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Paleontología
Las Cabezas de los Dinosaurios Eran Bastante
Huecas, Literalmente Hablando
21 de
Enero de 2009.
Desde
hace mucho tiempo, los paleontólogos saben que los dinosaurios tenían
cerebros pequeños, pero no tenían idea de que estas bestias, además,
eran unos "cabezas huecas".
Menéame
Un nuevo estudio de los investigadores Lawrence Witmer y Ryan Ridgely,
de la Universidad de Ohio, desvela que los dinosaurios tenían más
cavidades de aire en sus cabezas de lo que se esperaba. A través de
escaneos mediante tomografía computerizada, los científicos fueron
capaces de desarrollar imágenes 3D de cráneos de dinosaurios. Gracias a
estas imágenes, han obtenido un conocimiento mucho más detallado de la
fisiología de las vías respiratorias de los dinosaurios que el que se
tenía anteriormente.
Witmer y Ridgely examinaron los cráneos de dos depredadores, el
Tyrannosaurus rex y el Majungasaurus, y de dos herbívoros de cuerpos
provistos de coraza y con hocico corto, el Panoplosaurus y el
Euoplocephalus.
Con el propósito de poder hacer comparaciones, los científicos también
estudiaron escaneos realizados a cocodrilos y a avestruces, parientes
modernos de los dinosaurios, y escaneos a seres humanos.
El análisis de los dinosaurios depredadores reveló áreas olfativas de
gran tamaño, una vía respiratoria arqueada que salía de los orificios
nasales hacia la garganta, y muchos senos nasales. En general, la
cantidad de espacio lleno de aire era mucho mayor que la cavidad
cerebral.
Las exploraciones mediante tomografía computerizada también permitieron
a Witmer y Ridgely calcular el volumen de hueso, de cavidad de aire, de
músculo y de otros tejidos blandos, para hacer una estimación bastante
precisa de cuánto debieron pesar estas enormes cabezas cuando sus dueños
aún vivían. La cabeza del T. rex, por ejemplo, pesaba más de media
tonelada.
Witmer sugiere que las cavidades de aire ayudaban a aligerar la carga de
la cabeza, haciéndola más ligera hasta en un 18 por ciento de lo que
hubiera sido sin esas cavidades. Esta disminución de peso les permitía a
los depredadores desarrollar mayor masa muscular para las mandíbulas, e
incluso capturar presas más grandes.
Estas cavidades pudieron también haber desempeñado una función
biomecánica al hacer huecos a los huesos. Tales huesos huecos se pueden
comparar, en ganancia de prestaciones, a las vigas huecas empleadas en
el sector de la construcción. Vigas y huesos huecos son increíblemente
fuertes, pero pesan menos que sus homólogos macizos. Un cráneo ligero,
pero a la vez fuerte permitió a estos depredadores mover sus cabezas con
más rapidez.
Aunque la mayoría de los investigadores había asumido que los pasajes
nasales en los dinosaurios acorazados debían ser muy parecidos a las
vías respiratorias simples de los depredadores, Witmer y Ridgely han
encontrado que estos espacios fueron en realidad muy complejos,
permitiendo, entre otras cosas, un útil intercambio de calor. A medida
que los animales inhalaban aire, éste pasaba sobre las superficies
húmedas enfriando la sangre, y simultáneamente la sangre calentaba al
aire inspirado. Es un mecanismo de la misma clase que los existentes hoy
en los animales de sangre caliente.
Estas complejas vías nasales actuaban también como cámaras de resonancia
que afectaban a la manera en que estos dinosaurios herbívoros
vocalizaban sonidos. Witmer cree posible que estos dinosaurios
herbívoros pudieran reconocer individuos por la voz de cada uno.
Información adicional en:
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