se desplaza sobre ella. Su primera tarea aquí fue la sustitución del TUS (Trailing Umbilical System), donde se encuentra el cable que transporta energía, datos y video para el vehículo, y el cual fue cortado accidentalmente hace unos meses. Los astronautas cambiaron el componente que contiene la hoja de corte por otro sin ella, ya que ya no se considera necesaria.

Para entonces el Canadarm-2 había alcanzado la plataforma de almacenamiento externa número 2 (ESP 2), en uno de los laterales del módulo Quest, y hacia allí acudieron Sellers y Fossum para instalar y asegurar el Pump Module, que quedará en dicha posición, como reserva, hasta que se le necesite. Después, regresaron a la zona del TUS, lo desmontaron y lo llevaron a la bodega del Discovery. Cogieron la pieza nueva que la sustituiría y la colocaron en el sitio de la anterior.

Todo el procedimiento se desarrolló sin contratiempos, sólo interrumpido por la necesidad de reasegurar la mochila propulsada de Sellers, que se había soltado.
Completada su tarea, los dos compañeros regresaron al interior del Quest, para represurizarlo y así poder quitarse los trajes extravehiculares. La excursión había concluido hacia las 19:02 UTC.

En el interior de la estación, Mark Kelly había supervisado las operaciones, mientras que Steve Lindsey, el comandante del Discovery, controló las cámaras (Vinogradov, Williams y Reiters habían continuado descargando suministros del módulo Leonardo).

Los controladores informaron pronto del buen funcionamiento eléctrico del Mobile Transporter reparado por Fossum y Sellers. Este vehículo será esencial para la instalación de los paneles solares y otros componentes en el extremo de la gran estructura que los soportará.

Antes de centrarse en la realización de la tercera y última excursión extravehicular, los astronautas del Discovery y sus compañeros de la estación dedicaron todo el día 11 de julio a actividades menos trascendentes pero igualmente importantes.
Pavel Vinogradov, Jeff Williams y Thomas Reiter pasaron buena parte de la jornada colocando en el módulo Leonardo todos aquellos artículos que ya no se necesitarán en el complejo orbital. Hasta el momento de la marcha del Discovery, podrían almacenarse hasta dos toneladas de basura, muestras de experimentos y equipos no funcionales.

Reiter trabajó algún tiempo en la Microgravity Sciences Glovebox, pero no para hacer experimentos, ya que la unidad está fuera de servicio, sino para cambiar la ventana y las juntas (recambios traídos por el Discovery), cuyo deterioro habían impedido últimamente su uso. En el interior de la unidad se realizan trabajos relacionados con fluidos, llamas, partículas y humos, que es necesario mantener encerrados. Cuando el Discovery regrese a la Tierra, Reiter continuará la reparación hasta dejar a la MSG lista para actuar.

Piers Sellers y Mike Fossum prepararon de nuevo sus trajes espaciales y herramientas, y revisaron los procedimientos a realizar durante su tercera salida extravehicular, la cual debería durar unas 6 horas y media. Durante su transcurso los astronautas tendrían que ensayar el uso de un adhesivo para la reparación de losetas térmicas dañadas, losetas (RCC) semejantes a las que recubren el borde frontal de las alas y otras zonas donde la temperatura durante la reentrada es máxima. Los astronautas usarían una cámara infrarroja para detectar defectos en el material, de otra forma invisibles.

Para casi acabar el día, varios de los astronautas volvieron a responder a las preguntas de los periodistas en la Tierra. Al mediodía, habían hablado con el Presidente George W. Bush, quien les envió sus saludos desde la Casa Blanca en una llamada privada.

El 12 de julio estaría protagonizado casi completamente por la tercera salida extravehicular de Fossum y Sellers. La esclusa del módulo Quest se despresurizó a las 11:15 UTC, abriéndose su escotilla cuatro minutos después. Desde dicha posición, los dos astronautas avanzaron hasta el Discovery, ya que su bodega sería su lugar de trabajo. Simulando una reparación real sobre algún punto del transbordador, instalaron una plataforma de sujeción en el extremo del brazo robótico de la estación, sobre la cual se encaramó Sellers. El Canadarm-2, dirigido una vez más por Lisa Nowak y Stephanie Wilson, acercó al astronauta al ala de estribor, sobre cuyo borde empleó, durante 20 segundos, una cámara especial infrarroja. Se espera que este tipo de imágenes puedan ayudar a identificar daños ocultos incluso dentro de los paneles térmicos RCC.

