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Estación Espacial
Informe ISS/STS-121

10 de Julio de 2006.

Foto: NASAThomas Reiter ya es el tercer miembro oficial de la expedición de larga duración número 13. Con el Discovery en órbita y sin daños aparentes, la NASA se prepara para afrontar la recta final del ensamblaje del complejo orbital internacional.

Tras dos retrasos consecutivos por mal tiempo, la agencia espacial estadounidense, volvería a intentar el lanzamiento del transbordador Discovery el 4 de julio (18:38 UTC), a pesar de que el equipo que se ocupaba de revisar la superficie del vehículo en la rampa de despegue, el domingo, descubrió una grieta de varios centímetros en la espuma aislante que protege al tanque externo. El fragmento resultante, de aspecto triangular, se había precipitado al suelo tras desprenderse de una estructura que mantenía en su lugar al conducto de alimentación del oxígeno líquido que iba del tanque externo al transbordador. La anomalía debió ocurrir durante los cambios de temperatura relacionados con la carga y descarga del comburente, debido a los dos aplazamientos anteriores, y también debido a la lluvia caída el domingo, que al congelarse pudo provocar la rotura de la espuma durante su expansión.

Los expertos se reunieron el lunes para decidir si el Discovery podía volar sin peligro con este defecto, o si por el contrario era necesario efectuar una reparación. Las inspecciones llevaron a la conclusión de que ninguna estructura estaba dañada y que podía continuarse con la cuenta atrás de forma normal. Las perspectivas de que pudiera producirse un lanzamiento eran más optimistas el martes, día de la Independencia, dado que los meteorólogos otorgaban un 60 por ciento de posibilidades de que hiciera un buen tiempo durante la hora del despegue.

El tiempo meteorológico, en efecto, cooperó mucho más durante el 4 de julio, día festivo en los Estados Unidos. Algunas nubes se disiparon pronto o estaban demasiado lejos como para afectar a la zona de lanzamiento. De este modo, la tripulación del Discovery penetró en el interior de la cabina con mayor confianza que en las dos ocasiones anteriores. Las horas finales de la cuenta atrás se desgranaron sin dificultad alguna y exactamente a las 18:37:55 UTC, los motores principales del Discovery se encendían para impulsarlo hacia el espacio. Una vez más, los espectadores pudieron seguir las imágenes transmitidas por una cámara instalada en el tanque externo, que mostró el ascenso y el posible desprendimiento de espuma aislante. Espectaculares fueron las imágenes de la separación de los aceleradores sólidos y, más tarde, del propio transbordador. El tanque (ET-119), que fue fotografiado y grabado en video por los astronautas, acabaría después penetrando de nuevo en la atmósfera, hacia las 19:50 UTC.

Aunque se desprendieron algunos fragmentos pequeños de espuma aislante durante el ascenso, todo indicaba que el tanque externo de la misión STS-121 del transbordador espacial Discovery se había comportado correctamente. La caída ocurrió más allá de los 3 minutos de vuelo, con el vehículo lejos de la zona de mayor presión aerodinámica, en la baja atmósfera, cuando un impacto puede ser mucho más peligroso. De hecho, es muy probable que estos eventos hayan sido normales en toda la historia de la lanzadera.

Con el Discovery en órbita, la NASA respiraba más tranquila sobre el futuro del programa. Si se confirmaban los resultados preliminares, los transbordadores podrían continuar ensamblando la estación internacional, aunque los ingenieros continúen buscando soluciones para el crónico problema del desprendimiento de la espuma aislante.

El Discovery, pilotado por el comandante Steven Lindsey y el piloto Mark E. Kelly utilizó su sistema de maniobra orbital OMS (19:15 UTC) para ajustar su órbita. También se abrieron las compuertas de la bodega, para permitir la disipación del calor generado por sus sistemas, mientras los astronautas se quitaban los trajes presurizados y se preparaban para la vida orbital. Todos ellos, incluyendo a los especialistas de misión Michael Fossum, Lisa Nowak, Stephanie Wilson, Piers Sellers y Thomas Reiter, siguieron al pie de la letra la acostumbrada lista de tareas a realizar después del lanzamiento.

