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Geología
Unos Geólogos, Testigos de un
Singular Flujo de Barro Volcánico en Acción
30 de
Agosto de 2007.
La
vulcanóloga Sarah Fagents, de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la
Tierra y el Océano (SOEST, por sus siglas en inglés) perteneciente a la
Universidad de Hawai en Manoa, tuvo la asombrosa oportunidad de estudiar
de primera mano los riesgos volcánicos, cuando un flujo de barro
irrumpió a través de un lago de origen volcánico en el Monte Ruapehu en
Nueva Zelanda.
Fagents y sus colegas se encontraban allí con motivo de un proyecto para
trabajar sobre un pronóstico a largo plazo del surgimiento de un lahar
en el Lago del Cráter del Monte Ruapehu. Un lahar es un tipo de flujo de
barro compuesto de agua y otros sedimentos que brota de un volcán,
fluyendo a menudo a lo largo del valle de un río.
Los lahares son producidos por la rápida fusión de la nieve y/o los
glaciares durante una erupción volcánica, o, como en el caso del Monte
Ruapehu, el escape de un lago volcánico.
Los lahares pueden ser sumamente peligrosos, sobre todo en las áreas
pobladas, debido a sus grandes velocidades y masas. Pueden fluir a lo
largo de muchas decenas de kilómetros, produciendo catastróficas
destrucciones en su recorrido. Por ejemplo, las erupciones del Monte
Santa Helena en 1980 ocasionaron espectaculares flujos del tipo lahar
que tuvieron un serio impacto sobre grandes ríos, en lugares tan
alejados como Portland, en Oregón.
Fagents visitó las sendas de vertidos del lahar antes del escape, para
evaluar las condiciones de los cauces antes del evento. Aunque
inicialmente se pronosticó que ocurriría en el 2007, la reciente
disminución del ritmo de llenado del Lago del Cráter sugería que los
bordes del lago no se desbordarían hasta el 2008.
Sin embargo, varios días de intensas lluvias y el incremento de las
filtraciones a través de los "muros" del lago hicieron finalmente que se
derrumbaran antes.
Un sistema de alerta de lahar que se había instalado en el Monte Ruapehu
funcionó con éxito y alertó a los funcionarios del comienzo de la
catástrofe. En total, se derramaron alrededor de 1,3 millones de metros
cúbicos de agua del Lago del Cráter.
Los geólogos encontraron una amplia zona cubierta por una capa de barro
y rocas. Fagents y sus colegas regresaron a Nueva Zelanda un mes
después, para llevar a cabo un análisis más detallado de los sedimentos.
Como los escapes del Lago del Cráter habían sido previstos con gran
antelación, había una cantidad inaudita de instrumentación instalada por
los colegas de Fagents en Nueva Zelanda para captar el evento. Así, éste
es quizás el lahar mejor estudiado del mundo.
La predicción de los efectos de estos eventos es de importancia crítica
para las regiones volcánicas pobladas. Muchos otros volcanes en diversos
puntos del mundo, incluyendo el Monte Rainier en el estado de
Washington, y el Galunggung en Indonesia, son considerados como
particularmente peligrosos debido al riesgo de los lahares.
Fagents está desarrollando un modelo por ordenador que simule el
emplazamiento del lahar y prediga los riesgos asociados. El objetivo es
adaptar este modelo para que responda a diferentes mecanismos de
activación y diferentes ubicaciones, para así hacerlo aplicable a
numerosas situaciones posibles. La meta final es obtener una herramienta
útil de valoración de riesgos ante potenciales lahares futuros.
Información adicional en:
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