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La Tierra en el Afelio
16 de Julio de 2001.
 El pasado 4 de julio, nuestro planeta se encontraba a su mayor distancia con respecto al Sol de todo el año. Sin embargo, no por ello los habitantes del hemisferio norte están soportando menos calor durante la temporada de verano.
Como otros planetas del Sistema Solar, la Tierra gira alrededor de nuestra estrella en una órbita elíptica. Nuestra máxima aproximación al Sol se produce en enero, a 147,5 millones de kilómetros, posición que denominamos perihelio. El afelio, la máxima distancia, se produce en julio, a 152,6 millones de kilómetros.
La excentricidad de la órbita de nuestro planeta es pues limitada. El afelio y el perihelio difieren en apenas un 2 por ciento, lo cual no es mucho. Si dibujáramos nuestra trayectoria en un papel (ver imagen), apenas la distinguiríamos de un círculo perfecto.
Las estaciones, y con ello los cambios de temperatura, vienen determinados principalmente por la inclinación del eje de la Tierra, que es de unos 23,5 grados. Durante el verano en el hemisferio norte, el polo norte se encuentra inclinado hacia el Sol. Los días se hacen más largos y nuestra estrella nos ilumina con rayos más verticales. De este modo, aunque la radiación solar que llega a la Tierra en julio (afelio) es un 7 por ciento menos intensa que en enero (perihelio), la temperatura media en el primero es unos 2,3 grados C superior que en el segundo.
¿Cómo es ello posible? Hay que tener en cuenta también la distribución de los océanos y los continentes. Hay más tierra firme en el hemisferio norte y más agua en el sur. Durante julio, los continentes al norte reciben los rayos del Sol de forma más vertical y éstos se calientan más fácilmente que el agua. Su capacidad de almacenamiento del calor es inferior a la de los océanos, así que las temperaturas aumentan en ellos.
Los continentes del norte en el afelio de la Tierra se ocupan de aumentar la temperatura media de todo el globo. Seis meses después, la situación se invertirá, ya que será el hemisferio sur, dominado por el agua, quien recibirá más radiación solar. La energía, sin embargo, se distribuirá a lo largo de las masas del agua, un perfecto acumulador de calor. El resultado final es que el verano en el hemisferio sur (enero, perihelio) es menos caluroso que el del norte (julio, afelio). ¡Extraño pero no por ello menos real!
Por último, y teniendo en cuenta las leyes de Kepler, que indican que un planeta se mueve más lentamente en su afelio que en el perihelio, los veranos en el hemisferio norte son 2 ó 3 días más largos que en el sur, lo que también contribuye a acumular más calor.
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