Después de una larga ruta de aproximación, el Discovery debía acoplarse a la estación espacial internacional el jueves día 6, donde además de dejar gran cantidad de suministros, harían lo propio con el tercer integrante de la expedición de larga duración, Thomas Reiter, quien se quedaría a bordo durante varios meses. Durante los 12 días de la misión, los astronautas demostrarían técnicas de inspección y reparación del sistema de protección térmica del transbordador, y efectuarían al menos dos paseos espaciales en el exterior del complejo orbital. Si los consumibles eran adecuados, el vuelo podría prolongarse un día más, dando tiempo a un tercer paseo extravehicular.

Durante las siguientes horas, la tripulación del Discovery probaría el funcionamiento del brazo robótico instalado a bordo, que se emplearía más adelante para agarrar el llamado Orbiter Boom Sensor System, una extensión equipada con un láser y cámaras de TV que se usaría para inspeccionar la zona inferior del vehículo y las alas, en busca de posibles daños. El mismo mecanismo podrá servir como plataforma de reparación.

Mientras, a bordo de la ISS, Vinogradov y Williams, que presenciaron el lanzamiento en directo, esperaban con anticipación la llegada de sus colegas y del módulo Leonardo almacenado en la bodega del Discovery, cargado de suministros. El transbordador transportaba hasta 14 toneladas de artículos y equipos para esta misión.

El despegue fue especialmente celebrado en Europa, debido a la presencia del alemán Reiter a bordo. Es la primera vez que un astronauta de la Agencia Espacial Europea participará como componente de una expedición de larga duración, ensayando el trabajo científico que será rutinario cuando se instale el módulo Columbus. La misión de Reiter, bautizada como Astrolab, durará hasta finales de año, de modo que se solapará entre la actual expedición 13 y la próxima (14). Reiter ocupa el puesto de un cosmonauta ruso, inicialmente previsto para esta expedición, gracias a un acuerdo comercial entre Roskosmos y la ESA. Como ingeniero de vuelo, estará a las órdenes de Pavel Vinogradov, y está previsto que efectúe un paseo espacial.

Examinemos ahora las acostumbradas biografías breves de los astronautas, elaboradas por Federico García del Real Viudes:

-Steven Wayne (Steve) Lindsey: Es el comandante del vuelo. Coronel de la Fuerza Aérea norteamericana, nació el 24 de agosto de 1960 en California (tiene por tanto 45 años). Está casado con Diane Renee Trujillo y tiene 3 hijos. Como piloto de pruebas de la Fuerza Aérea, tiene unas 5.000 horas de vuelo en 50 tipos de aviones. Es astronauta desde 1995 y éste será su cuarto viaje al espacio. Voló como piloto en el Columbia (STS-87, 19 de noviembre de 1997) durante 15,69 días. Posteriormente en el Discovery (STS-95, 29 de octubre de 1998), junto a Pedro Duque y a John Glenn. Ya como comandante, viajó en el Atlantis (STS-104, 12 de Julio de 2001) hacia la Estación Espacial Internacional. Ha permanecido en órbita un total de 37,37 días y es el astronauta número 366 en volar al espacio.

-Mark Edward Kelly: Es el piloto de la misión. Es astronauta desde 1996 y tiene 42 años, ya que nació el 21 de febrero de 1964. Es piloto de la Armada Norteamericana, con el grado de Teniente Coronel, con 2.000 horas de vuelo en 40 tipos de avión y 375 aterrizajes en portaaviones y 39 misiones de combate en la Guerra del Golfo. Casado con Amelia Victoria Babis, tiene dos hijos. Este es su segundo vuelo espacial ya que anteriormente pilotó el Endeavour (STS-108, 5 de diciembre de 2001) en dirección a la ISS, durante 12 días. Se convirtió entonces en el astronauta número 408.

