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Bioquímica
Estudiando la Formación de Precursores Químicos de la Vida
15 de Septiembre de 2006.

Foto: Bill Saxton, NRAO/AUI/NSFEn sólo dos años de trabajo, un equipo internacional de investigadores ha descubierto ocho nuevas moléculas biológicamente significativas y de complejidad notable, en el espacio interestelar. Se trata de un logro sin precedentes en los 35 años de historia de la búsqueda de moléculas complejas en el espacio, y sugiere que una química prebiológica universal está trabajando en otras regiones del cosmos.

La investigación, dirigida por Jan M. Hollis del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, se ha realizado usando el radiotelescopio "Robert C. Byrd" de Green Bank (GBT por sus siglas en inglés), ubicado en Virginia.

Estos nuevos descubrimientos están ayudando a los científicos a desentrañar los secretos de cómo los precursores moleculares de la vida pueden formarse en las nubes gigantes de gas y polvo donde nacen las estrellas y planetas.

Phil Jewell, del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO por sus siglas en inglés), destaca que el primero de los numerosos procesos químicos que llevaron finalmente al surgimiento de vida en la Tierra, probablemente tuvo lugar antes de que nuestro planeta se formase.

El potente radiotelescopio desempeña sin duda un papel de gran protagonismo en la exploración del origen de las biomoléculas en las nubes interestelares.

Las ocho nuevas moléculas descubiertas con el GBT elevan a 141 el número total de las diferentes especies de moléculas encontradas en el espacio interestelar. Cerca del 90 por ciento de esas moléculas interestelares contienen carbono, que se requiere para que una molécula sea clasificada como orgánica. Todas las moléculas recientemente descubiertas contienen carbono, y cada una consta de entre 6 y 11 átomos. Los resultados sugieren que la evolución química ocurre de manera rutinaria en el gas y el polvo de donde las estrellas y planetas acaban naciendo. La masa de una nube interestelar suele albergar un 99 por ciento de gas y un 1 por ciento de polvo.

Los descubrimientos del GBT han sido hechos en dos nubes interestelares típicas. Las moléculas CH3CONH2, H2C3O, CH2CHCHO, CH3CH2CHO y CH2CNH fueron encontradas en una nube llamada Sagitario B2(N), que está cerca del centro de la Vía Láctea, a unos 26.000 años-luz de la Tierra. Esta región de formación estelar es el reservorio más amplio y complejo de moléculas interestelares que se conozca.

Las moléculas CH3C5N, CH3C6H y CH2CCHCN fueron encontradas en la nube molecular Tauro (TCM-1), que está relativamente cerca, a una distancia de 450 años-luz. La nube TMC-1 es obscura y fría, con una temperatura de solamente 10 grados sobre el cero absoluto, pero puede acabar evolucionando hasta convertirse en una espectacular región de formación estelar masiva.

El descubrimiento de estas complejas moléculas orgánicas en las regiones más frías del medio interestelar, ciertamente ha cambiado la creencia de que las moléculas orgánicas complejas sólo pueden tener su origen en núcleos moleculares calientes. Esto ha forzado a los científicos a reformar los paradigmas de la química interestelar.

El equipo de investigación también ha incluido científicos de la Universidad de Illinois, la de Oslo (Noruega), el Instituto de Radioastronomía de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, y la Universidad de París.

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