Completada esta tarea, Sellers se unió a Fossum en la bodega, donde ambos prepararon una caja con 12 muestras de losetas térmicas dañadas, almacenadas en la plataforma LMC (Lightweight MPESS Carrier). El material que se usaría para intentar su reparación se llama NOAX, y es un adhesivo no oxidante experimental, un polímero sellador pre-cerámico.

Dado que los experimentos realizados durante la anterior misión (STS-114) indicaron que el NOAX obtiene mejores resultados cuando es aplicado a una temperatura del panel RCC situada entre 120 y 30 grados F, los astronautas utilizaron el adhesivo teniendo en cuenta sus temperaturas. Así transcurrieron dos horas y media, completándose cinco reparaciones y observando los resultados tras cada una de ellas. También usaron la cámara infrarroja para analizar cuatro de las muestras.

Finalizado el trabajo, el centro de control añadió una última tarea a la excursión extravehicular, que consistió en trasladar utillaje hasta la plataforma ICC de la bodega del Discovery, y desmontar una maneta previamente instalada durante la colocación del módulo de bombeo PM, en el segundo paseo espacial. Dicha maneta fue colocada después en un tanque en la estructura S1, para su futura manipulación.

La salida finalizó con el retorno de los astronautas al módulo Quest, el cierre de la escotilla a las 18:21 UTC y la presurización del habitáculo 10 minutos más tarde. El tercer paseo espacial de la misión duró pues 7 horas y 11 minutos, el número 68 de la historia de la ISS. Sellers y Fossum habían acumulado en sus tres excursiones un total de 21 horas y 29 minutos. Sellers, con 41 horas y 10 minutos, se ha situado cuarto en el ránking de astronautas estadounidenses con experiencia extravehicular.

El día 13 de julio sería básicamente de descanso para la tripulación. El tiempo estaría dedicado a tareas de bajo relieve, y a la realización de algunas entrevistas con personalidades de la Tierra y periodistas. Vinogradov, Williams y Reiter participaron en una emisión educativa con alumnos alemanes presentes en el centro de control del Columbus, en Colonia. El astronauta español Pedro Duque intervino en el evento y departió con sus colegas y amigos en órbita.

La jornada de descanso del día 13 de julio se completó con entrevistas de Mike Fossum con el gobernador de Texas, Rick Perry, y de Mike Fossum y Stephanie Nowak con las cadenas de televisión MSNBC y Fox News Live.

Tras su charla con los alumnos alemanes de la mañana, Jeff Williams dedicó algún tiempo a confirmar los pasos y procedimientos que se pondrían en práctica el viernes, para cerrar la escotilla del módulo Leonardo y trasladarlo a la bodega del Discovery mediante el brazo robótico Canadarm-2.

De hecho, el último día completo junto a la estación, el 14 de julio, estaría casi enteramente dedicado a los preparativos para el desacoplamiento y el regreso a casa. Por ejemplo, la tripulación tendría que hacer una última revisión del sistema de protección térmica del transbordador, para asegurar que ningún impacto posterior al lanzamiento hubiera afectado a las frágiles losetas.

También se efectuarían las últimas entrevistas con la prensa, con participación de casi todos los astronautas, y los traslados finales de artículos almacenados en el puente medio del Discovery, en dirección a la estación.

Finalizado el día de descanso, la NASA confirmó el lunes 17 de julio como la fecha oficial de aterrizaje para el Discovery. Este se produciría, si todo iba bien, a las 9:07 de la mañana, hora de Florida, completando así una misión de 12 días, 18 horas y 29 minutos, con una reentrada en la órbita 203. En caso necesario, el transbordador podría volver a intentarlo una órbita después. También se reservaron dos oportunidades para un posible aterrizaje en la pista de la fuerza aérea de Edwards, pero la agencia mantendría a Florida como máxima prioridad.

