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Oftalmología
Regenerado el Nervio Optico
15 de
Abril de 2005.
Por
primera vez, se ha regenerado el nervio óptico dañado en ratones de
laboratorio, un logro prometedor sobre todo para víctimas de
enfermedades que destruyen el nervio óptico y con lesiones del sistema
nervioso central.
La experiencia pionera, llevada a cabo por científicos del Schepens Eye
Research Institute, brinda nueva esperanza a víctimas de glaucoma y de
lesiones de la médula espinal. "Éste es un sueño hecho realidad",
reconoce la Dra. Dong Feng Chen, del citado instituto, autora principal
del estudio, y profesora adjunta de oftalmología en la Harvard Medical
School.
Muchos tejidos en el cuerpo se renuevan de manera constante si son
heridos. Sin embargo, esto no ocurre en las neuronas o sus fibras
(axones) en el sistema nervioso central (SNC). El SNC consta del cerebro
(del cual el ojo y el nervio óptico forman parte) y la médula espinal.
Para todos los mamíferos, incluyendo los seres humanos, los nervios del
SNC pierden su capacidad para regenerarse de una lesión cuando se ha
alcanzado su completo desarrollo. Por ejemplo, el nervio óptico pierde
esta capacidad poco antes del nacimiento. De modo que para quien sufre
de glaucoma, que destruye el nervio óptico debido a una excesiva presión
interna, o padece lesiones que cortan el nervio óptico después que ha
alcanzado su desarrollo, la destrucción puede ser permanente y la
ceguera también.
Chen y su equipo de investigación se han dedicado a comprender las
razones por las que el tejido del SNC detiene su regeneración, y a
encontrar formas de invertir este proceso, usando el nervio óptico como
modelo de investigación. El nervio óptico, que conecta el ojo al
cerebro, consta de millones de células nerviosas que transmiten
información visual de la retina al cerebro para su interpretación.
Tiempo atrás, el equipo de Chen descubrió varios procesos que
probablemente entrañaban la habilidad del nervio óptico para
regenerarse. La primera barrera superada con éxito, fue la desactivación
de un gen específico (BCL-2) que, cuando está activo, produce el
crecimiento y regeneración. El segundo "cerrojo" que les separaba del
conocimiento perseguido era, según dedujeron, una cicatriz en el cerebro
creada poco después del nacimiento por las células gliales. (Éstas
tienen muchas funciones en el cerebro, una de las cuales debe ser crear
este tipo de tejido de cicatriz). Los investigadores teorizaron que la
cicatriz erige una barrera física así como también molecular para la
regeneración. Aunque puede haber otros "cerrojos" en la puerta de la
regeneración, Chen y sus colegas creían que estos dos eran los más
importantes.
En la investigación actual, el Dr. Kin Sang Cho, investigador asociado
en el laboratorio de Chen, probó dos llaves para liberar la
regeneración. La primera implicaba el desarrollo de un ratón modelo en
el cual el gen BCL-2 se enciende siempre (o sobre-expresa). La segunda
llave fue el uso de una línea de ratones con mutaciones en genes gliales
específicos que conducen a una formación reducida de la "cicatriz
glial".
Desatando la regeneración con la primera llave, por primera vez,
observaron una intensa regeneración del nervio óptico en ratones
postnatales, que creció rápidamente y se extendió desde el ojo al
cerebro en cuatro días. Pero la regeneración ocurrió sólo en los ratones
menores cuya materia gris aún no formaba la "cicatriz glial". En los
ratones que fueron ligeramente mayores y habían desarrollado la cicatriz
glial, la regeneración fracasaba.
El Dr. Cho añadió entonces la segunda llave combinando el gen BCL-2
sobre-expresado con la mutación "genética glial" para impedir el
desarrollo de la "cicatriz glial" en los ratones transgénicos mayores.
Encontró que la combinación del BCL-2 activo y la mutación de genes
gliales específicos causan que los nervios ópticos regresen a un estado
embrionario y estimulen una autorregeneración rápida e intensa -al igual
que con los ratones menores en un período de sólo algunos días.
"Observamos que al menos el 40 por ciento del nervio óptico se había
recuperado" -explica Chen-, "pero creemos que un porcentaje aún mayor se
regeneró realmente".
Chen cree que esta unificación del BCL-2 y la técnica de prevención de
la cicatriz podrían surtir efecto para regenerar otro tejido del sistema
nervioso central, aumentando la posibilidad de que los pacientes con
lesiones de médula espinal puedan caminar o moverse otra vez.
Este trabajo tiene implicaciones importantes. La posibilidad de
restituir la vista después de lesiones del nervio óptico es de gran
trascendencia. En muchos casos, la medicina actual tiene poco que
ofrecer, y la ceguera es a menudo el resultado final.
Información adicional en:
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