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Informe ISS/STS-115
11
de Septiembre de 2006.
El
transbordador Atlantis se encuentra por fin unido a la estación espacial
internacional. Después de múltiples retrasos, la NASA ha conseguido
poner en marcha la misión que reanudará la construcción y ensamblaje del
complejo orbital.
La primera de las tres oportunidades para lanzar al transbordador
Atlantis la pasada semana, el 5 de septiembre, se evaporó rápidamente.
Durante su puesta en marcha, una de las tres células de combustible que
producen electricidad experimentó un problema que obligó a los técnicos
a estudiar su situación. Por el momento, la NASA decidió posponer el
lanzamiento al menos 24 horas, dando tiempo a los ingenieros a analizar
lo ocurrido. Si era necesaria y no era posible una reparación en la
rampa de despegue, el Atlantis debería ser llevado al VAB, el edificio
de ensamblaje de vehículos, donde se efectuaría su sustitución por una
unidad nueva.
Paralelamente, las tareas de preparación en la rampa 39B seguían su
curso. Se revisaron las cámaras del tanque externo, se activaron los
sistemas de comunicaciones y se hizo girar la estructura de servicio que
protege al transbordador de las inclemencias del tiempo.
Con una probabilidad del 70 por ciento de disfrutar de buena
meteorología el miércoles, una de las últimas tareas importantes, el
llenado de los tanques de propergoles, tuvo que ser suspendida al
descubrirse el problema con la célula de combustible número 1. Estas
células combinan oxígeno e hidrógeno líquidos para producir electricidad
y agua potable. La célula afectada experimentó un pequeño cortocircuito
al ser activada, quizá debido a algún agente extraño o contaminación.
Mientras esperaba acontecimientos, la tripulación continuó sus tareas
previas al lanzamiento. Por ejemplo, el comandante y el piloto de la
misión practicaron el aterrizaje con el avión simulador STA.
Los ingenieros necesitaban más tiempo para examinar la historia y las
causas potenciales del fallo sufrido por la célula de combustible número
1 del transbordador Atlantis. Debido a ello, la NASA retrasó el despegue
hasta al menos el viernes 8 de septiembre.
Los técnicos detectaron un pico inusual de voltaje durante la activación
de las células que generan electricidad. La anomalía se encontraba en el
motor de la bomba de refrigeración de la citada célula número 1. Esta
bomba se ocupa de hacer pasar freón a través de ella para evitar que se
sobrecaliente durante el vuelo.
La NASA continuó evaluando si debía ser prudente y cambiar la célula o
si podía lanzar al Atlantis tal y como estaba. La célula afectada
alimenta con electricidad sistemas vitales, incluidos los motores. Si
durante el ascenso fallara, podría producirse un aborto. Durante las
revisiones del miércoles, algunos ingenieros apostaron por llevar a cabo
el lanzamiento, y otros por lo contrario. Por eso la agencia decidió
dedicar más tiempo a estudiar el asunto, no en vano se trataba de una
anomalía jamás vista en la historia del programa.
No era la primera vez que una célula da problemas antes de un despegue.
Por eso, la NASA estaba confiada en que podría finalmente hacerse un
cambio en la propia rampa de lanzamiento, sin tener que llevar al
vehículo al VAB. Sin embargo, el tiempo requerido impediría volar antes
del cierre de la presente ventana de oportunidad.
En esos momentos, si se decidía continuar adelante con la misión, el
Atlantis partiría el viernes. Si se decidía reemplazar la célula, el
transbordador se quedaría en tierra hasta finales de octubre. Otra
posibilidad era que la NASA, vistas las circunstancias, relajase su
actual normativa de despegues con luz diurna para poder documentar el
comportamiento del tanque externo, y que permitiese lanzamientos
nocturnos, lo cual ampliaría notablemente el número de oportunidades de
volar hacia la estación internacional. En este caso, el Atlantis podría
hacerlo poco después del retorno de la cápsula rusa Soyuz TMA-8. Es
probable que la NASA tome antes o después esta decisión, pues una
sucesión de retrasos como los actuales tiene un efecto en cascada sobre
las futuras misiones, poniendo en peligro la finalización del ensamblaje
de la estación orbital antes del plazo previsto.
