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Criminología
Estudio
de Fallos en el Análisis de Huellas Dactilares Desmitifica la
Infalibilidad del Sistema
28 de
Octubre de 2005.
Mientras
que muchos científicos forenses han aseverado durante largo tiempo que
las pruebas basadas en el estudio de huellas dactilares son infalibles,
el error ampliamente difundido por la prensa que hizo permanecer en
prisión a un ciudadano inocente como sospechoso de participar en el
atentado con bombas en trenes de Madrid en 2004 alertó sobre los
potenciales defectos del sistema.
Ahora, el profesor de criminología Simon Cole de la Universidad de
California en Irvine ha demostrado que no sólo estos errores ocurren,
sino que su número es elevadísimo. En el caso de Estados Unidos, por
ejemplo, cree que podrían producirse varios miles de esas incorrectas
"concordancias" de huellas dactilares cada año. Todo esto, a pesar del
uso de métodos preventivos para impedir estas equivocaciones.
El estudio de Cole es el primero en analizar todos los desaciertos
públicamente conocidos en cuanto a falsos positivos de este método. Al
analizar estos casos, que se remontan hasta 1920, Cole sugiere que los
22 incidentes públicamente expuestos, incluyendo 8 desde 1999, son
apenas la punta del iceberg. A pesar de estos flagrantes casos de fallo,
los especialistas en esta técnica han sostenido que la identificación
mediante huellas dactilares es "infalible", y testificaron en juicios
que la tasa de error para la concordancia es de cero.
"En lugar de insistir torpemente en que es un análisis sin margen de
error, deberíamos reconocer las obvias carencias de forma abierta, y
encontrar maneras constructivas de impedir que estos fallos en las
evidencias provoquen que se condene a gente inocente", declara Cole.
Los datos recopilados por Cole representan una pequeña porción de los
errores que se producen al comparar huellas dactilares, debido a que
sólo incluyen aquellos casos públicamente expuestos de concordancias
erróneas. La mayoría de los casos discutidos en este estudio fueron
descubiertos sólo por circunstancias extremadamente azarosas, tales como
un análisis de ADN posterior a la condena, la intervención de la policía
de otros países, e incluso un fatal accidente en un laboratorio que
llevó a la reevaluación de la evidencia.
Un caso altamente difundido por los medios de comunicación es el de
Brandon Mayfield, un abogado de Portland que permaneció arrestado
durante dos semanas como sospechoso del ataque con mochilas-bomba contra
trenes en Madrid el 11 de Marzo de 2004. Los investigadores del FBI
asociaron las huellas tomadas en el lugar de los hechos con las de
Mayfield, y un examinador independiente verificó esta correspondencia.
Sin embargo, los especialistas de la Policía Nacional española
insistieron en que las marcas no se correspondían con las de Mayfield, e
identificaron a otro hombre quien para ellos sí era la persona buscada.
El FBI reconoció su error y Mayfield fue liberado.
Las sentencias erróneas basadas en falsas pruebas se supone que son
evitadas mediante cuatro mecanismos: que las identificaciones sean
"verificadas" por examinadores adicionales; asegurarse de que los
examinadores sean competentes; requerir un alto número de puntos de
coincidencia antes de declarar que una huella dactilar concuerda; y
tener técnicos independientes que examinen las huellas a instancia de la
defensa del acusado. En los casos estudiados por Cole, todas estas
salvaguardas fallaron.
Cole resalta que las pruebas de pericia llevadas a cabo desde 1983
mostraron un error agregado del 0,8 por ciento. Aunque este porcentaje
pueda parecer pequeño, multiplicado por el gran número de casos que los
laboratorios criminalistas de los Estados Unidos procesaron en 2002,
hace sospechar que sólo en ese año ya podría haber hasta 1.900 falsas
identificaciones dactilares.
Información adicional en:
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