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Informática.
El Final del Ordenador Personal

14 de Junio de 2001.

Foto: Adelaide UniversityAunque los ordenadores "personales" tienen una historia corta, ya han tenido tiempo de evolucionar mucho. Pero esta evolución podría estar acabando. Nos movemos hacia un futuro en el que todos los ordenadores del planeta estarán interconectados, dando forma a una infraestructura informática revolucionaria.

Según Tony Williams (ver imagen), del Centre for the Subatomic Structure of Matter, los ordenadores del mundo se dirigen hacia una fase de computación a gran escala, donde PCs pequeños estarán unidos a supercomputadores y donde todos funcionarán al máximo de su capacidad, incluso cuando sus propietarios no los utilicen.

La tecnología de fabricación de los microprocesadores está alcanzando sus límites físicos. Los ordenadores de sobremesa son cada vez más potentes y se hacen obsoletos con mayor rapidez, pero las citadas limitaciones amenazan con detener este proceso. Hablamos de impedimentos como el tamaño de los átomos, que limita el número de transistores que pueden incluirse en un chip, o la necesidad de disipar el creciente calor generado por ellos.

Si no se encuentran soluciones, la respuesta parece estar en enlazar ordenadores en paralelo. Este sistema permite disponer de potencia de computación casi ilimitada, y además el procesado de la información alcanza cotas que de otro modo no serían posibles.

Existen dos extremos en el uso de ordenadores conectados en paralelo. Uno es el que implica conexiones relativamente lentas, como la Internet actual o los módems. Este sistema ya se está empleando en proyectos como el experimento SETI@Home, donde millones de ordenadores trabajan asociados para analizar las señales de radio recibidas por el radiotelescopio de Arecibo en busca de síntomas de inteligencia extraterrestre. Tres millones de ordenadores han colaborado hasta la fecha, y cada día se aportan más de 1.000 años de tiempo de CPU al programa. Se trata de ordenadores conectados a Internet, la mayoría de sobremesa, que realizan su trabajo cuando no están ocupados en otras tareas.

Pero sólo algunos problemas de computación a gran escala pueden ser atacados mediante este sistema, que permite una cierta lentitud de comunicación entre los nodos.

El otro extremo del uso de ordenadores en paralelo es aquél en el que los nodos están conectados entre sí gracias a una red de alta velocidad. Estos sistemas ya se han probado a pequeña escala, y consisten en grupos de ordenadores interconectados con un poder de computación equivalente a un supercomputador pero a un precio muy inferior. Se han ideado incluso sistemas equipados con hardware muy económico (tarjetas ethernet, chips Pentium, etc.), pero uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan es la velocidad de las comunicaciones entre los nodos.

La demanda de poder de computación parece insaciable. Por eso, parece cada vez más probable que los ordenadores personales del futuro estén siempre conectados a redes de alta velocidad, de manera que cuando necesitemos más potencia de lo habitual, podamos disponer de ella simplemente utilizando los recursos de la red. Quizá esto sirva para reducir la carrera que ahora nos lleva a adquirir ordenadores cada vez más potentes y en plazos cada vez más cortos.

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