Después de revisar los datos referentes a la célula de combustible
número 1 del transbordador Atlantis, y pendientes de recibir un último
análisis, la NASA programó el lanzamiento de la misión STS-115 para las
15:40 UTC del viernes 8 de septiembre. La dirección del programa se
mostraba confiada en que este análisis apoyaría la decisión tomada. Si
por alguna razón el despegue se retrasara, la agencia había reservado
aún una nueva oportunidad para el sábado 9 de septiembre (15:15 UTC).
Alcanzada la última fase de la cuenta atrás, con los tanques de
propergoles llenos de combustible y comburente, tarea que había
precisado de tres horas, los técnicos empezaron a trabajar en el
aparente fallo de un sensor ECO correspondiente al hidrógeno líquido. La
NASA debía decidir si lanzar el Atlantis con sólo tres sensores ECO
funcionando, o si era mejor parar la cuenta atrás, vaciar los depósitos
y volver a probar el sábado. Estos sensores ayudan a detectar la
cantidad de propergol que queda en cada tanque, y sirven para apagar los
motores antes de que se agote. Una súbita parada por agotamiento del
fluido podría destruirlos. Normalmente siempre sobra combustible para
alcanzar la órbita, pero una mala combustión o una fuga podrían cambiar
el ritmo de consumo.
Pendiente de la decisión de la NASA respecto al sensor ECO número 3, la
tripulación del transbordador había celebrado ya su partida con el
tradicional pastel de despedida, paso previo a vestir los trajes
espaciales y dirigirse a la rampa de lanzamiento en el legendario
Astrovan. Pero la oportunidad de lanzamiento del 8 de septiembre tuvo
que ser desestimada finalmente. El fallo de un sensor ECO en el tanque
del hidrógeno líquido violaba las reglas de seguridad. Los técnicos
permitirían que el Atlantis volara con un sensor menos, pero el
reglamento indicaba que para certificar que los demás actuaban bien,
debía vaciarse por completo el tanque externo de la lanzadera. De este
modo, si el sensor afectado continuaba mostrando la señal de “mojado”, y
los demás, como era de esperar, señalaban el carácter vacío del tanque,
podía darse luz verde a la partida.
La NASA, por tanto, pospuso definitivamente el lanzamiento hasta el 9 de
septiembre, a las 15:15 UTC. Se vaciaron los tanques de hidrógeno y
oxígeno líquidos y cuando el sábado, durante la cuenta atrás, volvieron
a ser llenados, se confirmaron las sospechas respecto al sensor ECO
aparentemente dañado.
Los astronautas regresaron al interior de la cabina del Atlantis, bajo
la tensión de saber que ésta era la última oportunidad de volar hacia el
espacio en varias semanas. El comandante Brent Jett, el piloto Chris
Ferguson y los especialistas de misión Dan Burbank, Heide
Stefanyshyn-Piper, Joe Tanner y Steve MacLean, este último representando
a la Canadian Space Agency, vivieron con normalidad los últimos minutos
de la cuenta atrás. Por fin, exactamente a la hora prevista (14:14:55
UTC), su vehículo encendía los motores y se dirigía hacia la órbita
prevista.
