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Técnicas Forenses Infrarrojas
27 de Agosto de 2002.
 Gracias a la luz infrarroja, los expertos forenses pueden decirnos si un documento o un billete es una falsificación, o pueden analizar un residuo de pintura y averiguar el fabricante, el modelo y la edad del automóvil al que perteneció. Poco a poco, las técnicas se hacen más y más avanzadas, y permiten investigaciones criminales antes impensables.
Uno de los centros de excelencia en el desarrollo de estas técnicas es el Lawrence Berkeley National Laboratory. Sus instalaciones incluyen la Advanced Light Source (ALS), un sincrotón de electrones que se ha optimizado para la producción de rayos-X y luz ultravioleta, pero que también genera intensos rayos de fotones en la zona infrarroja del espectro.
Con esta fuente de luz, los científicos del Berkeley Lab han conseguido, por ejemplo, visualizar "huellas" químicas sobre diversas superficies, tan valiosas para identificar a sus autores como las huellas digitales físicas.
Las técnicas forenses infrarrojas se derivan del hecho constatado de que todas las moléculas, debido al movimiento continuo de sus átomos, vibran en una frecuencia característica que cae dentro del espectro infrarrojo. Cuando una molécula individual es golpeada por un fotón infrarrojo que iguala su frecuencia de vibración, resonará. Su resonancia, detectada a través de varias técnicas espectroscópicas, puede ser utilizada entonces para identificar la molécula, como una huella digital se emplea para identificar a un individuo.
Con el ALS, se puede enfocar un rayo de luz infrarroja hacia un punto de hasta 10 micrones de diámetro o menos. El sistema es además muy sensible y permite averiguar la composición química de una muestra desconocida. La luz no destruye la muestra, y sus efectos no pasan de calentarla en unos 0,5 grados Celsius.
Los servicios secretos estadounidenses están muy interesados en estas técnicas porque permiten obtener mucha información sobre la tinta con la que está escrito un documento. Así, se pueden saber sus orígenes, su edad o verificar si la misma tinta es empleada en todo el escrito. Todo ello tiene aplicaciones en la lucha criminal y antiterrorista.
El sistema puede analizar asimismo huellas químicas de sudor. Cuando tocamos una cosa, dejamos unos minúsculos residuos de sustancias (proteínas, sales y ácidos grasos), cuyas proporciones entre ellas pueden ser únicas para cada persona. Aún no está claro si este método es equiparable en fiabilidad a la detección de huellas digitales, pero las primeras pruebas al respecto son esperanzadoras. Un análisis puede al menos determinar la edad y el sexo de la persona que ha dejado la marca de sudor.
Información adicional en:
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