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Tripulados.
China Quiere una Estación Espacial
8 de Abril de 2002.
La tercera y hasta el momento impecable misión del programa Shenzhou, que podría contemplar pronto la presencia de astronautas a bordo, no ha hecho sino confirmar que China se mueve rápidamente hacia un papel protagonista en el campo espacial tripulado. Sus dirigentes ya hablan de disponer de una pequeña estación espacial, sobre todo si no son bienvenidos en el complejo internacional ISS.
La primera misión tripulada podría efectuarse dentro de dos años. De camino hacia este objetivo, el país más poblado de la Tierra lanzó al espacio, el pasado 25 de marzo, el tercer vuelo de ensayo de los elementos necesarios para ello. La nave Shenzhou-3 partió desde Jiuquan, a bordo de un cohete CZ-2F, a las 14:15 UTC, alcanzando sin dificultades la órbita prevista.
El prototipo de nave tripulada fue liberado en una órbita baja que su propio motor principal se encargó de convertir en circular hacia las 21:20 UTC. De aspecto muy parecido a una Soyuz rusa, aunque con notables diferencias de operación, la Shenzhou transportaba un astronauta simulado para verificar los sistemas de soporte vital que serán necesarios cuando personas reales sean embarcadas en su interior.
La nave evolucionaría a unos 335 km de altitud durante varios días, antes de llevar a cabo uno de los ensayos más importantes, la recuperación de la cápsula de descenso. Para ello, se separó el módulo orbital, capaz de operar de manera autónoma durante seis meses, y también el módulo de propulsión, una vez efectuado el encendido de frenado. La cápsula tocó tierra a las 08:51 UTC del 1 de abril, en un paraje desolado de la Mongolia Interior, tras 108 revoluciones.
El aterrizaje fue un éxito, puesto que pronto se dieron a conocer imágenes del acontecimiento. En cambio, el hecho de que no tengamos fotografías del aterrizaje del Shenzhou-2 sugiere que éste no fue un éxito total.
La Shenzhou-3 supone un nuevo paso adelante. Fue dotada por primera vez con algunos sistemas adicionales, necesarios para permitir la inclusión de astronautas. Por ejemplo, ya estaban activos los sistemas de escape y emergencia, que pueden ser accionados desde la misma nave o desde tierra.
El presidente chino Jiang Zemin presenció el lanzamiento y felicitó a todos los técnicos e ingenieros tras el exitoso despegue. Zemin fue informado sobre los objetivos generales de la misión. A bordo de la cápsula, que al parecer está preparada para tres personas, se instaló un torso humano simulado, pensado para captar información médica diversa. Los chinos prefieren usar este sistema que embarcar primates.
Se ha informado también sobre que la Shenzhou-3 transportó un pequeño satélite independiente, pero se desconocen detalles al respecto. En todo caso, el módulo orbital de la misión permanecerá seis meses en el espacio llevando a cabo diversas tareas científicas (astronómicas, microgravedad, ciencias de la vida...).
La cápsula Shenzhou se halla muy próxima a estar preparada para ser ocupada por seres humanos. Sin embargo, aún se esperan un par de vuelos no tripulados más, el primero quizá a finales del presente año.
De momento, China ya piensa en su propia estación espacial. Tras el primer vuelo tripulado, el próximo paso será un laboratorio orbital y una estación permanente. Una alternativa viable sería el acoplamiento en el espacio de dos módulos orbitales Shenzhou.
Una publicación técnica china informa sobre algunas de las características de las Shenzhou. Con capacidad para permanecer en órbita (tripuladas) durante 20 días, pesan unos 7.800 kg, más que sus equivalentes rusas. El módulo orbital, que puede actuar de forma autónoma, mide 2,8 por 2,25 metros, está dotado de escotillas y posee un panel solar y un sistema de acoplamiento. El módulo de descenso, por su parte, mide 2,05 metros de largo por 2,5 metros de diámetro en la base, donde se halla el escudo térmico. Por último, el módulo de propulsión mide 2,94 metros de largo y 2,8 metros de diámetro. Unido a él está otro panel solar desplegable.
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