Home / Ultimas Noticias
Archivo Noticias de la Ciencia y la
Tecnología.
Archivo Noticias del Espacio
Contacto
Suscripciones (público/email)
Boletín Noticias de la Ciencia y la
Tecnología
Boletín Noticias del Espacio
Boletín Noticias de la Ciencia y la
Tecnología Plus
Suscripciones (servicios a
medios)
Reproducción de contenidos en medios
comerciales
|
Recuerda:
suscríbete a nuestros boletines gratuitos y recibe cómoda y
semanalmente las noticias en tu dirección electrónica. Astrofísica.
Niebla Intergaláctica
25 de Febrero de 2003.
¿De qué está hecho el Universo? Esta pregunta fundamental ya empieza a tener respuesta: la "receta" nos habla de un 73 por ciento de "energía oscura", un 23 por ciento de "materia oscura" y sólo un 4 por ciento de materia normal. Los astrónomos, que tienen dificultades incluso para localizar a esta última, piensan ahora que la masa que falta se encuentra en forma de "niebla caliente intergaláctica".
Habitualmente, somos capaces de detectar la materia normal bariónica (protones, electrones y neutrones) cuando forma parte de estrellas luminosas, o cuando bloquea la luz estelar (es el caso de las enormes y oscuras nubes moleculares). Pero si sumamos la masa de todas las estrellas y nubes conocidas, veremos qué aún no alcanzamos la cifra teórica que constituye la materia normal (el mencionado 4 por ciento que contribuye a dar forma al Universo).
El astrónomo Fabrizio Nicastro, del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, y sus colegas, creen haber localizado un gran reservorio hasta ahora desconocido de bariones en nuestro grupo local de galaxias. Esta materia bariónica forma una especie de niebla caliente que rodea a la Vía Láctea y sus vecinas. Según las investigaciones, esta niebla caliente podría contener hasta dos tercios de la materia normal presente en las cercanías de nuestra galaxia.
El hallazgo no ha sido fácil. Los astrónomos no pueden ver esta niebla intergaláctica porque es demasiado difusa, a pesar de que su temperatura se encuentra entre los 100.000 y los 10 millones de grados Kelvin, lo que hace que brille débilmente en el espectro de los rayos-X. Para detectarla, se ha utilizado un truco: observar la "sombra" que arroja. Nicastro y su equipo observaron en la longitud de onda de los rayos-X y el ultravioleta allí donde la niebla intergaláctica absorbía la luz de fuentes lejanas como cuásares y núcleos galácticos activos. Los datos se consiguieron gracias al observatorio espacial FUSE (Far Ultraviolet Spectroscopic Explorer), que les ayudó a identificar unas 50 nubes, o bancos de niebla, rodeando a nuestra galaxia en todas direcciones.
Los átomos de las nubes individuales absorben luz en longitudes de onda específicas, creando líneas oscuras en los espectros de las fuentes luminosas situadas más allá. El movimiento de una nube, además, desplaza la longitud de onda de su línea espectral debido al efecto Doppler. Gracias a estos desplazamientos, Nicastro derivó las velocidades radiales de las nubes, consiguiendo pistas sobre su origen y posición. Estos estudios confirmaron que las nubes calientes forman parte, casi con toda seguridad, del grupo local de galaxias, que incluye a nuestra Vía Láctea, la Galaxia de Andrómeda y otras 30 galaxias más pequeñas.
La cantidad de material detectada por el FUSE y el telescopio espacial Chandra sugiere que la niebla de este grupo local contienen una masa equivalente a la de 1 billón de soles como el nuestro. En cuanto a su procedencia, los astrónomos piensan que se trata de materia residual del proceso de formación de la galaxia, una reliquia de la historia temprana del Universo.
Algunas teorías indican que el joven Universo estaba lleno de una mezcla casi homogénea de hidrógeno y helio. Acumulaciones de materia oscura dentro de esta sopa primordial actuaron como semillas para la formación galáctica. A lo largo de varios cientos de millones de años, la fuerza de la gravedad reunió a parte de la materia normal del Universo para formar las galaxias que contienen miles de millones de estrellas. Sin embargo, sólo un tercio de la materia bariónica fue consumida de este modo. El resto aún flota entre las galaxias, invisible excepto por la sombra que arroja.
Información adicional en:
|