-Michael Edward Fossum: Debuta en este vuelo como especialista de misión. Ha sido comunicador de astronave (CAPCOM) en numerosos vuelos del transbordador. Nació el 19 de diciembre de 1957 (48 años) en Dakota del Sur. Casado con Melanie J. London, tiene 4 hijos. Es Ingeniero, Coronel de la Fuerza Aérea y piloto con una experiencia de más de 1.000 horas de vuelo en 34 tipos de aviones distintos. Se ha convertido en el astronauta 441.

-Piers John Sellers: Nacido el 11 de abril de 1955 (tiene 51 años) en el Reino Unido, tiene nacionalidad norteamericana. Está casado con Amanda Helen Lomas y tiene 2 hijos. Es astronauta desde 1996 y Doctor en Física. Vuela por segunda vez pues debutó el 7 de octubre de 2002 a bordo del Atlantis (STS-112). Durante esta misión, pasó casi 11 días en la Estación Espacial Internacional, realizando 3 salidas extravehiculares por las que acumuló más de 20 horas de trabajo en el exterior. Fue el astronauta número 420.

-Lisa Marie Nowak: Nacida el 10 de mayo de 1963 en Washington, tiene por tanto 43 anos. Está casada con Richard T. Nowack y tiene 3 hijos. Su apellido de soltera es Caputo. Es Ingeniero Aeronáutico, Comandante de la Armada Norteamericana y piloto de pruebas con más de 1.500 horas de vuelo en 30 aviones diferentes. Astronauta desde 1996, debuta en este vuelo, por lo que se ha convertido en la persona 442 en salir a la órbita terrestre.

-Stephanie Diana Wilson: Nació el 27 de septiembre de 1966 (39 años) en Boston, Massachussets. Casada con Julius "BJ" McCurdy, será la persona número 443 en orbitar la Tierra, ya que debuta en este vuelo, aunque es astronauta desde 1996. Es Ingeniero Aeroespacial.

-Thomas Reiter: Alemán y astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), nació el 23 de mayo de 1958 (48 años), en Frankfurt. Está casado y tiene 2 hijos. Con éste realiza su segundo vuelo espacial, ya que viajó anteriormente al espacio a bordo de la Soyuz TM-22 (el 3 de septiembre de 1995), con dirección a la estación rusa Mir, donde permaneció 179 días. Durante ese tiempo atracaron en la estación dos naves de abastecimiento Progress, así como el transbordador Atlantis (STS-74). Reiter realizó 2 salidas extravehiculares o EVAs, con más de 8 horas de duración en total. Es Ingeniero Aeroespacial, piloto de la Fuerza Aérea Alemana y astronauta de la ESA desde 1992. Es el astronauta 330.

El primer día completo en el espacio de los astronautas del transbordador Discovery transcurrió normalmente. Se les había permitido dormir 30 minutos más de lo habitual para recuperar el largo día anterior, el del lanzamiento, pero pronto los siete ocupantes del vehículo iniciaron su tareas de la jornada.

Lindsey, Kelly, Fossum y Nowak se ocuparían de la inspección del sistema de protección térmica del transbordador, mediante el Orbiter Boom Sensor System (OBSS), una especie de pértiga de más de 15 metros de largo unida al extremo del brazo mecánico del Discovery. Con él y sus instrumentos debían observar tanto los bordes de las alas como el morro del vehículo, las zonas más sensibles al calor de la reentrada. La labor les ocuparía más de 6 horas, dedicando 1 hora y 20 minutos a cada ala y el morro, y el resto para los preparativos y el movimiento del OBSS de un lado a otro.

Después de la comida, el OBSS retornaría a su punto de anclaje y se usarían durante una hora el brazo mecánico y sus cámaras para examinar el exterior de la cabina. Wilson dedicó unos minutos a fotografiar con una cámara de mano la cola de la nave, en especial las protuberancias del OMS y el timón. Todo este material fue enviado a la Tierra para ser examinado durante la noche por los expertos, que intentarían poner de manifiesto algún posible daño.

