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Informática
Traductor Electrónico Avanzado
29
de Julio de 2003.
Franz
Joseph Och, un especialista de la University of Southern California,
afirma que ha creado un sistema único que puede traducir cualquier
lengua. Su método: el de la piedra de Rosetta, o más exactamente, un
sistema que utiliza millones de ellas.
Las pruebas realizadas hasta ahora sitúan a su traductor en la cúspide
del ránking mundial, incluso para lenguas tan difíciles como el árabe o
el chino.
Lo más interesante es que, disponiendo de “datos paralelos” suficientes,
se puede montar un sistema de traducción entre dos idiomas en cuestión
de horas. Esta capacidad descansa en la habilidad de los ordenadores
actuales de procesar grandes cantidades de información en muy poco
tiempo.
El método antiguo de traducción utilizado por otros sistemas
(simbólico), sobre todo en los comerciales, consiste en tratar de
codificar la gramática y el léxico de una lengua en un programa de
ordenador, que se encargará de analizar la estructura gramática de un
texto y después de producir una traducción utilizando las reglas de la
lengua de destino. En la mayoría de los casos, el resultado puede ser
bastante insatisfactorio.
Sin embargo, el método de Och (estadístico) emplea la táctica “piedra de
Rosetta”, es decir, se basa en buscar coincidencias en los fragmentos de
texto. Así, en vez de decirle al ordenador cómo traducir, dejamos que lo
haga por sí solo. Para conseguirlo, previamente habremos alimentado a la
máquina con una gran cantidad de textos en una lengua y su traducción
exacta y correcta en otra. El secreto reside en que los textos de
muestra son muy numerosos (millones) y variados.
Así, el ordenador analizará un texto que deseemos traducir y buscará en
su base de datos la traducción más probable, basándose en una serie de
modelos estadísticos. El método ignora las reglas gramaticales e incluso
las tradicionales listas de vocabulario. Por ejemplo, en las
traducciones del chino o el árabe al inglés, el ordenador buscará
patrones coincidentes, proporcionándonos un resultado muy exacto.
Esta forma de trabajar es antigua, pero ahora, con la gran potencia de
las computadoras, es posible automatizarla. Ya no es necesario partir de
palabras individualizadas sino que pueden utilizarse grupos de palabras
(frases).
Dado que una traducción realizada a un tiempo por varios humanos
probablemente produciría diversos resultados, el sistema también emplea
varias versiones, permitiendo que la máquina decida cuál utilizar
mediante un método de puntuación.
Si queremos traducir lenguas diferentes, sólo tenemos que introducir en
el ordenador las bases de datos oportunas, y realizar algunos ajustes en
el programa.
Información adicional en:
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