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Neurología.
El Cerebro Busca Patrones Automáticamente

11 de Abril de 2002.

Foto: Duke University Medical CenterCientíficos del Duke University Medical Center han descubierto la región del cerebro que se encarga de localizar patrones en las secuencias de eventos, incluso cuando tales patrones aparecen por casualidad. Esta búsqueda natural de patrones evolucionó para permitir a los humanos escapar del peligro, por ejemplo, frente a los depredadores.

Gracias a esta habilidad, los hombres primitivos que oían un gruñido y el ruido de una ramita rompiéndose, eran capaces de relacionar ambos sucesos con la inminente llegada de un animal peligroso y actuar poniéndose a salvo.

Hoy en día, sin embargo, en un mundo artificial, la percepción de patrones puede llevarnos a las supersticiones curiosas, como cuando un jugador que va a tirar los dados "intuye" qué número que va a salir.

Scott Huettel, Beau Mack y Gregory McCarthy realizaron diversos experimentos en los que pidieron a varios voluntarios observar secuencias aleatorias simples de un círculo o un cuadrado apareciendo y desapareciendo en una pantalla de ordenador. Paralelamente, sus cerebros fueron observados mediante una máquina de resonancia magnética funcional (fMRI). Esta técnica detecta aumentos del flujo de la sangre en regiones concretas del cerebro, lo que indica una actividad superior en sus células.

Huettel y sus colegas se centraron en especial en el córtex prefrontal, una zona donde se cree que se halla la "memoria de trabajo". Consistiría en la memoria dinámica que la mayor parte de la gente utiliza para almacenar información cuando realiza tareas momentáneas u ocasionales (no de larga duración).

A los voluntarios se les pidió que apretaran un botón en su mano izquierda cuando vieran un círculo, y un botón en la derecha cuando contemplaran un cuadrado. Utilizaron secuencias de aparición más o menos concretas, durante un tiempo, para después cambiar este patrón y así observar la reacción del cerebro del individuo.

Aunque los sujetos sabían que las secuencias eran aleatorias, sus cerebros se acostumbraron a ciertos patrones de repetición, reaccionando cuando estos patrones fueron violados. Cuando ello ocurría, el tiempo de reacción del voluntario aumentaba, como si necesitara tiempo para asimilar que la secuencia había cambiado.

Los resultados indican pues que los individuos que participaron en el experimento tendían de forma natural a buscar patrones en las secuencias. Esto ocurre rápidamente si dichas secuencias son sencillas, pero necesita más tiempo si los patrones son más complejos.

Todo ello sugiere que el córtex prefrontal se encuentra siempre, real y dinámicamente, procesando información ambiental, con el objetivo de preparar al organismo para un cambio de comportamiento en respuesta a algo que pueda llegar a suceder.

Futuros estudios tratarán de averiguar cómo el córtex prefrontal interacciona con otras áreas del cerebro a la hora de procesar dicha información.

La evolución nos dotó con una herramienta útil para defendernos en un ambiente natural. Pero 20.000 años después, en un mundo tecnológico donde se producen irregularidades, podríamos estar buscando patrones que ya no existen. Los científicos creen que una buena parte de nuestro comportamiento supersticioso proviene de esta búsqueda ilógica pero automática de patrones.

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