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Paleontología
Las Antiguas Aves Rapaces Cazaban
Humanos
17 de
Noviembre de 2006.
Un
nuevo estudio sugiere que ciertas aves rapaces prehistóricas se
alimentaron de algunos de nuestros más primitivos antepasados humanos.
Los investigadores, dirigidos por W. Scott McGraw, profesor de
antropología en la Universidad Estatal de Ohio, han llegado a esta
conclusión después de estudiar más de 600 huesos de monos modernos. Han
recolectado los huesos que suele haber debajo de los nidos de águilas
coronadas africanas en la selva del Parque Nacional de Tai, en Costa de
Marfil.
Las perforaciones y arañazos en muchos de los cráneos de monos han
llevado a algunos investigadores a reconsiderar la lista de animales
capaces de cazar a nuestros antepasados humanos.
Los resultados del presente estudio también pueden tener implicaciones
importantes para el misterio que rodea la muerte de un antepasado humano
que vivió hace aproximadamente 2,5 millones de años.
Unos arqueólogos descubrieron el cráneo de un niño simiesco de unos tres
años y medio de edad en una cueva en África del Sur en 1924. Los
investigadores creyeron que este niño, llamado el Niño de Taung
(Australopithecus africanus), había sido muerto por un felino
depredador. Pero McGraw ha señalado que las marcas de perforación en los
cráneos de monos que él examinó detenidamente se parecen a las
encontradas en el cráneo del Niño de Taung.
Las águilas dejan perforaciones muy distintivas del pico y garras en la
cara y en las cuencas de los ojos. Y el cráneo del Niño de Taung tiene
estos mismos tipos de marcas de perforación.
La mejor manera de aprender sobre las presas cazadas por un águila es
recoger los restos que están dentro o cerca del nido de la rapaz.
En el transcurso de tres años, los investigadores reunieron unos 1.200
huesos de animales tirados en los emplazamientos de 16 nidos de águila
coronada africana. Poco más de la mitad de los huesos (669)
pertenecieron a primates. El resto de los huesos eran de otros animales
cazados por las águilas.
Los arqueólogos piensan que el Niño de Taung pesaba alrededor de 12
kilogramos. Los científicos creen que una rapaz de aproximadamente el
mismo tamaño que un águila coronada africana moderna pudo haber matado
al joven homínido.
Muchas personas pensaban que un águila de este tamaño no tendría
bastante fuerza para levantar un primate del tamaño del Niño de Taung.
Pero el que pueda o no izar su presa es irrelevante, porque las águilas
no cazan y procesan sus presas de esa manera. Suelen desmembrar muy
rápidamente a su presa, y entonces regresan con pedazos del cadáver al
nido.
McGraw llevó a cabo el estudio con Catherine Cooke (Universidad Estatal
de Ohio), y Susanne Schultz (Universidad de Liverpool).
Información adicional en:
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