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Sociología
Cuidado Con los Cuentos de Hadas

17 de Noviembre de 2003.

Foto: Purdue News Service/David UmbergerAlgunas historias para niños son más dañinas de lo que algunos padres podrían pensar, sugieren la socióloga Liz Grauerholz, de la Purdue University, y su colega Lori Baker-Sperry, de la Western Illinois University. En particular, las historias sobre bonitas princesas que se ganan al Príncipe Encantador, podrían enseñarnos valores cuestionables.

Grauerholz se muestra fascinada por cómo se describe a la belleza en estas historias y por los mensajes que arrojan a los lectores. Ser guapo, o ser bonita, según estos cuentos, compensa. A pesar de la creciente independencia de las mujeres modernas, la mayoría aún tiende a valorar la belleza y la apariencia. ¿Por qué ocurre que las mujeres y hombres atractivos son socialmente mejor recompensados que los que no lo son? Desde la niñez, las niñas leen cuentos de hadas acerca de princesas que alcanzan grandes riquezas simplemente porque su belleza las hace especiales. Es un mensaje subliminal poderoso que puede inhibir a las mujeres jóvenes que sienten que no están a la altura de lo que la sociedad entiende por ser atractivo.

Grauerholz y Baker-Sperry examinaron 168 cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Fueron escritos por Jacob y Wilhelm Grimm en el siglo XIX y se usaban en Europa Central para enseñar a los más jóvenes los papeles que deberían interpretar los niños y niñas en la vida diaria, así como lo que quiere decir ser bueno o malo. De las historias analizadas, un 43 por ciento han sido reproducidas en películas o libros infantiles. Las cinco historias que han sido reproducidas más de 101 veces son “la Cenicienta”, “Blancanieves”, “la Bella Durmiente”, “Caperucita Roja”, y “Hansel y Gretel”.

Las investigadoras han encontrado que la mayoría de cuentos que sobrevivieron hasta el siglo XX presentan personajes de princesas muy bellas. Esta tendencia refuerza el mensaje a los niños de que la belleza física es un valor esencial que las mujeres deberían alcanzar y mantener.

Los cuentos de hadas son históricamente importantes porque proporcionan a los niños información de un determinado período. Lo que no hacen es proporcionar imágenes positivas de grupos que no sean blancos, de clase media y heterosexuales.

Obviamente, Grauerholz y Baker-Sperry no quieren desalentar la lectura de estas historias, aunque incluyan estereotipos y no mencionen a las minorías, pero recomiendan que los adultos participen con los niños en ellas, sirviéndoles de guía.

Películas recientes como “Shrek”, donde la princesa consigue la felicidad incluso habiéndose transformado en un ogro, son un buen camino a seguir, aunque se trate de iniciativas escasas y difíciles, por cuanto rompen con el formato tradicional.

Además de los mensajes sobre la importancia de la belleza, los cuentos de hadas también pueden ser inapropiados porque etiquetan a las personas como buenas o malas en función de ello. Por ejemplo, la maldad es asociada a menudo con la fealdad. En muchas historias, además, los feos son castigados.

En las historias de los hermanos Grimm se repiten constantemente las referencias a la belleza de la protagonista. En uno de los cuentos, se incluyeron hasta 114 referencias, por 35 referidas a los hombres.

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