Por otro lado, Wilson y Reiter prepararon algunos de los artículos que serían transferidos a la estación (incluyendo el primero de ellos, el asiento de Reiter para la nave Soyuz), y Fossum y Sellers, ayudados por Kelly, comprobaron los trajes espaciales que los dos primeros usarían en el exterior del complejo.

Nowak y Sellers extendieron el anillo de acoplamiento que posibilitaría la unión entre el Discovery y la ISS, y revisaron los equipos que ayudarían a dicha maniobra. En el complejo orbital, mientras tanto, Pavel Vinogradov y Jeff Williams, pusieron a punto las cámaras y las ópticas que utilizarían para fotografiar la llegada del Discovery y así revisar la panza del vehículo. Además, presurizaron el adaptador PMA2, que se emplearía para el acoplamiento, junto al módulo Destiny.

En la Tierra, los especialistas confirmaron que no había por el momento evidencias de daños en el sistema de protección térmica del Discovery. El Laser Dynamic Range Imager, el Laser Camera System, y la Intensified Television Camera, todos ellos instalados en el OBSS, no encontraron signos de impactos peligrosos. Se detectaron unas manchas irregulares, pero los expertos creen que se trata de excrementos de pájaros, caídos durante la estancia de la nave en la zona de despegue.

Todo parecía indicar que los cambios realizados en el tanque externo de la lanzadera habían actuado bien, incluida la retirada de la rampa aerodinámica PAL, generadora de fragmentos de espuma. La ausencia de dicha rampa no había afectado al rendimiento del vehículo, y no siendo necesaria, se evitará una fuente potencial de desprendimientos.

Sólo se había detectado un “relleno” entre losetas térmicas que parecía estar sobresaliendo, cerca del borde trasero del ala izquierda. Rellenos parecidos tuvieron que ser retirados el año pasado durante un paseo espacial, pero en esta ocasión la pieza no se hallaba en un punto crítico y seguramente no habría que tocarla.

Mientras, el propulsor de maniobra cuyo sistema calentador había fallado antes del despegue, al ser expuesto a los rayos del Sol en el espacio, parecía haber alcanzado la temperatura adecuada para su funcionamiento, de modo que podría ser usado durante el acercamiento a la estación.

El próximo paso sería el acoplamiento del Discovery con la ISS, previsto para las 14:52 UTC del 6 de julio. Con anterioridad, a unos 200 metros de la estación, Lindsey efectuaría una rotación completa para que Vinogradov y Williams pudieran efectuar su trabajo fotográfico de alta resolución.

Como estaba previsto, el acoplamiento del Discovery con la estación espacial internacional ocurrió a la hora indicada, mientras ambos vehículos sobrevolaban el sur del océano Pacífico. La fase de aproximación se desarrolló sin dificultades. A unos 200 metros de distancia, Steve Lindsey detuvo su paulatino acercamiento para llevar a cabo un giro completo del transbordador, dando así oportunidad a Pavel Vinogradov y a Jeff Williams de fotografiar con cuidado las losetas térmicas que protegen la zona inferior del vehículo. La maniobra, llamada RPM (Rendezvous Pitch Maneuver), se inició a las 13:51 UTC y se prolongaría durante 8 minutos. Diez minutos más tarde, perfectamente situado, el vehículo recibía la luz verde para el acoplamiento. La aproximación final duraría aproximadamente una hora, y culminaría con un suave contacto con el adaptador PMA-2, junto al módulo laboratorio Destiny. Tras eliminar cualquier movimiento relativo, la unión fue asegurada, y los astronautas empezaron a prepararse para abrir las escotillas.

Ello ocurriría a las 16:30 UTC, cuando las dos tripulaciones pudieron por fin entrar en contacto directo y celebrar una breve ceremonia de bienvenida, televisada para la Tierra. Sería el comandante Vinogradov quien después se ocuparía de dar el acostumbrado informe de seguridad, para certificar que todos los astronautas en la ISS sabrán que hacer en caso de emergencia.

