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Astronomía
Vuelo Rasante de un Asteroide
13 de
Octubre de 2003.
Un
pequeño cuerpo de apenas 3 a 6 metros de diámetro, pasó a 88.000 km de
la Tierra el pasado 27 de septiembre. Esto es menos de un cuarto de la
distancia entre nuestro planeta y la Luna, una cifra que lo califica
como el encuentro asteroidal bien documentado más cercano hasta la
fecha, dejando aparte aquellos objetos que han golpeado nuestra
atmósfera.
Edward Bowell, director del programa Near-Earth-Object Search (LONEOS),
en el Lowell Observatory, afirma que en un buen mes son capaces de
detectar entre 5 y 10 asteroides próximos a la Tierra. La mayoría de
ellos, sin embargo, son tan grandes como una montaña o estadios de
fútbol.
En este sentido, 2003 SQ222, como ha sido bautizado provisionalmente, es
una excepción. El asteroide fue fotografiado unas pocas horas después de
su máximo acercamiento por Michael Van Ness, de la Northern Arizona
University.
Las primeras imágenes de la roca se tomaron con la cámara CCD utilizada
por el Minor Planet Research, una organización dedicada a la búsqueda y
catalogación de cuerpos menores. Robert Cash, utilizando un programa
especial para detectar el movimiento de objetos en una serie de imágenes
consecutivas, identificó a uno que avanzaba unos 20 grados por día, casi
el doble de rápido que la Luna. Inmediatamente, comunicó el hallazgo y
se generaron las efemérides oportunas para que cualquier observador del
mundo pudiera hacer un seguimiento.
Según la órbita computada, SQ222 había pasado a un cuarto de la
distancia Tierra-Luna unas 11 horas antes de ser descubierto. El
aficionado británico Peter Birtwhistle, equipado con un telescopio de 30
cm, fue capaz de fotografiarlo.
Su brillo y distancia nos han permitido estimar sus dimensiones. La
mayoría de los asteroides tienen superficies tan oscuras como el carbón,
o son cuatro veces más reflectantes. Teniendo en cuenta esto, SQ222 debe
medir unos 3 a 6 metros, algo así como una habitación de una casa. En
este caso, sería probablemente el asteroide más pequeño del que se tiene
una órbita fiable. Se conocen otros más diminutos, pero son tan débiles
que no es posible seguirles el tiempo suficiente para derivar su órbita
exacta.
Es posible que la última detección de SQ222 se efectuara el 2 de
octubre, cuando Alan Fitzsimmons, trabajando desde el Isaac Newton
Telescope de 2,5 metros de diámetro, en la isla de La Palma, en
las Islas
Canarias, lo contempló alejándose rápidamente de nosotros y mostrando un
brillo 100 veces inferior al del momento del descubrimiento.
SQ222 no podría con toda probabilidad haber chocado contra la Tierra, ya
que su órbita sugiere un máximo acercamiento posible de unos 27.000 km.
Sin embargo, si lo hubiera hecho, sólo habría explotado en la atmósfera,
donde se habría vaporizado tras liberar la energía de una pequeña bomba
atómica. De hecho, objetos como el SQ222 se queman en nuestra atmósfera
aproximadamente cada año, aportando sólo un curioso espectáculo visual.
El asteroide no regresará a las inmediaciones de la Tierra antes de
transcurridos 10 años. No conocemos su órbita con la precisión
suficiente para determinar fechas exactas.
Se estima que existen 500 millones de asteroides cercanos a la Tierra
iguales o mayores que SQ222. Unos 3.000 de estos objetos se aproximarían
cada año más cerca que la Luna, y 100 de ellos lo harían más que SQ222.
Moviéndose a una velocidad media de 17 km/s cualquiera de ellos se pasa
dentro de la órbita de la Luna 8 horas o menos, lo que dificulta mucho
su detección. Podría haber en estos momentos un par de asteroides como
SQ222 de aquí a la Luna, y dos más acercándose mañana. Simplemente, no
podemos verlos porque van demasiado deprisa para que las cámaras CCD los
registren. Dado el nulo peligro que suponen, los astrónomos no están
preocupados por su localización.
Información adicional en:
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