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Geología
Un Campo Submarino de Fumarolas Expele en Grandes
Cantidades Ingredientes Para la Vida
29 de Febrero de 2008.
Se
están generando ciertos hidrocarburos por la simple interacción del agua
con las rocas bajo el campo submarino de fumarolas de La Ciudad Perdida,
en medio del Océano Atlántico, según una investigación llevada a cabo
por expertos de la Universidad de Washington y el Instituto
Oceanográfico de Woods Hole. La producción de tales bloques de
construcción de la vida hace de fumarolas semejantes fuertes candidatas
al tipo de lugares donde pudo haberse originado la vida en la Tierra.
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Algunos investigadores creen que los primeros ladrillos de la vida
vinieron del cosmos, mientras que otros piensan que fueron generados por
procesos geológicos en la Tierra, quizás en sistemas de fumarolas
hidrotermales donde el agua de mar se filtrara bajo el lecho marino y
recogiera calor y minerales hasta que estuviera tan caliente que fuera
descargada nuevamente en el océano.
Las fumarolas de la Ciudad Perdida, descubiertas por Deborah Kelley y
otros durante una expedición en el año 2000, están formadas de una
manera muy diferente a como lo están las fumarolas negras conocidas
desde alrededor de la década de 1970. Se las llama así porque parece
como si emitieran humo negro. El "humo" es realmente una suspensión de
minerales oscuros ricos en hierro y azufre que se precipitan cuando el
agua caliente (a temperaturas de hasta unos 400 grados Celsius) se topa
con el medio gélido que impera en las profundidades.
En contraste, las estructuras del campo submarino de fumarolas de la
Ciudad Perdida son carbonato casi puro, el mismo material de la caliza
en las cuevas, y su color varía entre blanco, crema, y gris. El tamaño
de las estructuras de la Ciudad Perdida oscila entre el de hongos
diminutos hasta el de la columna llamada "Poseidón", cuya altura,
comparable a la de un edificio de 18 pisos, supera a la de las fumarolas
negras mejor conocidas en al menos 30 metros. A ese campo se le dio el
nombre de "Ciudad Perdida" en parte porque está sobre la montaña
sumergida llamada Atlantis descubierta por casualidad durante una
expedición a bordo del buque del mismo nombre.
El agua expelida en la Ciudad Perdida suele estar generalmente entre los
90 y los 100 grados Celsius. Los fluidos no están tan calientes como en
las fumarolas negras porque el agua, en lugar de ser calentada por
magma, lo es por el calor liberado durante una reacción química entre el
agua del mar y la roca del manto.
El sistema de la Ciudad Perdida forma hidrocarburos en concentraciones
mayores y con más complejidad que los sistemas típicos de fumarolas
negras en las cordilleras que se encuentran en medio de los océanos.
El análisis de las rocas de la Ciudad Perdida muestra que los
hidrocarburos no proceden de la biosfera viviente.
"El descubrimiento de estos bloques orgánicos de construcción que
proceden de una fuente no biológica es una posible evidencia para
nuestra búsqueda del origen de la vida en este planeta y otros astros",
declara el investigador Giora Proskurowski.
La Ciudad Perdida es excepcional debido a que allí las reacciones
químicas en el lecho marino producen acetato, formiato, hidrógeno y
fluidos alcalinos. Todas estas sustancias pudieron haber sido cruciales
para el surgimiento de la vida, según estudios recientes. Además, el
acetato y el formiato presentes en los fluidos de la Ciudad Perdida
pudieron haber sido una importante fuente de energía para los ancestros
de los microorganismos que viven del metano en lugares como la Ciudad
Perdida. Es quizá otro indicio más sobre dónde la vida en la Tierra pudo
haberse originado.
El campo submarino de fumarolas de La Ciudad Perdida está ubicado a unos
3.700 kilómetros al este de Florida, y a una profundidad de alrededor de
800 metros. Los microorganismos que pueblan ese lugar crecen expuestos a
los fluidos alcalinos de las fumarolas, algunos realmente muy cáusticos.
Esto contrasta con las fumarolas negras previamente estudiadas, en las
cuales los organismos están adaptados a aguas muy ácidas. Los microbios
de la Ciudad Perdida viven de metano e hidrógeno en vez del dióxido de
carbono que es la fuente principal de energía para las formas de vida
que habitan en torno a las fumarolas negras.
Aunque nadie ha descubierto otro campo submarino de fumarolas como el de
La Ciudad Perdida, los investigadores creen que debe haber más del mismo
tipo, y que es probable que fuesen bastante más abundantes que hoy en
los océanos de la Tierra arcaica.
Información adicional en:
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