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Astronomía
Cómo el Viento Marciano Consigue Hacer "Andar" a
las Rocas
11 de Febrero de 2009.
Según
una nueva investigación, la razón por la cual ciertas rocas pequeñas en
Marte se mueven es que ruedan gracias a un efecto progresivo del viento
sobre determinados suelos, adoptando nuevas ubicaciones y siguiendo
pautas específicas.
Menéame
Este nuevo descubrimiento refuta una explicación anterior sobre la
distribución espacial bastante homogénea de pequeñas piedras en Marte.
Según aquella explicación, las piedras fueron empujadas directamente por
vientos marcianos de alta velocidad que circularon en el pasado.
Imágenes tomadas por el todoterreno robótico Spirit en Marte muestran
piedras posicionadas a una distancia regular unas de otras de entre 5 y
7 centímetros, en las llanuras entre el cráter Lahontan y las Colinas
Columbia.
Aunque Marte es un planeta pródigo en vientos, sería muy difícil para
éstos transportar esas piedras, cuyo tamaño varía desde el de una moneda
hasta el de un balón.
Jon D. Pelletier, profesor de Geociencias en la Universidad de Arizona
en Tucson, y sus colegas, sugieren que el viento arranca la arena del
terreno situado justo delante de las piedras, creando una depresión, y
luego deposita esa arena detrás de las mismas piedras, formando allí una
elevación.
Posteriormente, por efecto de la pendiente, las piedras ruedan hacia la
depresión, moviéndose contra la dirección del viento.
Mientras el viento siga soplando, el proceso se repite y las pequeñas
piedras avanzan. Con este mecanismo, no se necesitan vientos extremos
para que las piedras se muevan.
Si el fenómeno se produce con suficiente frecuencia, las piedras pueden
moverse con facilidad a distancias de bastantes veces su diámetro.
El proceso es casi idéntico para un conjunto de piedras. Sin embargo, en
tal conjunto, las de la parte delantera protegen del viento a casi todas
las demás.
Como esas piedras no son directamente golpeadas por el viento, éste
tiende a excavar hondonadas en los flancos. Por tanto, algunas piedras
ruedan hacia los lados, no directamente contra la dirección del viento,
por lo que las piedras comienzan a dispersarse siguiendo pautas
predecibles.
Información adicional en:
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