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Zoología
Comida o Pareja
28 de
Octubre de 2003.
 Una
investigadora de la Cornell University ha descubierto que las hembras de
la araña lobo prefieren parejas con las que se sientan familiarizadas.
De lo contrario, si una araña lobo macho desconocida intentara
emparejarse con una de ellas, estaría condenada a ser muerta y devorada
por la hembra.
Para la experta en neurología y comportamiento animal Eileen Hebets, se
trata de una conducta sorprendente: que la experiencia social influya en
la elección de la pareja implica muchas cosas. Por ejemplo, que los
invertebrados son capaces de un reconocimiento social, el cual puede se
mantenido y recordado, incluso a través del proceso de muda. Estas
influencias afectan al comportamiento adulto y posiblemente a la
evolución de ciertos rasgos.
Muchas arañas lobo macho poseen diferentes apariencias, o fenotipos.
Pueden poseer abundante pelo en sus patas delanteras, o sus
exoesqueletos pueden ser de distintos colores. En cambio, los machos de
la mayoría de las otras especies de arañas se parecen entre sí. Esta
variabilidad en las arañas lobo es lo que hizo que Hebets las estudiara.
Los científicos habían explorado el comportamiento de las arañas con
anterioridad mediante la captura de machos y hembras jóvenes recogidos
en su hábitat. Ambos géneros se mantenían aislados y después eran
reunidos en el laboratorio para observar su conducta. En el campo, las
arañas lobo macho maduran antes que las hembras y a menudo se
entremezclan. De esta manera, las hembras pre-adultas suelen verse
expuestas a machos sexualmente maduros, si bien no pueden aparearse
hasta que sus órganos sexuales han madurado, lo que no ocurre hasta su
última muda. Durante sus investigaciones, 81 hembras inmaduras fueron
expuestas a machos maduros de fenotipos específicos. Aproximadamente un
73 por ciento de las hembras inmaduras fueron expuestas a más de un
fenotipo masculino, y ninguna hembra fue expuesta a más de nueve machos
distintos.
Una vez las hembras se hicieron adultas, se aparearon más fácilmente con
los machos que les eran familiares. Es decir, su experiencia durante su
penúltima etapa de la vida puede influir en la elección de su pareja
como adulta.
El origen socialmente influido de las preferencias de apareamiento de
las hembras podría imponer una presión de selección increíblemente
fuerte en los tiempos de maduración de los machos, en sus estrategias de
apareamiento y, también, en su ornamentación sexual secundaria, ya que
las hembras sólo distinguen entre parejas y comida.
Información adicional en:
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