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Geofísica
Consecuencias de un Impacto
Catastrófico
28
de Mayo de 2003.
Si
un asteroide en ruta de colisión alcanzara la Tierra en el futuro, el
impacto se produciría muy probablemente en el océano, ya que los mares
cubren la superficie de nuestro planeta en un 70 por ciento. Científicos
de la University of California, en Santa Cruz, han calculado cuáles
serían las consecuencias de un acontecimiento como éste, y han
descubierto que podría ocasionar tsunamis (ola gigante) de más de 100
metros de alto.
La simulación por ordenador que han elaborado Steven Ward y Erik Asphaug
se ha basado en datos reales. Más en concreto, en las características de
un asteroide llamado 1950 DA, cuya trayectoria podría llevarlo a chocar
contra la Tierra el 16 de marzo de 2880.
El citado cuerpo es una gran roca de aproximadamente un kilómetro de
diámetro. En el estudio, se ha estimado que podría caer sobre el océano
Atlántico a una velocidad de casi 61.000 km/h.
En realidad, la probabilidad de que este asteroide impacte contra
nuestro planeta es muy reducida (apenas un 0,3 por ciento), ya que
dentro de más de 8 siglos su trayectoria habrá sido seguramente
perturbada por la influencia gravitatoria de otros cuerpos del sistema
solar, desviándolo. Pero también es obvio que, en el pasado, otros
asteroides de aspecto y tamaño similares han percutido periódicamente
contra la Tierra, como ocurrió por ejemplo hace 65 millones de años,
cuando un fenómeno semejante propició la desaparición de los
dinosaurios.
En la actualidad, las probabilidades de que algo así suceda son muy
pequeñas, pero también es cierto que, de ocurrir, las consecuencias
serían enormes. Por eso los científicos se preocupan por el problema y
tratan de encontrar formas que les ayuden a valorar mejor los posibles
efectos de un acontecimiento de estas características.
Para la simulación, Ward y Asphaug eligieron el Atlántico como punto de
impacto porque han calculado cuál será la orientación de nuestro planeta
a la hora prevista del encuentro. El lugar exacto sería a unos 600 km de
la costa este estadounidense.
Los resultados sugieren que la caída del asteroide provocaría un
estallido equivalente a una explosión de 60.000 megatones. Crearía una
cavidad (un vacío) en el océano de casi 20 km de diámetro y 5 km de
profundidad, llegando hasta el mismo fondo marino y excavando incluso
parte de este último. El agua se precipitaría entonces rápidamente en la
cavidad, llenándola, y un anillo de olas se extendería en todas
direcciones. El impacto produciría olas tsunami de todas las frecuencias
y longitudes de onda, con un máximo semejante al diámetro de la cavidad.
Debido a que las ondas de baja frecuencia viajan más rápido que las de
frecuencia más alta, el impulso inicial se distribuiría en una serie de
olas consecutivas. En las películas se suele presentar una única gran
ola, pero en realidad tendríamos docenas de ellas, las primeras bastante
pequeñas y las siguientes cada vez más grandes, llegando a la costa a
intervalos de 3 ó 4 minutos.
Dado que pierden fuerza a medida que viajan, las zonas más próximas al
lugar del impacto recibirían las mayores olas. Dos horas después del
choque, olas de más de 100 metros de altura alcanzarían las playas de
Cape Cod a Cape Hatteras. Cuatro horas después del suceso, toda la costa
este estadounidense habría ya experimentado olas de más de 70 metros.
Por otro lado, serían necesarias 8 horas para su llegada a Europa, donde
alcanzarían alturas de 10 a 20 metros, aproximadamente.
Una de las consecuencias adicionales es que la furia del agua avanzando
removería el fondo marino, erosionando los sedimentos. Incluso podrían
producirse deslizamientos de tierras, que a su vez ocasionarían tsunamis
secundarios. Por ejemplo, el colapso de una ladera volcánica inestable
en las islas Canarias podría provocar un tsunami que alcanzaría la costa
este americana.
Por ahora, los científicos se encuentran a medio camino de su objetivo
de catalogar al menos el 90 por ciento de los asteroides que cruzan la
órbita de la Tierra, mayores de 1 km de diámetro (parecidos a 1950 DA).
Se espera que este trabajo esté listo en 2008.
Información adicional en:
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