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Ciencia Espacial
El Botín de la Stardust Ya Se Encuentra En Casa
16 de Enero de 2006.

Foto: NASALas muestras de polvo interplanetario y cometario traídas por la cápsula de descenso de la sonda Stardust podrían transformar nuestra comprensión del origen del Sistema Solar. Tras siete años de viaje, el vehículo ha cumplido con creces su misión.

Los precedentes, la llegada de la cápsula Genesis en septiembre de 2004, cuando el fallo en la extensión de los paracaídas provocó su impacto contra el suelo, no permitían observar la crucial maniobra de la Stardust con una total tranquilidad.

La recuperación segura de las muestras que transportaba era un requisito indispensable para calificar a esta misión como un éxito completo, después de siete años de periplo espacial sin problemas. Lanzada el 7 de febrero de 1999, la Stardust tuvo un encuentro con el cometa Wild 2 el 2 de enero de 2004. Pasando a 241 km de su núcleo, fotografió el astro y capturó en su colector de aerogel un gran número de partículas de polvo procedentes del cometa. Formado en el exterior del Sistema Solar, el Wild 2 está hecho con los mismos componentes primigenios que sirvieron para dar forma a los planetas, sin alterar por el paso del tiempo, como ha ocurrido en la Tierra. Su estudio nos aportará mucha información sobre los ingredientes básicos que existían antes de la creación de nuestro sistema planetario.

El colector de muestras, que también había recogido polvo interplanetario durante el viaje, quedó finalmente guardado en el interior de una cápsula de descenso diseñada para soportar el paso por la atmósfera terrestre y aterrizar en la superficie de nuestro planeta. Ahora, dos años después de su paso por el Wild 2, la Stardust ha vuelto a acercarse a la Tierra. Dictada por la física y la mecánica celeste, la trayectoria de la sonda llevaría al vehículo a un encuentro nocturno con nuestro planeta, y a una velocidad de reentrada que es la más elevada experimentada jamás por una nave espacial.

La Stardust realizó su última corrección de trayectoria a las 05:53 UTC del 14 de enero, a 706.000 km de la Tierra. Sus motores actuaron durante 58,5 segundos, aportando un cambio de velocidad de 4,64 km/h. A las 18:30 UTC, sobrepasaba la órbita de la Luna. Por fin, el día 15, a las 05:57 UTC, se activaba la secuencia de órdenes que se iniciaba con la separación de la cápsula, llamada SRC (Sample Return Capsule). Se cortaron los cables que la conectaban con la nave nodriza y unos muelles la empujaron hacia fuera. Confirmada la operación, la Stardust encendió sus motores brevemente a las 06:13 UTC, desviando su ruta para impedir su choque contra la Tierra. Pasó junto a ella, rozándola, a las 10:00 UTC, y volvería a cruzar la órbita lunar a la 01:30 UTC del 16 de enero, dispuesta a realizar otra vuelta alrededor del Sol.

Mientras tanto, la SRC se había acercado definitivamente a la atmósfera terrestre, la cual contactó a las 09:57 UTC del 15 de enero, a unos 125 km de altitud. Equipado con un escudo térmico protector, el vehículo empezó inmediatamente a desacelerar, reduciendo su velocidad desde unos máximos 46.440 km/h, la más alta alcanzada hasta la fecha, tras el récord anterior protagonizado por la cápsula de la astronave Apolo-10. La nave automática había cruzado la distancia Tierra-Luna en tan sólo 16 horas y 27 minutos, mientras que las misiones tripuladas Apolo precisaban de tres días para cubrir el mismo intervalo.

El paracaídas de estabilización se abrió a las 11:00 UTC, a 32 km de altitud. Los controladores respiraron entonces más tranquilos, porque aunque el paracaídas principal no se hubiera abierto, la cápsula habría reducido la velocidad lo suficiente como para que su impacto no fuera letal para sus contenidos. Cuatro minutos después, a 3 km de altitud, este último también se abrió, y comenzó un descenso mucho más suave.

El vehículo, siempre mantenido dentro de la amplia elipse del lugar de aterrizaje designado, se desvió un poco hacia el norte debido a los fuertes vientos. A las 10:10 UTC, se posaba en el suelo del Utah Test and Training Range (UTTR), donde un dispositivo pirotécnico cortó los cordones de su paracaídas, evitando que fuera arrastrada. Una baliza, asimismo, informó de su situación a las fuerzas de rescate. Su descenso fue observado por varias cámaras infrarrojas y radares, que facilitaron su localización a los pocos minutos. Un primer helicóptero se posó junto a la valiosa astronave, y otros sobrevolaron la zona iluminándola. Varios especialistas, que se habían entrenado repetidamente durante meses, recogieron la cápsula y la introdujeron en el helicóptero Vertical 1, el cual la llevó hacia el Michael Army Air Field, Dugway Proving Ground.

Después de 4.500 millones de kilómetros recorridos, la cápsula de la Stardust estaba de nuevo en casa. Su primera parada en el aeródromo del Ejército sería una sala limpia, donde los científicos la revisarían concienzudamente, informando sobre su excelente estado de salud. Después, sería preparada para su traslado hacia Houston, en el Johnson Space Center, donde sus contenidos serán analizados por los investigadores durante años.

En cuanto a la nave nodriza, la Stardust, la NASA estudiará propuestas de utilización para los próximos años. Sigue equipada con cámaras, instrumentos y combustible que le permitirían realizar otros encuentros útiles con asteroides y cometas en un futuro cercano. La salud de sus sistemas hace prever que aún podrá operar durante mucho tiempo.

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