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¿Estaban Relacionados los Gobernantes de las
Civilizaciones Mesoamericanas?
12 de Noviembre de 2002.
 Excavaciones en la magnífica Teotihuacan, la metrópolis azteca de 2.000 años de antigüedad que se convirtió en la primera gran ciudad del hemisferio occidental, han puesto de manifiesto una posible relación entre los mayas y la aristocracia de la ciudad.
Teotihuacan se halla a unos 30 km al noroeste de la actual ciudad de México. Su planta es impresionante, sus ruinas demuestran una planificación avanzada y sus múltiples pirámides dan fe de una cultura única. Sin embargo, ni siquiera los aztecas, que le dieron su nombre actual ("Ciudad de los Dioses"), sabían quién la construyó.
Aunque Teotihuacan, en su momento álgido, fue más o menos contemporánea de las primeras etapas de las ciudades mayas, situadas al sur, en las selvas de México y Guatemala, los arqueólogos han apreciado desde hace tiempo diferencias entre ambas culturas y muy pocas evidencias de interacción entre ellas.
Sin embargo, un nuevo descubrimiento podría cambiar radicalmente esta impresión. Las excavaciones que se están realizando en la Pirámide de la Luna de Teotihuacan están poniendo de manifiesto conexiones mayas, al menos con la aristocracia de la ciudad.
Los trabajos, dirigidos por Saburo Sugiyama, arqueólogo de la universidad japonesa de Aichi y de la Arizona State University, y Rubén Cabrera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, han permitido localizar un enterramiento particular en la pirámide, una de las estructuras más viejas y grandes de Teotihuacan, en el que se hallan presentes tres cuerpos colocados de forma ceremonial, así como varios objetos y artefactos de jade. El jade es un material raro y precioso. La fuente más próxima de esta piedra se encuentra en el valle de Motagua, en Guatemala, lo que confirma sus posibles orígenes mayas.
Algunos objetos de jade fueron tallados al estilo maya y sabemos que eran usados a menudo como símbolo por gobernantes o miembros de familias reales en las sociedades mayas. Así pues, es posible que hubiera una relación directa entre el grupo que gobernaba Teotihuacan y las familias reales mayas.
El enterramiento se encuentra colocado en la quinta de las siete etapas de la pirámide, y parece haber sido creado como ofrenda durante la construcción de la sexta, datada en el año 350 d.C., momento próximo al instante de máximo poder y prosperidad de Teotihuacan.
Hallazgos anteriores de cuerpos humanos, con las manos atadas, hacen suponer que se trataba de cautivos ofrendados a las diferentes etapas o escalones de la pirámide. En cambio, el actual descubrimiento muestra unos cuerpos posicionados de forma distinta, adornados, sin ataduras y con las piernas cruzadas, lo que nos recuerda las imágenes y representaciones de dioses, sacerdotes o guerreros.
Se habían encontrado enterramientos en lugares mayas que sugerían un contacto con visitantes de Teotihuacan. Es posible pues que estos últimos intervinieran en la política maya, y viceversa, fortaleciendo una conexión entre ambas culturas.
Información adicional en:
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