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Ambiente.
El Calentamiento Global Podría Resolverse Por Sí
Solo en 10 ó 20 Años
21 de Junio de 2001.
 Robert Essenhigh, un investigador de la Ohio State University, no cree que el dióxido de carbono sea el responsable del calentamiento de la atmósfera, sino que su incremento es el resultado, y no la causa, del aumento de las temperaturas, un fenómeno que se corregirá de forma natural dentro de pocos años.
La mayoría de los científicos piensan que la quema de los combustibles fósiles emprendida por el Hombre y que tiene su máxima expresión en las centrales térmicas o en los automóviles, es el origen del CO2 que desequilibra la balanza, provocando el aumento de las temperaturas en la atmósfera. Essenhigh, en cambio, cree que no se tiene en cuenta que hay una cantidad mucho más grande de dióxido de carbono que entra (y sale) constantemente de la atmósfera debido al ciclo natural del agua.
Para este experto, se ha subestimado la importancia de la presencia del agua en la atmósfera (como un gas que absorbe radiación), de manera que si se la ignora se obtiene una respuesta incorrecta. Pero, ¿cómo es posible que tantos científicos hayan obviado esta pieza esencial de información? Essenhigh cree que todo se debe al informe realizado en 1977 por la National Academy of Sciences, en el que se publicaron los niveles de dióxido de carbono pero donde se omitió información sobre el agua como gas, siendo identificada sólo como vapor, lo que implica agua condensada o nubes, de mucha menor concentración en la atmósfera. Posteriores investigaciones siempre han seguido las pautas de este informe.
Essenhigh (ver imagen) ha buscado información suplementaria, incluyendo medidas de los ritmos de evaporación oceánica, fuentes de dióxido de carbono de origen humano, y datos de temperaturas del último millón de años.
Un trabajo de 1985 realizado por la World Meteorological Organization y el United Nations Environment Programme indica que hasta 90.000 millones de toneladas de CO2 circulan anualmente entre los océanos y la atmósfera, mientras que unos 60.000 millones se intercambian entre la vegetación y la atmósfera. Comparado con las emisiones humanas de 5 a 6.000 millones de toneladas anuales, las fuentes naturales suponen el 95 por ciento de todo el CO2 atmosférico.
Por tanto, los hombres seríamos responsables de un pequeño porcentaje, quizá menos de un 5 por ciento, del CO2. Aunque algunos científicos piensan que esta pequeña cantidad es la cifra crítica que basta para desequilibrar al sistema natural, Essenhigh dice que ésta es una hipótesis que no ha sido apoyada matemáticamente de forma correcta.
Para Essenhigh, cuando las temperaturas aumentan, el equilibrio del CO2 en el agua cambia, liberándose más dióxido de carbono a la atmósfera. Este aumento sería, pues, el resultado, no la causa. En este sentido, el actual incremento global de las temperaturas respondería a una fase del ciclo natural de calentamiento y enfriamiento.
Observando las temperaturas que ha experimentado la Tierra durante el último millón de años, se aprecia una suave oscilación, con un aumento medio gradual, y esto ha ocurrido mucho antes de que el Hombre tuviera ninguna influencia en el envío de CO2 a la atmósfera. Así, las temperaturas globales habrían aumentando menos de un grado como media durante el último millón de años, mientras que la amplitud de la oscilación ha crecido desde los 5 grados a los actuales 10 grados (en los últimos 100.000 años).
Essenhigh considera que nos encontramos cerca del pico del actual ciclo que empezamos hace unos 25.000 años y que dentro de 10 ó 20 años la Tierra podría reiniciar un enfriamiento que nos lleve a una nueva era glacial.
El ciclo de 100.000 años tendría su origen en el océano Artico, que actúa como un gigantesco regulador de temperatura. Cuando este mar se encuentra congelado, como es el caso de ahora, se evita la evaporación de agua que de otro modo volvería a caer en forma de nieve. Cuando hay menos nieve para recargar el polo ártico, éste empieza a disminuir de tamaño. Esto debería causar un calentamiento de la Tierra, hasta que vuelva a haber suficiente agua evaporándose para restaurar la producción de nieve y reiniciar el ciclo. Cuando el hielo ártico se empiece a expandir, la temperatura global bajará y la Tierra se dirigirá hacia una nueva era glacial.
La opinión de Essenhigh es francamente minoritaria, pero no deberá pasar mucho tiempo para que pueda comprobarse si tiene o no razón.
Información adicional en:
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