La siguiente tarea de Vinogradov fue ayudar a Reiter a instalar su asiento personalizado en la cabina de la cápsula Soyuz TMA-8. Aunque el alemán volverá a la Tierra en un próximo transbordador, si se hace necesario abandonar el complejo con antelación, Reiter debe poder descender de forma segura junto a sus compañeros. Para Reiter fue un momento importante, pues indicaba oficialmente su entrada en la expedición de larga duración número 13, y con ello la primera vez desde hace más de 3 años que la estación tendrá a tres tripulantes. El astronauta europeo permanecerá en la ISS durante entre 5 y 7 meses, dependiendo del momento de la llegada de su transbordador. Actuando como ingeniero de misión, efectuará experimentos y también operará y realizará el mantenimiento de los equipos de la estación, tanto en el segmento ruso como en el estadounidense. Se ha entrenado para ello desde 2001. Sus especialidades son el mecanismo de acoplamiento ruso, los sistemas de guía y control, los sistemas de control ambiental y de soporte de la vida, energía y comunicaciones, salud de la tripulación y actividades extravehiculares. Su misión Astrolab tiene un extenso calendario de trabajos científicos en las áreas de la fisiología humana, la psicología, la microbiología, la física del plasma y la dosimetría de la radiación. También hará demostraciones tecnológicas y llevará a cabo experimentos educativos e industriales para universidades y escuelas de primaria y secundaria.

Otras actividades inmediatas de los astronautas fueron la transferencia desde el Discovery de los trajes espaciales que Sellers y Fossum usarían durante sus paseos espaciales. Preparando ya el primero, Nowak, Wilson y Williams elevaron el sistema OBSS con el brazo robótico de la estación orbital y lo unieron a su homólogo en el Discovery. Sellers y Fossum lo utilizarían para simular la reparación del exterior de un transbordador, actuando el OBSS como una plataforma de trabajo capaz de alcanzar más de 30 metros de distancia.

El próximo paso en la larga lista de actividades conjuntas sería la instalación del módulo logístico Leonardo, cargado de suministros y equipos, junto al módulo Unity, el nodo-1. Luego seguirían las inspecciones del sistema térmico del Discovery y más preparativos para el primer paseo espacial.

Los expertos que examinaron las fotografías tomadas desde la estación confirmaron el buen estado de las losetas térmicas del transbordador. Se habían encontrado hasta dos piezas de relleno entre losetas protuberando, pero aún no se había decidido si serían retiradas. Estas piezas se colocan para evitar que cuando la superficie metálica del Discovery se comba ligeramente durante un lanzamiento, ocurra un rozamiento directo entre las frágiles losetas. En el último vuelo se observaron algunas piezas desplazadas, y se eliminaron porque una protuberancia aumenta las turbulencias y consecuentemente el calor generado durante la reentrada. Sin embargo, los ingenieros debían decidir si se hallaban en zonas críticas o no.

El traslado de suministros y equipos del transbordador Discovery al interior de la estación alcanzaría su punto álgido tras la unión del módulo logístico Leonardo (MLM) al módulo Unity. Para ello se utilizó el brazo robótico de la ISS, el Canadarm-2. Dirigido por Stephanie Wilson, permitió coger al Leonardo de la bodega del Discovery (7 de julio, 09:42 UTC), elevarlo sobre ella (10:12UTC) y trasladarlo hasta conectarlo al nodo Unity (11:50 UTC). Hacia las 12:15 UTC, su posición quedaba asegurada. El retraso se debió a un cuidadoso análisis de la zona de acoplamiento, ante la posible existencia de un objeto interfiriendo la estanqueidad de la unión. Aclarada la situación, los astronautas pudieron abrir la enorme escotilla y empezar a descargar los contenidos del módulo.

En la Tierra, la dirección del programa, tras analizar el nivel de consumibles, decidió prolongar oficialmente un día la duración de la misión, lo que permitiría llevar a cabo un tercer paseo espacial para ensayar técnicas de reparación de losetas térmicas y probar una cámara infrarroja. También se examinaron los datos disponibles y se anunció que, a pesar de que aún debían hacerse más análisis, por el momento no parecían existir problemas de importancia en el escudo térmico del Discovery tras el lanzamiento. Sin embargo, los astronautas examinaron con el brazo robótico del transbordador varias áreas de interés, para aportar más datos al respecto.

