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Vuelos Tripulados
Informe STS-115
4
de Septiembre de 2006.
 Si
todo va bien, el Atlantis volverá a intentar volar al espacio el próximo
día 6 de septiembre. Con la tripulación en Florida, se espera que sólo
una mala meteorología pueda impedir el despegue. La NASA se juega verse
obligada a posponer la misión hasta octubre.
La amenaza de la tormenta tropical Ernesto había obligado a la NASA a
posponer definitivamente el lanzamiento del transbordador Atlantis.
Pendientes de una decisión final, se iniciaron las tareas preliminares
para retornar al vehículo al edificio de ensamblaje (VAB), donde debería
estar más protegido. Todo dependía de la evolución del Ernesto. Mientras
se tomaba esta decisión, la tripulación de la misión STS-115
permanecería en Florida. Si se producía el retorno del Atlantis desde la
rampa de despegue, volverían a Houston.
Regresar al VAB era una operación arriesgada en las presentes
circunstancias. En la rampa 39B existe protección contra los vientos y
los rayos hasta cierto punto. Pero de camino al VAB, dicha protección
desaparece: no se puede mover al Shuttle sobre el “crawler”, el vehículo
oruga que lo transporta de un lado a otro, con vientos de más de 40
nudos y aparato eléctrico cercano.
Se despachó un crawler hacia la zona de lanzamiento, listo para llevar a
su carga hasta el VAB si así se ordenase. Otro crawler intentó sacar de
su zona de montaje a algunos de los elementos de la próxima misión, que
se estaban ensamblando, pero un problema en el vehículo obligó a
regresar al punto de partida. Eso hacía que el Atlantis, en caso de
retornar, debiera entrar al edificio por otro lado y prolongar así el
tiempo requerido para la maniobra (tres horas más).
La NASA decidió el martes 26 de septiembre sacar de la rampa de despegue
al transbordador, en vista de la incertidumbre causada por la llegada de
Ernesto. Sin embargo, a medio camino en dirección al VAB, nuevos
pronósticos meteorológicos empezaron a indicar que Ernesto no se
convertiría en huracán, y que en todo caso la velocidad de los vientos
(de 45 a 60 nudos) estaría por debajo de los límites establecidos como
soportables en la rampa de lanzamiento 39B. Así pues, se ordenó detener
la marcha del “crawler” y se inició el retorno hacia ella. Una vez allí,
la estructura giratoria que protege al vehículo fue de nuevo situada en
posición. Ahora sólo faltaba conocer cuál va a ser la nueva fecha de
lanzamiento, lo cual dependería de diversos factores.
Para empezar, el centro espacial Kennedy debería permanecer cerrado
durante el paso del Ernesto. Después habría que evaluar los daños que
produjese, y finalmente reiniciar los preparativos para el despegue. En
ese momento se estimaba que el Atlantis podría partir la semana
siguiente, aún antes del 7 de septiembre, fecha máxima contemplada hasta
ese momento. La tripulación de la misión STS-115 regresó a Houston y no
regresaría a Florida hasta que se supiese exactamente la fecha del
vuelo.
Comprometiéndose con Rusia a dejar la estación no más tarde del día 17,
la NASA consiguió un día más en su ventana de lanzamiento. Prolongando
hasta el día 8 de septiembre dicha ventana, se aumentaban las
posibilidades de que la misión pudiese iniciarse y evitar así un retraso
hasta octubre.
Normalmente, la agencia prolonga uno o dos días el tiempo de estancia de
los transbordadores junto a la estación espacial internacional. En este
caso, un despegue el día 8 no permitiría añadir más de un día. Rusia
necesita tener el camino despejado porque si la Soyuz TMA-9 llegara más
tarde de lo previsto actualmente, su compañera, la TMA-8, se vería
obligada a aterrizar en la oscuridad, algo que prefieren evitar.
Así pues, suponiendo que el Atlantis pueda partir antes del 8 de
septiembre, la Soyuz hará lo propio el día 18. Si la nave americana se
queda en tierra por cualquier razón, la rusa adelantará su salida hasta
el 14.
La NASA era optimista. De vuelta a la rampa 39B, el transbordador se
hallaba protegido por su estructura. La tormenta tropical Ernesto no
debía causarle excesivos problemas. De hecho, el centro se abriría de
nuevo en cuanto ésta pasase. Las últimas noticias indicaron que la
amenaza del Ernesto había terminado y que el personal del KSC y de Cabo
Cañaveral podía regresar a sus puestos. Los vientos máximos en la rampa
39B fueron de 70 km/h.
La NASA confirmó luego que se encuentra en disposición de lanzar al
transbordador Atlantis el próximo 6 de septiembre. La inspección
detallada del vehículo y las instalaciones tras el paso de la tormenta
tropical, una vez efectuada la apertura del centro espacial Kennedy,
indicaba que no hay daños aparentes que puedan provocar un retraso
sustancial. Si no fuera posible el despegue, habría oportunidades
consecutivas el 7 y el 8 de septiembre. La tripulación regresaría a
Florida procedente de Houston el sábado día 2. Sus componentes ya habían
empezado a ajustar sus ciclos de sueño para acoplarse bien al horario
que seguirán en órbita.
De vuelta a la normalidad, la NASA reactivó por completo el centro
espacial Kennedy y reinició la cuenta atrás de la misión STS-115. Como
en la ocasión precedente, la cuenta se inició en la posición T-43 horas,
en este caso a las 12:00 UTC del domingo 3 de septiembre. Si todo va
bien, nos llevará a un lanzamiento a las 16:29 UTC del 6 de septiembre,
es decir, incluye 33 horas y 24 minutos de tiempo de parada. Las
revisiones del estado del tanque externo tras la tormenta indican un
buen estado general, con sólo tres pequeñas áreas afectadas, una de las
cuales no necesitará reparación.
La tripulación del Atlantis, compuesta por el comandante Brent Jett, el
piloto Chris Ferguson, y los especialistas de misión Joe Tanner, Dan
Burbank, Heide Stefanyshyn-Piper y el canadiense Steve MacLean, llegó a
Florida por parejas, a bordo de aviones T-38 y con dos horas de
adelanto. Están listos para el despegue, a menos que el tiempo
meteorológico juegue otra mala pasada. Los pronósticos indican un 40 por
ciento de posibilidades de que llueva.
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