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Astrofísica.
Compuesto Tóxico en el Espacio

11 de Octubre de 2001.

Foto: ESAAdemás de en las colas de los cometas, los astrónomos han encontrado cianuro de hidrógeno, un veneno muy potente, en otros lugares del espacio. Lejos de asustarnos, esta sustancia podría ayudarnos a entender mejor el proceso de nacimiento de las estrellas más masivas.

Hace siglos, los habitantes de nuestra planeta temían el encuentro con cometas porque creían que los gases de su cola podían transmitir enfermedades. En parte tenían razón ya que, mucho después, los astrónomos descubrieron que ésta contiene diversos gases peligrosos, entre ellos uno especialmente tóxico: el cianuro de hidrógeno.

Pero la sustancia se encuentra de forma muy enrarecida y aunque la Tierra atraviese la cola de un cometa, como ya ha ocurrido, no existe peligro alguno para nosotros. Sin embargo, el cianuro de hidrógeno no se encuentra sólo en estos astros errantes. Analizando los resultados enviados por el satélite europeo Infrared Space Observatory, ya fuera de servicio, astrónomos holandeses y alemanes han descubierto este compuesto en otros lugares del espacio.

Según Annemieke Boonman, de la Leiden University, y Ronald Stark, del Max-Planck-Institut für Radioastronomie, su presencia es un signo de que una estrella masiva en formación ha comenzado a calentarse. Con la ayuda del James Clerk Maxwell Telescope de Hawai, han estado estudiando una protoestrella llamada GL 2591, situada a unos 3.000 años luz de distancia. La joven estrella en período de formación se encuentra dentro de una nube de gas y polvo mil veces más grande que el diámetro de nuestro Sistema Solar (ver imagen). El equipo de científicos detectó cianuro de hidrógeno en su interior y cree que es una indicación de que la estrella ha empezado a calentarse en su núcleo.

Si esto es así, es posible determinar el grado de evolución y, por tanto, la edad de la estrella. En el caso de GL 2591, se estima que tiene entre unos pocos miles y 100.000 años. Esto significa que dentro de unos cientos de miles de años más, su proceso de nacimiento habrá finalizado, convirtiéndose en una estrella nueva, diez veces más masiva que nuestro Sol.

Los astrónomos aún tienen muchas preguntas sobre cómo las estrellas empiezan a "calentarse", cuándo se inician las reacciones nucleares de fusión en su núcleo. La nube original de gas y polvo se encuentra inicialmente muy fría, a unos -250 grados C, y se calienta progresivamente durante el proceso de compresión gravitatoria. Los científicos pueden hacer un seguimiento del incremento en la temperatura estudiando la composición química de la nube. En cuanto se alcanza la temperatura adecuada, las moléculas empiezan a combinarse, y se producen compuestos más complejos. Su detección es una pista muy importante para conocer la temperatura actual.

La molécula de cianuro de hidrógeno, por su parte, es mucho más fácil de detectar que otras en los momentos más tempranos de la formación de la estrella. El telescopio espacial infrarrojo ISO fue el primer instrumento que pudo detectar una gran cantidad de moléculas complejas que sólo emiten en el infrarrojo, cuando las estrellas aún están muy frías. El ISO detectó cianuro de hidrógeno en GL 2591 y la posterior confirmación de que esta sustancia se encuentra en el núcleo del astro ha permitido determinar su edad con una precisión superior.

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