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Meteorología
Ponen en Entredicho Que los Métodos Usados Hasta
Ahora Para Provocar Lluvia Funcionen Realmente
17 de Diciembre
de 2010.
 En
muchas áreas del mundo, la lluvia es un recurso muy valioso y escaso.
Para provocar la lluvia, los científicos usan la "siembra de nubes", un
proceso de modificación del tiempo meteorológico que dispersa sustancias
químicas en las nubes con el objetivo de aumentar la precipitación.
Pero una nueva investigación indica ahora que esta práctica común de
siembra de nubes con materiales como el yoduro de plata y el hielo seco
(dióxido de carbono congelado) puede ser mucho menos eficaz de lo que se
creía. En lo que constituye la reevaluación más exhaustiva de los
efectos de este método durante los últimos cincuenta años, los nuevos
resultados de Pinhas Alpert, Zev Levin y Noam Halfon del Departamento de
Geofísica y Ciencias Planetarias de la Universidad de Tel Aviv parecen
demostrar que, en general, la siembra de nubes no es un mecanismo eficaz
para promover la lluvia.
En el transcurso de su estudio, Alpert y sus colegas examinaron
cincuenta años de datos de siembra de nubes, prestando especial atención
a los efectos de tal siembra en las cantidades de lluvia en un área
específica sobre el Mar de Galilea, en el norte de Israel. El equipo de
investigación empleó una extensa base de datos de lluvia y comparó los
datos de los períodos en que se realizó siembra de nubes con los de los
periodos en que tal práctica no se llevó a cabo, así como las cantidades
de lluvia en las áreas adyacentes en las que no se realizó siembra de
nubes.
Analizando toda esta información, los investigadores han llegado a la
conclusión de que los incrementos de la lluvia asociados a la siembra de
nubes se produjeron por mera casualidad.
El ejemplo más notable fue un período de seis años con mayor cantidad de
lluvia, un aumento originalmente atribuido a una eficaz siembra de
nubes. Alpert y sus colaboradores han comprobado que ese aumento
corresponde a un tipo específico de ciclones vinculados a un patrón de
aumento de la lluvia en las regiones montañosas. Los investigadores
descubrieron un aumento similar de la lluvia en una zona que no fue
objeto de la siembra de nubes.
Alpert y sus colaboradores han llegado a la conclusión de que los
patrones cambiantes del tiempo meteorológico fueron los verdaderos
responsables de la cantidad extra de lluvia durante esos años.
El único escenario en el que la siembra de nubes podría tener éxito,
según la opinión de Alpert, es el de las nubes orográficas que se
desarrollan encima de las montañas y tienen un tiempo de vida corto. En
este tipo de nube, la siembra podría servir para acelerar el proceso que
conduce a la precipitación.
El método de investigación seguido por el equipo de Alpert puede ser
también útil para analizar los efectos reales de la siembra de nubes en
América del Norte y en otras zonas del mundo.
Información adicional en:
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La traducción, la
adaptación y la elaboración de texto adicional de este artículo han sido
realizadas por el equipo de NC&T (Amazings.com)
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ISSN 2013-6714
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