En el espacio, mientras tanto, el objetivo principal consistía en preparar al vehículo para el retorno, incluyendo la colocación del módulo logístico Leonardo en la bodega del Discovery. Vacío de su carga y de nuevo lleno con basura, resultados y equipos innecesarios (casi 2 toneladas), el Leonardo fue devuelto a sus soportes con total normalidad. Steve Lindsey y Thomas Reiter lo habían desactivado horas antes, tras lo cual cerraron su escotilla y comprobaron que todo estaba en orden. Después, hacia las 13:32 UTC del 14 de julio, Lisa Nowak y Stephanie Wilson utilizaron el brazo robótico de la estación para retirar el módulo y llevarlo hacia la bodega del transbordador, donde fue asegurado.

Después de esta crucial maniobra, Nowak y Wilson usaron el brazo del Discovery, unido al Orbiter Boom Sensor System, para efectuar una nueva inspección de una de las alas en busca de posibles daños, que resultaron ser inexistentes. La otra ala y el morro serían revisados al día siguiente, después del desacoplamiento.

El 15 de julio sería el de la despedida entre las dos tripulaciones. Después de una última sesión de transferencia de equipos y de reconfiguración de sistemas, los nueve astronautas se reunieron para decirse adiós en una tradicional ceremonia televisada, y a continuación se retiraron a sus correspondientes vehículos. Las escotillas entre ambos quedaron cerradas a las 08:15 UTC, y una vez comprobada la inexistencia de fugas de aire, se dio luz verde a la separación. Con Kelly a los mandos, el Discovery soltó su zona de amarre a las 10:08 UTC, iniciándose su lento alejamiento. A poco más de 100 metros de distancia, el transbordador accionó sus propulsores auxiliares para aumentar la velocidad de separación. Un segundo encendido, 50 minutos después del desacoplamiento, permitió al vehículo alejarse definitivamente del área de influencia de la ISS.

Tras abandonar el complejo, los astronautas del Discovery volvieron a utilizar su brazo robótico para inspeccionar el ala de estribor y el morro en busca de daños en las losetas térmicas. Finalmente, tanto el sistema OBSS como el propio brazo fueron anclados y desactivados. En la Tierra, los especialistas revisaron la información obtenida, certificando la ausencia de golpes que pudieran poner en peligro el descenso. En caso de haberse descubierto alguno, el Discovery podría haber regresado a la estación a la espera de una misión de rescate.

Durante los preparativos para la reentrada, los ingenieros constataron una pequeña fuga de nitrógeno en una de las unidades APU que producen energía hidráulica. Estas unidades son necesarias para diversos aspectos del aterrizaje, como el movimiento de alerones, y son redundantes. Un fallo en una de ellas no implica un gran problema, pero los especialistas continuaron investigando el fallo. Los astronautas, mientras tanto, efectuaron una limpieza final y almacenaron todos los equipos de la cabina que no se usarían para el descenso.

En la estación, Pavel Vinogradov, Jeff Williams y Thomas Reiter disfrutaron de un día libre, después de la intensa actividad de las jornadas anteriores. Reiter participaría más tarde en simulacros de evacuación y otras medidas de seguridad.

Al día siguiente, domingo 16 de julio, Lindsey y Kelly comprobaron los sistemas de aterrizaje del Discovery y los propulsores de control de trayectoria. Una prueba con la unidad APU que había dado problemas señaló que funcionaba perfectamente, y que la pequeña fuga que experimentaba se mantenía en los niveles esperados.

Las últimas horas en órbita se dedicarían a guardar equipos y a asegurar al Discovery para la reentrada. Los horarios previstos contemplaban un cierre de las compuertas de la bodega hacia las 09:27 UTC del 17 de julio. Una hora y 40 minutos después, los astronautas empezarían a sujetarse en sus asientos, y finalmente a las 11:48 UTC el control de misión daría luz verde (o no) para el encendido de los motores de maniobra que iniciaría el descenso definitivo. Con todo a punto, la única dificultad en el horizonte podía ser meteorológica. Las predicciones señalaban la posibilidad de lluvias en las cercanías de la pista del centro espacial Kennedy, que la harían inaceptable para el aterrizaje.

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