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Médica.
MicroTrans
12 de Abril de 2002.
MicroTrans es un sistema para el control de órganos destinados a trasplante. Basado en una microaguja de apenas 11 milímetros de largo por 0,8 milímetros de ancho, está concebido para controlar el estado de un órgano durante el tiempo de transporte de un hospital a otro. Aplicado inicialmente para trasplante cardíaco, este prototipo es sólo un primer paso hacia una familia de nuevos microsistemas de monitorización. MicroTrans recibió recientemente el Premio Ciutat de Barcelona.
Más de 15.000 pacientes están cada año esperando un trasplante y sólo una pequeña parte de ellos reciben el órgano en el plazo que requieren.
Tradicionalmente, un órgano, como el corazón, es descartado para el trasplante cuando han pasado más de cuatro horas desde su extracción.
El transporte y la conservación del órgano se realizan en neveras portátiles cargadas de hielo, que evitan la degradación del órgano manteniéndolo a temperaturas cercanas a los cuatro grados C. Pero no existe ningún mecanismo que permita evaluar fidedignamente el estado del órgano desde su extracción hasta su trasplante.
Esto obliga a imponer marcos de tiempo estrictos y a rechazar muchos órganos que llevan más de cuatro horas de transporte, a pesar de que quizás sean viables. Es más: al no tener un sistema que controle el estado del órgano, puede ocurrir que se lleve a cabo el trasplante con un órgano que, aunque no ha superado las cuatro horas de rigor, es inviable. Ambos hechos provocan un agravio al paciente (agravio que puede comportar la muerte), al tiempo que denotan una falta de optimización en una técnica que conlleva fuertes inversiones monetarias y de recursos humanos en situaciones clínicamente críticas. En este sentido, la preservación correcta de órganos es uno de los grandes temas de investigación médica de la última década.
MicroTrans consiste en un sistema de monitorización constante de ciertos parámetros clave que permiten determinar la viabilidad del órgano que va a ser trasplantado. Esta microaguja está dotada de sensores de potasio, pH, temperatura e impedancia para controlar el estado del corazón. Los sensores se combinan con un sistema de telemetría a través del cual se envía la información.
El Centro Nacional de Microelectrónica ha sido el responsable de la puesta a punto de la tecnología adecuada para conseguir la fabricación de estos sensores sobre un sustrato de silicio. Uno de los puntos prioritarios ha sido conseguir la biocompatibilidad de todos los materiales.
En el proyecto también ha participado la Corporación Sanitaria Clínico de Barcelona, que ha realizado el protocolo de investigación y ha coordinado los experimentos sobre animales en diferentes hospitales europeos (el Academisch Medisch Centrum de la Universidad de Amsterdam, el Hospital Universitario de Pisa y la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, entre otros).
Por su parte, la empresa Carburos Metálicos se ha encargado del desarrollo de un sistema portátil de transporte de órganos. El sistema permite que los datos del órgano registrados por la microaguja se presenten en una pantalla en el exterior de la nevera, por lo que el personal sanitario encargado del transporte del órgano tiene una noción en tiempo real de su evolución. MicroTrans se completa con controles de alarma y de temperatura de la nevera.
Por último, se ha incorporado un PDA (Personal Digital Assistant) que se puede extraer una vez acabado el procedimiento, y así se facilita el traslado de los datos registrados a un ordenador para un análisis más exhaustivo. De esta forma, MicroTrans no sólo controla la viabilidad de cada órgano concreto sino que permitirá ir estableciendo con claridad cuáles son los parámetros clínicos que determinan la viabilidad de un órgano. (R+D CSIC)
Información adicional en:
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