El ascenso se desarrolló sin episodios destacables de desprendimiento de
espuma térmica del tanque externo. Las cámaras instaladas a bordo
mostraron algún pedazo cayendo, pero cuando el Atlantis ya se encontraba
fuera de la zona más densa de la atmósfera, cuando cualquier fragmento
ya no puede hacer daño pues su velocidad no se ve reducida en exceso por
el razonamiento del aire. Los aceleradores sólidos SRB se separaron a
las 15:17 UTC, y finalmente los motores principales SSME se apagaron a
las 15:23 UTC. Durante el ascenso, los pilotos tuvieron que reconfigurar
uno de los sistemas de refrigeración (FES), debido a la acumulación de
hielo. La separación del tanque externo permitió su inspección
fotográfica por parte de la tripulación, información que colaboraría en
certificar su buen estado y consecuentemente del vehículo. A las 15:52
UTC, el Atlantis encendía sus motores de maniobra orbital para elevar su
perigeo (distancia mínima a la Tierra) y empezar su ruta hacia la
estación espacial internacional.
Las primeras horas de los astronautas estuvieron dedicadas a abrir las
compuertas de su nave, y a almacenar los asientos no utilizados y los
trajes de presión. No mucho después, se iniciaba el primer período de
sueño.
Al día siguiente, Jett y Ferguson prosiguieron con las maniobras de
ajuste de la órbita. También se revisaron los sistemas del Atlantis, la
disposición de las cámaras y se preparó la revisión del sistema térmico
del vehículo. Tanner y Stefanyshyn-Piper, por su parte, inspeccionaron
los trajes espaciales que utilizarían durante varias actividades
extravehiculares en la estación.
Utilizando el brazo mecánico Canadarm, unido al sistema OBSS (Orbiter
Boom Sensor System), los astronautas examinaron de forma concienzuda el
borde de las alas y otras áreas importantes donde el sistema térmico es
esencial para una reentrada segura. Las imágenes obtenidas serán
analizadas en tierra. Si fuera necesario, podría efectuarse una
inspección adicional en otro momento de la misión.
En la estación espacial internacional, los astronautas de la expedición
número 13 preparaban asimismo la llegada del Atlantis. Por ejemplo,
prepararon las cámaras digitales que se utilizarían para fotografiarlo
durante la fase de aproximación, en especial su sistema térmico bajo la
panza del vehículo. Se presurizó además el adaptador PMA-2, que serviría
como punto de anclaje para él.
Las primeras horas del tercer día de misión estarían dedicadas al
acoplamiento propiamente dicho. Ya a corta distancia del complejo, el
Atlantis fue maniobrado para dar una vuelta completa sobre sí mismo,
permitiendo la citada sesión fotográfica. Después prosiguió su
aproximación, que culminó con un primer contacto a las 10:48 UTC del 11
de septiembre. Los siguientes minutos se utilizaron para asegurar el
acoplamiento.
Antes incluso de que las tripulaciones pudieran reunirse, Ferguson y
Burbank utilizarían el brazo robótico del transbordador para agarrar
literalmente su carga principal, el segmento P3/P4 almacenado en la
bodega del Atlantis. Después se abrirían las escotillas, se produciría
la ceremonia de bienvenida, y finalmente MacLean ayudaría a Williams,
astronauta de la ISS, a mover el brazo robótico Canadarm-2, para
capturar el segmento “de manos” del Canadarm-1. El P3/P4, con sus casi
16 toneladas de peso, es el motivo principal de la misión. Unido al
segmento P1, agregará un juego completo de paneles solares que duplicará
la producción eléctrica de la zona americana. Esta será la tarea
principal de los astronautas durante los próximos días.
Demos ahora un vistazo breve a las biografías de los seis astronautas de
la misión STS-115 Atlantis, preparadas por Federico García del Real
Viudes:
-Brent Ward Jett, Jr, es el comandante. Realiza con éste su cuarto vuelo
al espacio. Nacido el 5 de Octubre de 1958 en Michigan, tiene 47 años.
