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Destrucción en Mesopotamia
13 de Julio de 2001.
 Los científicos están muy preocupados por el destino de las ruinas y el legado de la antigua Mesopotamia. Según denuncia la revista Science, los traficantes hacen su agosto y sus actividades amenazan la labor de los arqueólogos, envueltos en la particular situación que vive Iraq.
Hace cuatro años, en la población iraquí de Khorsabad, los saqueadores cortaron una gigantesca cabeza de piedra, la desmenuzaron en varios fragmentos y después trataron de vender éstos a los ávidos coleccionistas occidentales. A diferencia de muchas otras piezas que ya han desaparecido quizá para siempre, la cabeza de Khorsabad (ver imagen) fue recuperada y diez de los doce delicuentes implicados ejecutados en 1999.
Este tipo de medidas parece haber asustado un poco a los traficantes, lo que hace que la situación vuelva poco a poco a su cauce, pero el caso de Khorsabad no hace sino ilustrar los peligros que afrontan los científicos en tales parajes y los lamentables efectos que producen los ladrones en el mundo arqueológico.
No cabe duda de que Iraq es un formidable almacén de información sobre las civilizaciones más primitivas. Sin embargo, la acción de los traficantes o las inundaciones producidas por la construcción de canales y pantanos no ayudan mucho a descifrar su fascinante pasado.
En Iraq se encuentran restos arqueológicos de grandes ciudades e imperios que abarcan un período de más de 10.000 años, lugares en los que se originó la escritura, así como muchas tradiciones religiosas. Pero la Guerra del Golfo paralizó en buena medida cualquier esfuerzo investigador. Intrusos armados invadieron los principales puntos de excavación, donde el saqueo todavía continúa, en parte debido a la pobreza que ha dimanado de la imposición de las sanciones internacionales sobre el país. Por otro lado, la tradición iraquí de "reconstruir" los lugares históricos en vez de preservarlos ha comprometido un buen número de ruinas arqueológicas.
Sólo algunos científicos se atreven a volver a Iraq a trabajar, principalmente alemanes, ya que naciones como Gran Bretaña y los Estados Unidos prohíben a sus arqueólogos entrar en él. Los especialistas locales, mientras, deben afrontar una época difícil. Además de los saqueos en las excavaciones, los museos de todo el país han visto sus preciadas posesiones arrebatadas, en algunos casos con derramamiento de sangre.
Muchas de las respuestas a preguntas sobre nuestros orígenes descansan en esta zona del mundo, es posible que algunas se hayan perdido ya para siempre.
Información adicional en:
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