Las últimas horas del día se centraron mucho en los preparativos para el paseo espacial de la jornada siguiente. Este sería sin duda uno de los platos fuertes de la actual misión. Piers Sellers y Mike Fossum se colocaron los trajes espaciales y a las 13:16 UTC del 8 de julio, abrieron la escotilla del módulo Quest. Nueve y diecinueve minutos más tarde, respectivamente, Sellers y Fossum salían al exterior, dispuestos a iniciar su prolongado trabajo extravehicular. El paseo espacial, que duró 7 horas y 31 minutos, se inició con los astronautas dirigiéndose hasta la estructura S0, donde efectuaron algunas tareas preliminares para la reparación el lunes de uno de los cables de datos, video y energía del Mobile Transporter, un pequeño vehículo que se desliza por la citada estructura y que servirá para proseguir su montaje. También protegieron el cable gemelo que sigue intacto. Después se dedicaron a probar el uso de la pértiga OBSS (Orbiter Boom Sensor System) como plataforma de trabajo, en el extremo del brazo robótico del Discovery. Gracias a él, el alcance aumenta considerablemente, permitiendo trabajar en zonas alejadas y por tanto efectuar reparaciones críticas del sistema de protección térmica, en caso necesario. Los ingenieros quieren estar seguros de que es posible alcanzar una cierta estabilidad en el extremo de dicha plataforma, mientras se halle un astronauta sobre ella. Sellers se ocupó de comprobarlo, moviéndose y ejerciendo fuerzas mientras su compañero observaba el comportamiento del largo brazo mecánico. Luego Fossum se unió a él y se hicieron más comprobaciones. Por último, el propio Fossum hizo presión sobre el final de la estructura P1, certificando que es posible utilizar este método sin demasiadas complicaciones. Finalizada esta tarea, los dos astronautas regresaron al módulo Quest, cerrando su escotilla exterior a las 20:42 UTC. Una vez represurizado el habitáculo, Fossum y Sellers pudieron por fin quitarse los trajes, tras una agotadora jornada. Para Fossum había sido la primera EVA (actividad extravehicular) de su carrera, mientras que para Sellers había sido la cuarta. Su perfecta labor había sido apoyada por sus compañeros desde el interior. Mark Kelly hizo de puente con el centro de control en Houston, mientras Lisa Nowak, Stephanie Wilson y Jeff Williams operaban el brazo robótico del Discovery. Steve Lindsey, que estaba dedicado a trasladar agua del transbordador a la estación, supervisó las operaciones.

Pavel Vinogradov y Thomas Reiter, por su parte, habían continuado descargando el módulo Leonardo, incluyendo un nuevo generador de oxígeno (Oxygen Generation System) y un congelador para conservar muestras (Minus Eighty Lab Freezer), todo lo cual será instalado en el módulo Destiny.

El domingo estuvo dedicado al descanso y a continuar la descarga de artículos desde el módulo logístico (como por ejemplo un nuevo intercambiador de calor del sistema que la elimina la condensación del aire, un traje espacial de reserva y una mochila propulsada de emergencia). También se prepararía el segundo paseo espacial que ocurriría el día 10 de julio, y se celebraría una entrevista televisada con numerosos periodistas en tierra.

Al mismo tiempo que se vaciaba el Leonardo, también se llenaban sus “estanterías” con materiales que ya no se necesitan en la estación y que deben regresar a la Tierra, como resultados de experimentos, basura y equipos que ya no funcionan.

Del centro de control llegaron por fin las noticias definitivas de que el Discovery era declarado apto para regresar a Florida, lo que significaba que su sistema de protección térmica no tenía ningún daño que lo impidiese. A pesar de todo, antes de la fecha indicada se haría una revisión final, en caso de que un resto orbital hubiese podido impactar durante la misión y producir algún tipo de daño posterior al lanzamiento.

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