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Biomecánica
Evitando Que Caigan los Ancianos
13 de Noviembre de 2003.

Foto: Purdue News Service/Dave UmbergerLas malas caídas, sobre todo en las personas mayores, provocan daños inesperados que pueden ser graves. Una investigadora del laboratorio de biomecánica, en la Purdue University, está estudiando por qué se caen los ancianos y cómo lo hacen.

Shirley Rietdyk, directora del citado laboratorio, es experta en medir el equilibrio y la movilidad de las personas mayores. Estudiando la interacción entre los sistemas mecánicos y neuronales del cuerpo, se puede aprender cómo el sistema nervioso combina la información sensorial y visual para coordinar la actividad muscular.

Las sillas no tienen sólo dos patas porque serían inestables. En cambio, esta inestabilidad nos proporciona a los humanos una gran flexibilidad en los movimientos, permitiéndonos transportar cosas mientras caminamos, o girarnos, subir unas escaleras, etc. Para conseguirlo, el cerebro debe llevar a cabo una labor de coordinación casi perfecta. Cómo lo consigue, es un problema fascinante, dice Rietdyk. De hecho, ni siquiera los mejores ingenieros saben replicar la forma humana y sus movimientos. Los robots que tienen esta forma, como el Honda, siguen siendo grandes y pesados. Pueden subir escaleras, pero son incapaces de hacer lo mismo con un árbol.

Nuestros cuerpos son muy inestables, con un centro de masa elevado, una base de apoyo pequeña y tres articulaciones en las extremidades que soportan nuestro peso sobre el suelo. A pesar de todo, nos movemos e interactuamos con el entorno.

Los problemas aparecen cuando nos hacemos viejos o sufrimos alguna enfermedad que perjudica a nuestro sistema del equilibrio, ya que entonces somos más susceptibles a caernos y hacernos daño. Rietdyk se pregunta si existen formas de mantener la movilidad y la calidad de vida para las personas ancianas. Por eso está estudiando cómo reaccionan diversos voluntarios de avanzada edad cuando se les altera el equilibrio. Los científicos registran con seis cámaras todos los movimientos de los participantes en los experimentos, utilizando la luz infrarroja emitida por diodos instalados en sus cuerpos. Una figura humana generada por ordenador permite a los investigadores examinar los movimientos del sujeto en respuesta a, por ejemplo, un empujón desde atrás. Un colaborador vigila constantemente a la persona para que no se caiga. Por su parte, una placa situada en el suelo mide la cantidad de fuerza que ejerce el voluntario sobre ella al intentar mantener el equilibrio. También se registra la actividad generada por los músculos.

Se han utilizado personas jóvenes y ancianas, para realizar comparaciones adecuadas dentro de los diversos grupos de edad. Otra prueba en la que han participado ha consistido en subir y bajar un bordillo. Con toda esta información, Rietdyk cree que podrán determinar mejor el mecanismo que se halla detrás del equilibrio de una persona, y así encontrar y corregir problemas.

El objetivo es evitar que las personas mayores se caigan tan frecuentemente. En algunos casos se asustan, y se vuelven menos activas por miedo a volver a caer, lo cual puede dar lugar a otras deficiencias de salud con el paso del tiempo.

Paradójicamente, las personas podrían tener que caerse cada cierto tiempo, desde que son jóvenes, para así aprender a evitarlo o a hacerlo sin hacerse daño. Estrategias como subir correctamente unas escaleras, podrían ayudar.

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