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Vientos Hiperveloces en la Atmósfera Solar
16 de Mayo de 2002.
 Observaciones realizadas con los satélites TRACE y SOHO indican que existen vientos de gas electrificado moviéndose a través de la atmófera de nuestra estrella a altísimas velocidades. Los datos obtenidos han sido analizados por astrónomos del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics.
Los vientos y tormentas solares son tan intensos (evolucionan a velocidades de hasta 320.000 km/h) que son más importantes que la gravedad a la hora de determinar la densidad de la atmósfera de la estrella. La gravedad en la superficie visible del Sol es unas 28 veces más fuerte que la que existe en la Tierra. Para que la atmósfera de nuestro planeta se comportara de igual manera, deberían existir a ras de suelo vientos de hasta 4.800 km/h.
Este descubrimiento, según los científicos que han participado en la empresa, cambia nuestra comprensión de los bucles de la corona, estructuras inmensas con forma de arco, de gas electrificado, que dan forma a la atmósfera exterior del Sol. Esta zona es muy interesante porque en ella se produce la actividad explosiva que suele afectar negativamente a los sistemas de alta tecnología de la Tierra (satélites, líneas eléctricas, etc.).
La atmósfera solar está impregnada de campos magnéticos, generados por el gas electrificado, o plasma, que se revuelve violentamente bajo la superficie visible. Los heliofísicos saben que las partículas que conforman el plasma están eléctricamente cargadas y que notan las fuerzas magnéticas. Por eso, creían que los bucles coronales eran tubos de plasma atrapados por los campos magnéticos en forma de arco de la corona.
Sin embargo, estos bucles tienen características algo extrañas. El fuerte tirón de la gravedad solar hacía pensar que el plasma debía ser denso en la base del bucle y más delgado en la cima, pero las observaciones indican que la densidad se mantiene más o menos igual a lo largo de toda su longitud, incluso teniendo en cuenta que algunos bucles tienen casi un millón de kilómetros de largo.
Las imágenes del TRACE han ayudado a explicar cuál es la razón de que ello ocurra. Los bucles no son estructuras estáticas llenas de plasma sino corrientes plasmáticas hiperveloces lanzadas desde la superficie solar entre las estructuras magnéticas en la corona. Así, en vez de ser tubos de plasma encerrados en un contenedor magnético, son chorros de plasma caliente fluyendo en los callejones dejados por los poderosos campos magnéticos de la corona.
Según los científicos, las corrientes de plasma que forman un bucle estarían causadas probablemente por una calentamiento desparejado en la base de dicho bucle, lo que provocaría que el plasma se dirigiera del lado más caliente al más frío, normalmente separados por miles de kilómetros. No obstante, los astrónomos aún no saben qué causa el calentamiento de la corona.
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