Está casado con Janet Leigh Lyon y no tiene hijos. Es comandante de la
Armada Norteamericana (USN) y experimentado piloto con más de 4.800
horas de vuelo en 30 aeronaves diferentes y más de 450 aterrizajes en
portaaviones. Astronauta desde 1992, voló por primera vez al espacio en
el Endeavour STS-72 (11 de Enero de 1996) como piloto, durante 8,92
días. Posteriormente pilotó el Atlantis STS-81 (12 de Enero de 1997) en
el que fue el quinto vuelo a la Mir de un transbordador. Su tercer viaje
fue el 1 de Diciembre de 2000, como comandante del Endeavour STS-97, la
misión 4-A de montaje de la ISS. Es el astronauta número 339.
-Christopher John Ferguson es el piloto. Nacido el 1 de Septiembre de
1961 en Pennsylvania, ha cumplido recientemente 45 años. Está casado con
Sandra A. Cabot y tiene 3 hijos. Es teniente coronel de la Marina
Norteamericana y realiza su primer vuelo al espacio aunque es astronauta
desde 1998 (Grupo 17). Se ha convertido en el astronauta número 444.
-Heidemarie Martha Stefanyshyn-Piper actúa como especialista de misión.
Nacida en Minnesota el 7 de Febrero de 1963, tiene 43 años. Está casada
con Glenn A. Piper y tiene un hijo. Es comandante de la Marina y
astronauta desde 1996 aunque debuta en este vuelo y se ha convertido en
la persona 445 que ha salido a la órbita terrestre y la mujer 43 en
hacerlo. Además está previsto que realice una EVA con lo que se
convertirá en la octava mujer que salga al exterior.
-Joseph Richard "Joe" Tanner vuela como especialista de misión en su
cuarto viaje al espacio. Está previsto que realice 2 salidas
extravehiculares o EVAs, sobre lo cual ya tiene experiencia. Tiene 56
años, ya que nació el 21 de Enero de 1950 en Illinois. Está casado con
Martha A. Currie y tiene 2 hijos. Es ingeniero Mecánico y piloto de la
Marina Estadounidense. Trabaja en la NASA desde 1984 y es astronauta
desde 1992. Acumula 7.500 horas de vuelo en distintas aeronaves
militares y de la NASA. Voló por primera vez al espacio en el Atlantis
STS-66 (3 de Noviembre de 1994), durante 10,9 días. Posteriormente lo
hizo en el Discovery STS-82 (11 de Febrero de 1997), durante la segunda
misión de mantenimiento del telescopio Hubble. El vuelo duró 9,98 días,
durante los cuales Tanner realizó 2 EVAs (de 7 horas y 27 min. la
primera y de 6 h. 34 min. la segunda). Volvió al espacio el 1 de
Diciembre de 2000, en el vuelo 4-A de montaje de la ISS a bordo del
Endeavour STS-97. De nuevo realizó 3 EVAs. Es el astronauta 320,
habiendo acumulado 31,75 días en el espacio y 33,36 horas en sus 5 EVAs
realizadas hasta ahora.
-Daniel Christopher Burbank es especialista de misión. Tiene 45 años, ya
que nació el 27 de Julio de 1961 en Connecticut. Está casado y tiene 2
hijos. Es astronauta desde 1996 y Teniente Comandante del Cuerpo de
Guardacostas. Acumula más de 3.000 horas de vuelo en aviones y
helicópteros en 1.800 misiones de las cuales 300 son de búsqueda y
salvamento. Es el astronauta número 396, siendo éste su segundo vuelo,
ya que viajó a la ISS el 8 de Septiembre de 2000 a bordo del Atlantis
STS-106. Está previsto que realice al menos una EVA.
-Steven Glenwood MacLean representa a la agencia espacial canadiense.
Voló en el Columbia STS-52 (20 de Octubre de 1992) durante 8,87 días.
Fue entonces el astronauta 283. Nacido el 14 de Diciembre de 1954 en
Ontario, tiene 51 años, está casado con Nadine Wielgopolski, con la que
tiene 3 hijos, y es Doctor en Física. Está previsto que realice una EVA.
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